“Hace años” que había denuncias de irregularidades y se supo de nuevos abusos hacia las usuarias, dice la directora de la Red Nacional de Refugios, Wendy Figueroa
Chilpancingo, Guerrero, 21 de julio de 2022. La directora de la Red Nacional de Refugios, Wendy Figueroa Morales, reveló que desde 2018 el Refugio para Mujeres en Situación de Violencia de Guerrero fue dado de baja de la asociación civil, porque desde “hace años” había denuncias de irregularidades y tras conocerse nuevos abusos hacia las usuarias.
Sin embargo, enfatizó la importancia de que todos los refugios, no sólo el de Guerrero, garanticen el cumplimiento del modelo nacional, de la Ley General y estatales de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y los tres órdenes de gobierno realicen monitoreos, supervisión y rendición de cuentas, desde una perspectiva de género y de derechos humanos.
Consultada vía telefónica sobre el espacio que se creó en la entidad, para atender a las mujeres que son víctimas de violencia extrema, que era parte de la Red Nacional, recordó que tuvo la oportunidad de estar en los inicios del refugio de Guerrero.
Destacó los procesos de profesionalización y contención para el personal, que comenzó a laborar en 2008. “Recuerdo los esfuerzos y compromisos de la titular de la Secretaría de la Mujer (Semujer) en ese entonces, Rosa María Saavedra, quien por supuesto, como todas, se enfrentó a diversos obstáculos burocráticos pero se logró tener un refugio con espacios dignos y personal comprometido y profesional, cumpliendo con el modelo de refugios”.
Acompañó continuamente al refugio hasta 2012. Después, sus visitas fueron intermitentes, debido a diversos cambios no sólo en el personal del refugio, sino dentro de la misma secretaría, indicó.
De la situación actual, confirmó que tuvo información por la denuncia pública de Metztli, por colectivas, incluso por las colaboradoras que fueron despedidas en los últimos días, sobre las situaciones de violencias contra el personal y malos tratos para las mujeres residentes.
“No es la primera vez que tengo esta información. En 2018 fui a realizar una visita de supervisión, ante diversas denuncias que nos llegaron. Si bien recibí respuesta y apertura para ingresar al refugio, por la directora del mismo y de la titular de la Semujer, se realizaron diversas observaciones”.
Desde entonces, informó a las autoridades que “mientras no se aclarara la situación, se les daría de baja como integrantes de la Red Nacional de Refugios. Hasta ahora sigue con el mismo estatus”.
Informó que ese mismo año se reunió con ex usuarias, que dieron su testimonio, lo que llevó a la ratificación de la decisión.
Sobre las irregularidades señaladas, indicó que activistas y colectivas feministas guerrerenses, desde hace ya algunos años se informaron que el espacio dejó de ser confidencial, “pues no se cuidaba este aspecto, ni quién ingresa al mismo”.
Ex colaboradoras con las que mantuvo contacto, “me refirieron que la violencia institucional siempre se ha dado en el refugio, ya que las secretarias sin experiencia en la atención a las mujeres, imponen sus criterios y existe rotación constante del personal, por cuestiones de favores partidistas. Así me lo expresaron hace unos días, por supuesto que rechazo cualquier situación de violencia y creo que quienes pueden decir lo que han vivido, justo son las mujeres residentes y quienes han colaborado en el refugio”.
Del financiamiento federal al refugio de Guerrero, reconoció que desconoce si han presentado proyectos o su estatus, porque la Comisión Nacional para Atender y Prevenir la Violencia hacia las Mujeres (Conavim) no respondió a una solicitud que realizaron, mediante la plataforma del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI).
Sin embargo, consideró trascendente enfatizar la importancia de que todos los refugios, no sólo el de Guerrero, garanticen el cumplimiento del modelo, la Ley General y estatales de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y se priorice la atención en apego a los derechos humanos.
“Esto implica cero situaciones de violencia y en ese sentido, es clave el monitoreo, supervisión y rendición de cuentas, desde una perspectiva de género y de derechos humanos, por parte de las autoridades federales, estatales y municipales correspondientes”.
Subrayó que el refugio debe de ser “un espacio seguro y de restitución de derechos, con presupuesto garante y entregado oportunamente, pero también con atención integral especializada con enfoque de género, derechos humanos, interculturalidad, compromiso, pasión, reconocimiento de las otras como sujetas de derechos y sin ningún tinte partidista. Eso es clave”.
Texto: Lourdes Chávez
