Comandó mexicano de EU asalto a Embajada de Corea del Norte en España

Los asaltantes robaron computadoras y documentos. Entraron a la sede diplomática armados con machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas y golpearon violentamente a sus ocupantes.

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26 marzo,2019 10:30 am
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Los asaltantes robaron computadoras y documentos. Entraron a la sede diplomática armados con machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas y golpearon violentamente a sus ocupantes.
Madrid, España, 26 de marzo de 2019. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, José de la Mata, levantó hoy martes el secreto de actuaciones sobre el asalto que sufrió la Embajada de Corea del Norte en Madrid el 22 de febrero, un suceso que atribuye a una organización criminal formada por diez personas cuyo líder, un mexicano residente en Estados Unidos, contactó después con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) para informar sobre los hechos.
En concreto, el magistrado apunta a la comisión de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo cometidos por una organización criminal cuyo cabecilla responde al nombre de Adrián Hong Chang, y en la que figuran además el ciudadano estadunidense Sam Ryu y el de Corea del Sur Woo Ran Lee, los únicos tres identificados. No hay detenidos.
Según expone, Hong Chang se presentó en la Embajada en la tarde del 22 de febrero pidiendo entrevistarse con el encargado Negocios, mientras fuera le esperaba un compañero y en una rotonda próxima, un Seat Alhambra con otras cinco personas dentro. Le abrió la puerta un trabajador, que le condujo al interior, pero él aprovechó un descuido y dejó pasar a los otros seis.
Entró por Barajas
No era la primera vez ya que el juez sitúa al cabecilla en Madrid entre el 6 de febrero, cuando entró por Barajas con pasaporte estadunidense, y el día 8, cuando abandonó de nuevo el país.
En ese lapso, fue a la Embajada y solicitó ver al responsable de Negocios identificándose como empresario con un nombre falso, el mismo que apareció en un carné de conducir italiano hallado por la policía después en el lugar de los hechos. También visitó la tienda en la que el día del asalto comprarían el material táctico para entrar.
“Inmediatamente penetraron en el recinto de la Embajada, portando machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas y comenzaron a golpear violentamente a sus ocupantes hasta que consiguieron reducirlos y colocarles grilletes y bridas para inmovilizarles”, explica el auto sobre el día del asalto.
Material táctico para un asalto
Esa misma mañana, el cabecilla había comprado cinco fundas de pistola de extracción rápida, cuatro cuchillos de combate, seis pistolas simuladas tipo HK (PVC), una sobaquera, cuatro gafas de tiro, cinco linternas tácticas, cinco balaclavas elásticas y cinco grilletes de tipos diferentes.
Otros cuatro cómplices del grupo venían ya haciendo acopio de material en una ferretería, donde adquirieron una cizalla, 11 desencofradores, cinta americana y cinta de doble cara, alicates, cortavarillas, gafas de protección u una escalera de casi cuatro metros.
Cuando entraron, en el edificio había siete personas, incluidas la esposa del encargado de Negocios y el hijo de ambos. Fueron los dos únicos a los que no golpearon y les tuvieron bajo custodia en un dormitorio, mientras al marido, que opuso resistencia, le provocaron diversas lesiones, igual que pegaron a otros tres con los que les agruparon en una sala de reuniones.
La séptima persona era la esposa de uno de los trabajadores retenidos. Se encerró en una habitación y cuando vio que los asaltantes iban a entrar, trató de huir por una ventana. Cayó al suelo desde un primer piso y se produjo graves lesiones, pero consiguió escapar del recinto por la pista de pádel de la Embajada y recibió ayuda de un ciudadano que llamó al SAMUR y a la policía, que se personó en el lugar.
El cabecilla abrió a la policía
Al llegar los agentes alertados por el ciudadano, les abrió la puerta el propio Hong Chang, que se hizo pasar por un alto cargo de la Embajada y les dijo que no pasaba nada allí dentro. Sin embargo, sus compañeros estaban trasladando al encargado de Negocios a un sótano del edificio, donde se identificaron como “miembros de un movimiento de derechos humanos para la liberación de Corea del Norte” y le instaron a desertar.
El juez explica que durante las “varias horas” que duró el asalto, “procedieron a registrar sistemáticamente distintas dependencias de la Embajada, apoderándose de un par de pendrives, dos computadoras, dos discos duros (uno con imágenes de seguridad)) y un teléfono móvil. Se hicieron también con tres coches, con los que la mayoría de los asaltantes abandonaron el edificio pasadas las 21:40 horas de aquel 22 de febrero.
El líder se quedó dentro hasta que todos se hubieran marchado y pidió un VTC que le recogiera en la parte de atrás de la embajada. Salió con otro asaltante cruzando un descampado y abandonó primero la zona y acto seguido el país: Se fue a Lisboa y allí cogió un vuelo a New Jersey (EU).
El resto del equipo hizo lo mismo, cruzaron en cuatro grupos a Portugal y al menos, los otros dos identificados se reunieron con el cabecilla en Nueva York.
La llamada al FBI
El día 27 de febrero, no había pasado ni una semana desde el asalto, el cabecilla se puso en contacto con el FBI desde Nueva York para informar. Dijo, tal y como recoge el juez, que contó su entrada al edificio y su huida posterior “dando superficiales detalles”, como que buscaban dentro “armas y otras cosas”.
También les comunicó que, “al parecer, previo al asalto, Hong Chang habría contactado con alguien no identificado de la embajada que sería susceptible de ‘desertar'”, tal y como resume el juez en su auto, en el que pide que se recaben declaraciones testificales.
Estuvieron en Madrid en 2018
Los hechos no se restringen al asalto. El juez se detiene también en los antecedentes, pues ya consta una reserva de hotel en junio de 2018 en Madrid a nombre de Sam Ryu, que bloqueó tres habitaciones dobles para seis personas, todas nacidas en Corea del Sur y con entre 25 y 30 años de edad, de las que facilitó el nombre y el número de pasaporte.
Los preparativos se sitúan, no obstante, a dos semanas del asalto. El 13 de febrero. Sam Ryu volvió a reservar hotel a 200 metros de la Embajada para tres personas y tenía ya un coche en alquiler.
El día 19, el cabecilla regresó a Madrid en un vuelo procedente de Praga y fue recogido en ese mismo vehículo y trasladado a un hotel. Hizo una gestión: acudió a la Embajada de México a pedir un pasaporte y después cambió de alojamiento.
En paralelo, los miembros del grupo habían alquilado una casa en Madrid para preparar el asalto, siempre según el relato de los hechos que recoge el juez. Se movían entre el Hotel Aitana y esa vivienda, en cuyas proximidades recuperó la Policía otro de los coches que se utilizaron en el asalto, un Toyota Rav-4.
La primera versión del asalto
El asalto a la Embajada de Corea del Norte lo hizo un grupo disidente que contactó al FBI, según The Washington Post. Investigadores españoles identificaron en los días posteriores a tres de los diez asaltantes, aunque ya habían dejado el país.
Madrid, 22 de marzo. El grupo disidente norcoreano Free Joseon, que según The Washington Post fue el responsable del asalto a la Embajada norcoreana en España el pasado mes de febrero, contactó al FBI.
El rotativo publica un breve video difundido por la organización —también conocida como Cheollima Civil Defense— en la que se ve a uno de sus miembros destrozando retratos del fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung, y de su hijo y sucesor, Kim Jong Il, con subtítulos que afirman “¡Abajo con el gobierno de la familia Kim!”.
“Recientemente, en suelo de nuestra patria…”, comienza el video, sugiriendo, según el diario, “que la grabación se hizo posiblemente dentro de la Embajada norcoreana en Madrid”. Una falta de respeto a la imagen del líder puede castigarse con la muerte en Corea del Norte.
El asalto tuvo lugar el pasado 22 de febrero, cuando diez hombres armados entraron en la sede, ataron y amordazaron a los que estaban dentro durante más de cuatro horas y se llevaron computadoras y documentos, según confirmaron entonces fuentes policiales consultadas por Europa Press.
Una trabajadora de la Embajada, ciudadana de Corea del Norte, consiguió escapar por una ventana y fue localizada herida a pocos metros por una patrulla de la Policía Nacional, que se había personado en el lugar alertada por vecinos. Fue ella quien denunció los hechos.
La denuncia de esta trabajadora llevó a la apertura de una investigación en la Audiencia Nacional, declarada secreta por el juez José de la Mata. Fuentes de la investigación han señalado a Europa Press que en los días posteriores se llegó a identificar a tres de los diez asaltantes, aunque ninguno de ellos se encontraba ya en España.
También se ha rastreado la logística utilizada por el grupo que entró en la legación de Corea del Norte. Al abandonar la Embajada, situada en el número 43 de la calle Darío Aparicio, en el barrio de Aravaca, los asaltantes utilizaron dos coches con matrícula diplomática que fueron hallados después, quedando bajo análisis de la Policía Científica.
Un ataque sin reivindicación
Free Joseon, sin embargo, no ha reivindicado oficialmente el asalto y el pasado fin de semana hizo un llamado a que no se desvelen las identidades de sus integrantes por miedo a que se conviertan en objetivos del régimen de Pyongyang.
El asalto cobró aún más importancia porque el ex embajador de Corea del Norte en Madrid, Kim Hyok Chol, es uno de los hombres fuertes del equipo que lidera las negociaciones nucleares con Estados Unidos.
Chol fue expulsado de España en septiembre de 2017, pero cualquier conocimiento de su actividad en Madrid podría ser interesante para ganar bazas en las negociaciones.
Además, mientras en España algunas informaciones de prensa vincularon a la CIA con la operación, The Washington Post asegura, citando fuentes conocedoras de la operación, que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) no tuvo ningún papel.
Ahora, la comunicación del grupo disidente al FBI “empuja a la comunidad de inteligencia estadunidense a una investigación internacional sensible liderada por las autoridades españolas”, explica el diario, que añade que, aunque el FBI no tiene responsabilidad en inteligencia exterior, suele pasar información a la CIA si la considera relevante.
En cuanto a los motivos por los que el grupo se ha acercado al FBI, el diario cita a un experto de la Universidad de Tufts, Sung Yoon Lee, que apunta a que Free Joseon no parece tener recursos ilimitados ni una gran red logística, así que acercarse al FBI con información relevante puede ser una forma de recabar su protección.
Con todo, el Post avisa de que “cualquier vínculo sustancial” entre el grupo disidente y las autoridades estadunidenses puede complicar las negociaciones nucleares entre Washington y Pyongyang, teniendo en cuenta que el objetivo declarado de Free Joseon es derrocar a la dinastía Kim.
Texto y foto ubicación de la Embajada norcoreana en Madrid: Europa Press
 

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