Sabemos que Encinas ha estado yendo a Iguala personalmente a la búsqueda. Ver que están actuando en el terreno nos da cierta esperanza, dice María Martínez Zeferino
Ciudad de México, 27 de agosto 2019. La justicia es lenta, así, como una tortuga”, dice María Martínez Zeferino, madre de Miguel Ángel Hernández Martínez, uno de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa que fueron víctimas en Iguala, Guerrero, de una desaparición forzada en la que participaron elementos policiacos de distintas corporaciones.
Ella, como el resto de padres y madres, ha visto transcurrir lenta e inexorablemente las horas, los días, las semanas, los meses, los años desde la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando no supieron más de sus hijos. Este lunes cumplieron 59 meses sin ellos.
María forma parte de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa creada por un decreto presidencial –el 4 de diciembre 2018– y encabezada por Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, de la Secretaría de Gobernación (Segob). Su última reunión ordinaria ocurrió el 21 de agosto pasado.
“Nosotros quisiéramos que esto fuera rápido, es lo que cuestionamos: la lentitud de todo –se queja María–. Nos dijeron que tenían que hacer cimientos primero, para que todo pudiera avanzar con certeza. Ahora ya está el fiscal, hay ya dos investigadores del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) trabajando acá. Estamos esperando, la verdad queremos ya que se pongan a trabajar, como debe ser”.
“Verlos actuar, ver que están en terreno”, mantiene la esperanza
La espera no la abruma. Cuatro años de total indiferencia de la anterior administración la curaron en salud. Nada pudo ser peor, afirma. Hoy la burocracia, los trámites, las reuniones la cansan, sí, pero algunas diferencias le indican que, pese a todo y sin embargo, algo se mueve.
“Sabemos que Encinas ha estado yendo a Iguala personalmente a la búsqueda. La semana pasada él y el fiscal especial (Omar Gómez Trejo) se la pasaron pues toda la semana prácticamente por allá. Ese tipo de cosas mantienen cierta esperanza nuestra: verlos actuar, ver que están en terreno. Eso no pasaba con el gobierno pasado, simplemente pues no ocurría”.
No obstante, este lunes la marcha en la Ciudad de México por los 59 meses en conmemoración de los hechos ocurridos en Iguala el 26 de septiembre de 2014, y por la exigencia de presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, lució desangelada.
Desde ese día 26 los padres de familia han marchado cada mes sin falta, haciendo el mismo recorrido: del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez, en la capital del país, y después de casi 5 años es lógico que el movimiento sufra desgaste, que los colectivos a veces no aparezcan.
Ayer –tras cuatro años y 11 meses– acudieron menos manifestantes que de costumbre: un centenar, quizás dos, alumnos de distintas escuelas rurales, el Frente Popular Francisco Villa, algunos familiares de personas desaparecidas.
Es posible que estén guardando fuerzas y conteniendo el apoyo para el quinto aniversario de la desaparición.
“Miles de estudiantes en Guerrero nos hacen falta”
Los padres de familia aprovecharon el mitin en el Hemiciclo a Juárez para anunciar una jornada del 15 al 26 de septiembre próximo, en la que se prevén mítines en las principales ciudades de la República y en todo Guerrero, eventos políticos y culturales en memoria de los 43, conciertos, concursos de declamación por el caso Ayotzinapa, proyección de videos, documentales y películas, presentaciones de libros, entre otras actividades.
“La invitación es que no olvidemos que en Ayotzinapa nos hacen falta 43 estudiantes, pero no sólo eso, miles de estudiantes en Guerrero nos hacen falta”, dijo Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete.
“En toda la República son más de 35 mil desaparecidos. Hay madres y padres que todos los días preguntan por sus hijos. El mes de septiembre es para eso: el caso Ayotzinapa es emblemático porque representa a muchos, a muchas. No es un caso aislado. No, compañeras y compañeros, no nos olvidemos lo que se demostró con el caso Ayotzinapa”.
Navarrete no duda en recordar que sus hijos no fueron desaparecidos por el crimen organizado solamente, y que en los hechos estuvieron involucrados los policías ministeriales de varios municipios, la Policía Estatal y el propio Ejército, y que se usó a la Procuraduría General de la República y otras instituciones para intentar proteger a los responsables.
Que el presidente refrende su compromiso en septiembre
El padre de José Ángel reitera: “Fue el Estado y eso está demostrado. El anterior gobierno fue el que nos los desapareció. ¿Y qué va a pasar ahora con el nuevo gobierno?
“Ahora sí que nosotros no damos un paso atrás. De poco va a servir que tengamos un nuevo fiscal si desde la institución no se le brindan las facilidades de investigación al nuevo gobierno. Necesitamos respuestas”.
Coincide con María en que todo se mueve muy lento.
“Nosotros pensamos que con la firma del decreto presidencial todo iba a ser más rápido, pero prácticamente apenas el fiscal especial va a empezar a retomar las líneas de investigación”.
En la caminata por paseo de la Reforma, Navarrete cuenta que en la última sesión de la Comisión de la Verdad pidieron una reunión en septiembre con el presidente Andrés Manuel López Obrador, “antes del aniversario, para que refrende su compromiso”.
Tras la lánguida marcha, reconoce: “Ya cada vez somos más pocos aquí, ¿verdad? Son cinco años. Pero tenemos una decisión firme: no estamos exigiendo nada del otro mundo. Solamente lo que nos corresponde. ¿Dónde están nuestros hijos?”.
Texto: Carlos Acuña/Foto: Agencia Reforma
