Compite película mexicana sobre el robo al Museo de Antropología por el Oso de Oro de la Berlinale

"Museo", de Alonso Ruizpalacios, centrada en dos jóvenes estudiantes de veterinaria que robaron 140 piezas del Museo Nacional de Antropología la madrugada del 25 de diciembre de 1985.

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12 febrero,2018 8:50 am
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Berlín, Alemania, 12 de febrero de 2018. La película mexicana de ficción Museo, de Alonso Ruizpalacios, compite por el Oso de Oro en la 68 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín, centrada en dos jóvenes estudiantes de veterinaria que robaron 140 piezas del Museo Nacional de Antropología la madrugada del 25 de diciembre de 1985.

El realizador considera “un honor” que su segundo filme, de 128 minutos, forme parte de la selección oficial de este certamen también conocido como la Berlinale a efectuarse del 15 al 25 de este mes de febrero en Alemania, donde participan historias fílmicas de Bélgica, Brasil, Estados Unidos, Francia, Paraguay, Polonia, Reino Unido, Uruguay y Rusia, entre otras naciones.

Ruizpalacios ensalza a dicho festival europeo cual “escaparate muy digno donde mostrar este largometraje”. Relata vigoroso en entrevista: “Nos entusiasma poder llevar un cacho de la cultura mexicana. Creo que es una película muy mexicana, habla de eso, sobre la identidad y la historia. Compartir esto fuera es muy emocionante”.

Cabe recordar que su primer largometraje, Güeros, logró el reconocimiento a Mejor Ópera Prima en la Berlinale 2014, festival cuyo emblema es un oso (Ursus Arctus, símbolo de la capital germana).

En Museo, protagonizado por Gael García Bernal interpretando a Juan Núñez, quien en la vida real fue el autor intelectual y material del robo –llamado Carlos Perches Treviño y detenido el 10 de junio de 1989–, así como Leonardo Ortizgris, recreando a Benjamín Wilson –cuyo nombre verdadero era Ramón Sardina García, y al que nunca se le ha capturado–.

Mientras los vigilantes festejaban la Navidad, Perches Treviño y Sardina García saltaron la barda metálica de dos metros de altura del museo y entraron a las salas por ductos del aire acondicionado, para entre la 1 y las 4 de la madrugada extraer las joyas –casi en su totalidad de la tumba de Palenque, y objetos de oro en la sala Mixteca–, metiéndolas en unas maletas. Huyeron en un vochito, refugiándose en la casa de Perches Treviño ubicada en Ciudad Satélite (Proceso, 478).

Sin embargo, la cinta desistió en seguirle la pista a los hechos del caso y Ruizpalacios explica que el guión poco a poco se fue alejando del suceso real, porque la meta de su proyecto no era de índole documental:

“Para la ficción había situaciones que no cuadraban o no funcionaban en el marco narrativo. Entonces nos fuimos tomando licencias. Llegamos a la conclusión de que la cinta debía tomar su propio camino.”

El relato cinematográfico se apartó definitivamente de la historia real “también por la negativa de las familias de los ladrones, porque no quisieron saber nada del filme”. Explica que como Manuel Alcalá, quien ya tenía años con la investigación del pillaje, al principio se acercó a la familia Perches; pero a él como director le dijeron que no deseaban tener que ver con la película y que no le iban a proporcionar información. Ruizpalacios sigue:

“Ante esa negativa decidimos que lo mejor era sólo inspirarse en los personajes reales, pero tomando una ruta propia. Además, la historia de los chavos reales esta llena de mitos y de invenciones, dependiendo de quien hable sobre ellos. Todo apuntaba a que eso debía ser el espíritu de la cinta, como que correspondía ser una ficción sobre la ficción misma.”

Juventud sin rumbo

Ruizpalacios, egresado de la Royal Academy of Dramatic Art (RADA) en Londres, Inglaterra, cuenta que se encontraba editando Güeros cuando escuchó acerca del guión de Museo:

“Mi editor Yibran Asuad, quien es amigo de Manuel Alcalá, me dijo que Alcalá tenía un guión de esa historia, me la contó y estaba increíble. Yo había oído del robo, pero no conocía bien el suceso. Asuad me dijo que Alcalá estaba buscando el director y que había visto Güeros y le encantó, así que me buscó. Yo elaboraba otra película y no pensaba crear largometrajes por encargo. Les manifesté que le entraría solo si reescribía el guión con Alcalá, para apropiarme de la historia y encontrar las cosas que me interesaban”.

Alcalá y él empezaron a ocuparse juntos del guión:

“Estuvimos dos años dándole al texto y rehaciéndolo por completo. Encontré temas que a mí me interesaban y que de alguna manera abrigan vínculos con preocupaciones en Güeros: el de la juventud de la Ciudad de México extraviada; la juventud de la clase media sin rumbo y sin vocación. Eso es lo que encontré en el centro de esta historia y me pareció fascinante”.

Del personaje real, Perches Treviño, le llamó la atención la relación con su papá, quien era doctor:

“Empecé a imaginar esa relación. Del padre médico, bien establecido, y de pronto que su hijo estudia veterinaria. Eso para un médico es: ‘¡No llegó a médico, y luego comete este crimen!’. Aquello me interesó mucho y lo concebí como el centro de la historia, la relación padre e hijo, y la relación entre aquellos dos amigos para meterse al Museo de Antropología”.

Texto: Agencia Proceso/ Foto: Imcine (Twitter)

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