Vive Lopetegui un día a la vez; este es el Real de hoy, esta es la vida del ganador de las últimas tres Ligas de Campeones y el equipo que el 24 de septiembre acaparó los premios The Best.
Madrid, España, 24 de octubre de 2018. Fue el 19 de septiembre cuando el Real Madrid goleó 3-0 a la Roma y recibió mil elogios, pero ahora, un mes después, el caos se apoderó de club y equipo mientras su entrenador se somete a una lenta agonía.
Cuesta asimilar una involución tan mayúscula en tan poco tiempo. Si hace unas semanas el Real Madrid era un cuadro perfectamente armónico, nada queda de todo aquello. Absolutamente nada.
En aquella primera jornada de la Liga de Campeones, el Santiago Bernabéu se rompió las manos de aplaudir a un equipo que en el campo no sólo se mostraba confiado, sino que transmitía aroma a conjunto con una idea: líneas juntas, presión adelantada, ocupación intensiva de espacios, subidas de los laterales, diferentes formas de llegar al gol…
El propio técnico de la Roma, Eusebio Di Francesco, se rindió a su rival: “Si fuera hincha del Real Madrid, no estaría preocupado por nada, es un equipo de campeones”.
Y la prensa se llenó de elogios hasta el punto de preguntar: “¿Es el mejor equipo de la historia?”.
Pero quién iba a imaginar que aquella “apisonadora” se iría desarmando progresivamente hasta llegar al caos absoluto que hoy vive.
Tras aquella goleada a la Roma, llegó un triunfo poco menos que discreto por 1-0 ante el Espanyol. Todo un aviso. Y a partir de ahí todo se aceleró. Ocurrió la estrepitosa derrota 3-0 ante el Sevilla que marcó el inicio de una racha de ocho horas sin marcar y, por consiguiente, sin ganar.
La dinámica negativa se rompió el martes con su triunfo 2-1 ante el modesto Viktoria Plzen. Una victoria con olor a derrota. El Santiago Bernabéu, harto de lo que veía, despidió al equipo con abucheos, la peor banda sonora posible para preparar el partido del domingo ante el Barcelona.
El encuentro escenificó todo el caos que atraviesa el Real Madrid. El arquero costarricense Keylor Navas, condenado al ostracismo por Julen Lopetegui, fue uno de los jugadores más destacados. También el uruguayo Fede Valverde, que debutó en el Real Madrid.
Isco fue sustituido en la segunda parte y se tapó la boca en el cambio para que nadie pudiera saber qué le decía a su entrenador. Aparentemente, nada agradable.
Luego, Lopetegui ejecutó su tercer cambio cuando Marcelo estaba en el suelo quejándose de un golpe. El brasileño no pudo seguir y el Real Madrid acabó con diez, despejando balones y pidiendo la hora ante su angustiosa hinchada.
Y como en casi todos los momentos difíciles, los jugadores eligieron a la prensa como el responsable. Así lo creyó Marcelo: “De crisis habláis vosotros, que intentáis hacer daño a este vestuario. Todos los periodistas intentáis hacer daño. Igual es envidia porque no sabéis jugar al futbol”.
En esta situación viajará al Camp Nou el Real Madrid, un equipo descosido, con una brutal crisis de confianza y sin ninguno de los rasgos que insinuara su entrenador hace un mes, cuando el equipo parecía volar. Hoy transmite la sensación de que está en la primera semana de pretemporada.
La impresión general es que si Lopetegui no fue despedido ya fue porque el club blanco no encontró ni el momento ni la persona adecuadas. De lo que nadie duda es de que el despido se ejecutará si el Real Madrid no saca nada de su visita a Barcelona.
Y luego llegaría el siguiente “match-ball” para el técnico. Y si ganara, otra “vida extra”. Y así sucesivamente.
Este es el Real Madrid de hoy, esta es la vida del ganador de las últimas tres Ligas de Campeones y el equipo que el 24 de septiembre acaparó los premios The Best a los mejores futbolistas del año.
Texto: Alberto Bravo / DPA
Foto: Twitter @realmadrid