Texto y fotos: DPA
Santiago de Chile, Chile, 27 de abril de 2018. Chile vivió en los últimos años una llegada masiva de migrantes, muchos de ellos de forma ilegal. La población chilena ya empezó a acostumbrase a convivir con personas de otras razas, colores y culturas. Ahora el Gobierno emprendió la tarea de regularizar y controlar el flujo migratorio.
“Ordenar la casa”: así denominó el presidente derechista Sebastián Piñera a las medidas que dictó hace poco para normalizar la situación legal en el país sudamericano de unos 300 mil extranjeros que residen de forma irregular. La población foránea se estima en más de un millón, de acuerdo a cifras oficiales.
“Chile siempre ha sido un país abierto y acogedor con la migración. Queremos que sea una buena migración, ordenada, regulada y segura”, dijo Piñera al poner en marcha la última semana de abril la apertura de centros a lo largo del país para que los inmigrantes ilegales arreglen sus papeles.
Antes de las disposiciones del actual Gobierno, muchos inmigrantes provenientes de Sudamérica y Centroamérica –entre otros venezolanos haitianos– llegaban con visa de turista y se quedaban en el país.
“No podemos permitir que sigan ingresando a Chile en cantidades de cientos de miles, personas que empiezan no respetando nuestra ley de migraciones, porque vienen pretendiendo ser turistas y no son turistas , y muchas veces son abusados y explotados, por verdaderas mafias de tratas de personas”, observó Piñera.
Para terminar con el asunto, la autoridad dispuso que los haitianos deberán acudir ahora al consulado chileno en ese país y gestionar una Visa Consular de Turismo Simple para ingresar a Chile por un periodo máximo de 30 días.
Además, se estableció un Visado para Fines Humanitarios con una duración de un año, que también tiene que tramitarse en el consulado. La medida favorece a los que hayan ingresado a Chile antes del 8 de abril pasado.
Según cifras de la policía de investigaciones, sólo durante 2017 ingresaron al país más de 100 mil ciudadanos haitianos y más de 160 mil venezolanos. Pocos retornaron a sus respectivos países.
Considerando la grave situación política por la que atraviesa Venezuela, la autoridad dispuso la Visa de Responsabilidad Democrática, que otorga a los venezolanos un permiso de residencia temporal por un año, prorrogable por una vez antes de tramitar la residencia definitiva. El trámite debe realizarse en los consulados
de Chile.
Lo de Venezuela es una especie de vuelta de mano después de que ese país fuera uno de los principales refugios que encontraron los miles de chilenos perseguidos por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Algunas organizaciones señalan que cerca de 25 mil chilenos llegaron entonces a Venezuela.
La inmigración que llega a Chile no está sólo compuesta por haitianos o venezolanos. La mayor colonia en Chile la constituyen los cerca de 250 mil peruanos, los casi 130 mil colombianos y los cerca de 115 mil bolivianos, según cifras oficiales de 2017.
La mayoría de ellos llegaron a Chile, un país de unos 17 millones de habitantes, en busca de mejores condiciones de vida, derivadas de razones políticas o económicas.
“La migración haitiana, como la mayoría de la migración de otros países, lo que viene es a buscar trabajo”, declaró Pablo Valenzuela, director nacional del Servicio Jesuita Migrante (SJM), organización que promueve y protege la dignidad y los derechos de las personas que migran a Chile.
“Chile ofrece estabilidad política, social, económica, tiene un PIB que muchas veces es el doble o un poco más de los países de los que estamos recibiendo migración”, declaró el directivo.
Algunas organizaciones no gubernamentales han criticado, sin embargo, que sólo se exija visa a haitianos y venezolanos, que son los que más han llegado en los últimos años.
El presidente de Bolivia, Evo Morales calificó incluso de política “aislacionista” las medidas impuestas en Chile. Chile y Bolivia mantienen relaciones diplomáticas desde 1978 y en la actualidad tienen dos procesos en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
