Drama y tensa vigilia de los familiares de tripulantes del desaparecido submarino argentino

El operativo de búsqueda cuenta con diversos aviones y barcos y la colaboración internacional de Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay y Perú.

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21 noviembre,2017 10:58 am
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Buenos Aires, Argentina, 21 de noviembre 2017.- La “gran preocupación” de las familias de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan de la Armada Argentina cuyo rastro se perdió hace seis días es si todavía tienen oxígeno, según explicó hoy martes uno de los psicólogos que les atienden.

“Lo único que los compensa es decir, ‘bueno, mi hijo está haciendo lo que realmente le gusta’ y eso es importante porque genera un sentimiento de pertenencia”, relató el licenciado en psicología y capitán de fragata Víctor Hugo Dugar, uno de los especialistas que se encuentra tratando a los familiares.

En la localidad costera bonaerense de Mar del Plata se encuentra la base de operaciones del submarino y allí vive la mayoría de sus tripulantes, por lo que es donde actualmente se encuentran sus allegados, que aguardan entre nervios e incertidumbre.

“Somos un grupo de cinco psicólogos y un psiquiatra, todos especialistas en crisis fundamentalmente. Nos encontramos con 100-150 personas”, añadió Dugar en declaraciones a radio Uno, al tiempo que destacó que el grupo de allegados ha pasado por “tres momentos importantes que han calado hondo”.

El primero fue cuando se desmintió que una serie de llamadas satelitales registradas el pasado sábado, que en un principio se pensó podrían haber salido del submarino, procedieran de la nave.

“La empresa telefónica corroboró que no provenían del submarino. Fue la primera gran desazón”, remarcó el psicólogo.

Por otro lado, ente el domingo a la noche y lunes por la mañana estaba programada la llegada oficial a la Base Naval de Mar del Plata del submarino, que había partido el lunes pasado del puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a la localidad bonaerense.

“Y había cierta esperanza de que ocurriera. Pero no fue así”, subrayó Dugar, que agregó que el otro momento de tristeza fue cuando la Armada confirmó ayer que un “ruido” detectado en la zona del Atlántico Sur donde se busca el submarino no corresponde al sumergible.

“Se nos produjo una descompensación masiva de gente, fundamentalmente gente adulta, mamás y papás ya grandes. Hubo descompensaciones cardíacas”, indicó.

A lo largo del martes, continuó explicando, llegarán a Mar del Plata tres médicos más para atender “en situaciones masivas y estar preparados para algunas noticias que pueden llegar a ocurrir”.

“Esta profesión de ser submarinista es una profesión muy riesgosa y los submarinistas lo saben, y por ende las familias también, que esto puede llegar a ocurrir”, matizó el psicólogo.

En este sentido, añadió que el comentario que más se escucha es: “Me imaginé que podía llegar a pasar esto”, por lo que “están preparados para la situación límite”.

“La gran preocupación” en este momento, según reconoció, es si todavía la tripulación tiene oxígeno

“Cuando hay mujeres embarazadas, mamás y papás muy grandes y los ves constantemente y ves el dolor”, lamentó.

La preocupación por el paradero del submarino se originó cuando el pasado viernes autoridades de la Armada señalaron que la nave había reportado por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que se resolvió activar el protocolo de búsqueda.

Actualmente, el operativo cuenta con diversos aviones y barcos y la colaboración internacional de Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay y Perú.

 

Tensa vigilia de los familiares

El ánimo de las familias de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA “San Juan”, desaparecido desde el 15 de noviembre, decae día a día en una montaña rusa de emociones que se complica con cada desmentida de posibles pistas del sumergible.

“Espero que se apuren los que están buscando”, deseó el padre del comandante segundo del submarino Jorge Ignacio Bergollo, Jorge Bergollo, quien también fue comandante del mismo sumergible hace 20 años y conoce como nadie los riesgos que atraviesa el “San Juan”.

El psicólogo de la Armada Víctor Hugo Duga reveló hoy que la confirmación de que los ruidos captados en el fondo del mar no provenían del submarino “generó una gran desilusión en los familiares”.

La esperanza de que fueran los tripulantes golpeando el casco de acero para emitir ruidos que fueran captados en la búsqueda se esfumó y con ella devino una nueva crisis. “El ánimo está muy mal, muy mal”, remarcó el psicólogo de la fuerza al canal A24, y declaró que al menos diez personas sufrieron descompensaciones al conocerse el parte oficial de que esos ruidos no eran del sumergible.

Los familiares están reunidos en la Base Naval de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde funciona el Comando de la Fuerza de Submarinos de la Argentina. La mayoría vive en esta ciudad balneraria porque es la base de los submarinos y el lugar de trabajo habitual de sus tripulantes.

Ante la primer alerta de problemas, los familiares fueron contactados de inmediato por las autoridades de la Armada y se congregaron en la Base Naval a la espera de novedades. Allí reciben desde el primer día contención psicológica, médica y espiritual, también de otros submarinistas que quedaron en tierra. El lunes se acercó al lugar el presidente argentino, Mauricio Macri, para expresarles su apoyo y compañía.

También reciben el apoyo de la población. Decenas de carteles y banderas cuelgan de las vallas que rodean la base. “Los esperamos”, “Regresen pronto”, “Fuerza argentinos”, rezan algunos.

El apoyo sin embargo no alcanza para sobrellevar la tensa vigilia sin altibajos.

El psicólogo detalló que “hubo tres momentos muy graves” en el grupo de familiares.

“El primero fue la no llegada del submarino en el día y la hora programada a la base, el domingo a la noche o el lunes a la mañana. Ese fue el primer golpe”, precisó. Luego fueron las confirmaciones de que las llamadas satelitales que se pensaban habían salido del submarino no habían sido tales, y que los ruidos no venían del sumergible sino que serían biológicos, del ambiente marino.

“Lo de anoche fue devastador. Cuando el comandante comunica que esos supuestos ruidos que no fueron tales se nos descompensaron alrededor de diez personas”, precisó el psicólogo de la Armada. La principal preocupación del equipo médico y psicológico es la avanzada edad de algunos familiares, como por ejemplo padres y madres de entre 75 y 80 años que ya padecen alguna enfermedad de base.

El psicólogo afirmó que “el ánimo está todo mal”. “Cada tres horas viene un almirante con un parte y se los lee, les explica la situación y las novedades. Para nosotros es el momento de más peligrosidad, en el sentido de que estamos cuidando a la gente desde el punto de vista de la salud”, indicó.

“La familia sabe de las tareas que cumplen los tripulantes del submarino. Es un puesto laboral de mucho riesgo y la familia lo sabe”, advirtió.

“Ellos confían en todos los tripulantes, desde el comandante hasta el último son gente altamente preparada. Y a los tripulantes se los chequea constantemente para saber el estado de su psiquis”, añadió.

María Morales, madre de un tripulante, aseguró que prefiere estar acompañada en la Base Naval que en su casa. “A veces cuando nos vamos de acá nos bajoneamos (deprimimos), pero en la base estamos juntos dándonos apoyo”, declaró al canal TN.

El padre de otro tripulante, Jorge Villarreal, prefirió dar un mensaje de “optimismo y tranquilidad”. “Mi fe está intacta, mi optimismo está igual. No me voy a ir de acá hasta que no vuelvan”.

El último contacto del submarino “San Juan” fue el miércoles de la semana pasada, cuando se encontraba a la altura del Golfo San Jorge, a 240 millas náuticas (432 kilómetros) de la costa, al sudeste de la Península Valdés y unos 1.300 kilómetros al sur de la capital argentina.

Según confirmó el lunes el capitán de navío Gabriel Galeazzi, de la Base Naval de Mar del Plata, el “San Juan” había reportado antes de su último contacto una avería en su sistema de energía. Por ese motivo, agregó, le ordenó al capitán de la nave iniciar el viaje de regreso por la ruta más directa a Mar del Plata.

Nota: DPA
Foto: EFE

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