Texto: Agencia Proceso/ Foto: INAH
Ciudad de México, 4 de abril de 2018. A partir de mayo próximo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) iniciará trabajos de conservación y restauración en la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, encabezados por los especialistas Haydeé Orea Magaña y Arnoldo González, así como por la restauradora in situ Paula García Reyes.
Esto lo confirmó el INAH en un comunicado, por medio del cual García Reyes explicó que, como parte de esta intervención, se hará el registro de todas las inscripciones y huellas manuscritas que, a lo largo del tiempo desde su descubrimiento en 1784, dejaron plasmadas diferentes exploradores y aventureros en el Palacio de Palenque.
Es el caso de la firma del fotógrafo y aventurero decimonónico francés Claude-Joseph Désiré de Charnay (1828-1915), quien hizo tres viajes a nuestro país con el fin de documentar con imágenes las ruinas prehispánicas, entre ellas las de Palenque, en la selva Lacandona, y dejó estampada su rúbrica sobre uno de los pilares de la fachada este de la Casa A, del Palacio.
En ese monumento se harán trabajos de restauración en varios de sus elementos estructurales, como parte de una primera temporada, que tendrá una duración de seis meses, e incluirá el levantamiento en 3D de los relieves en estuco del interior de la Tumba de Pakal, y se continuará el monitoreo de humedad y temperatura de ese sitio, que desde 2014 se lleva a cabo de manera constante con un termohidrómetro.
García Reyes indicó al respecto que la tumba, en la cual está la cripta con la lápida, además de nueve personajes labrados en estuco, “es un caso muy complejo y único en el mundo de la conservación. Para tomar decisiones se necesitarán prácticamente dos años de investigación y monitoreo para recabar información del espacio y analizar las posibilidades de intervención”.
También detalló que su deterioro ha sido causado por el exceso de humedad en el ambiente y al material utilizado para su elaboración: “Cal de mala calidad y arcilla que no tenía una adhesión adecuada, por lo que, con el paso del tiempo, la humedad y las filtraciones afectaron los relieves.
En cuanto al “grafiti histórico”, como le llama el INAH a la firma de Désiré de Charnay, será también objeto de obras de conservación, pero en una posterior etapa de intervención. La restauradora indicó que se registrarán todas las inscripciones que presenta este edificio, en el cual también grabaron otros exploradores y que ahora forman parte de la historia de la edificación.
La restauradora describió también que el Palacio se integra por un complejo de edificios conectados a través de patios, crujías y una torre de cuatro cuerpos, donde el Palacio de Palenque fue construido, remodelado y modificado a lo largo de varios siglos sobre una terraza artificial.
En el proceso de restauración se intervendrán las casas E, construida en 600 d.C., considerada la más antigua del complejo, y la C, edificada entre 650 y 800 d.C. La primera tiene filtraciones de agua y depósitos de sales, desprendimientos de la pintura mural y fauna nociva, como murciélagos.
La E tiene restos de pintura mural en la fachada, con motivos florales. En el interior se aprecian algunos personajes y una piedra oval en relieve en el cual se observa al gobernante Pakal en su ascensión al trono.
La Casa C es la de mayor decoración con relieves de estuco y mascarones. En los pilares internos se pueden observar personajes de estuco con pintura mural, y glifos y figuras humanas esculpidos en piedra, describió la restauradora y detalló que se atenderán los techos, se hará un levantamiento de cubiertas, y recuperarán los sistemas constructivos, entre otras acciones.
La restauración cuenta con el apoyo del Fondo de Embajadores del Departamento de Estado de Estados Unidos de América, informó el INAH.
