El desgarrador éxodo de las familias centroamericanas

Un pequeño contingente de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos llegó hoy a Talismán, para buscar a sus hijos perdidos. Miles de hondureños de una caravana migrante recibieron hoy atención médica y comida...

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23 octubre,2018 6:39 pm
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Un pequeño contingente de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos llegó hoy a Talismán, para buscar a sus hijos perdidos. Miles de hondureños de una caravana migrante recibieron hoy atención médica y comida por parte de grupos y autoridades mexicanos en Huixtla. Casa del Migrante Saltillo indicó que son 2 mil 377 niños en el contingente. Van con padres, tíos o primos, y a veces solos.

Madres de migrantes desaparecidos llegan a México desde Centroamérica 

Un pequeño contingente de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos llegó hoy a la ciudad de Talismán, en la frontera sur de México, para realizar labores de búsqueda de sus hijos perdidos.
El grupo, conformado por 30 mujeres procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador, entró por la garita migratoria en Talismán, en el sureño estado de Chiapas, debido a que cuentan con el permiso de las autoridades mexicanas.
“Estamos aquí en México para la 14 caravana, con el lema de este año que es ‘Verdad y Justicia’ para demandar información al Gobierno mexicano sobre qué ha pasado con nuestros hijos migrantes”, dijo a DPA la guatemalteca Catalina López, miembro de la caravana de madres.
López señala que los migrantes que salen de Centroamérica lo hacen obligados “por la violencia que hay en nuestros países, por la delincuencia, por la alta corrupción”, por lo que critica que los migrantes “sean criminalizados” en México.
La caravana de madres de migrantes desaparecidos llega cada año a México para buscar a sus hijos. Recorren con fotografías en mano los estados a los que suelen llegar los migrantes al entrar al territorio mexicano.
Las mujeres empezaron a ingresar a México con banderolas de sus países y varias fotografías de sus hijos y de los hijos de sus compañeras que no pudieron viajar con la caravana.
La caravana, organizada por El Movimiento Migrante Mesoamericano, tiene planeado permanecer en Chiapas unos cuatro días para dirigirse después a los estados de Tabasco, Veracruz, Hidalgo, Guanajuato, Michoacán y Ciudad de México, entre otros.
En años anteriores llegó un grupo más numeroso, pero esta vez las 30 madres representarán a su colectivo en una Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos, que se realizará en Ciudad de México el 2, 3 y 4 de noviembre.
Aunque tenían planeado ingresar por Ciudad Hidalgo, fronteriza con la guatemalteca Tecún Umán, tuvieron que cambiar su ruta porque fue por ese lugar que una caravana de miles de migrantes hondureños ingresó el sábado a México.
El puente internacional que une a México y Guatemala por Ciudad Hidalgo todavía está ocupado con algunos migrantes que esperan ser atendidos por las autoridades migratorias, mientras que unos 7 mil 500 de la caravana está en la ciudad de Huixtla, a unos 80 kilómetros.
Los migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos se encuentran indocumentados y avanzan en una multitudinaria caravana con mujeres y niños. Es posible que las madres centroamericanas se reúnan con ellos en estos días. (Texto: DPA)

Caravana migrante recibe atención médica y ayuda en el sur de México 

Miles de hondureños de una caravana migrante recibieron hoy atención médica y comida por parte de grupos y autoridades mexicanas mientras se encuentran en la ciudad de Huixtla, en la frontera sur de México, donde descansan de su recorrido hacia Estados Unidos.
“Nosotros nos sentimos gozosos y alegres al hacer la obra con nuestros hermanos”, dijo a DPA Israel Hernández, miembro de una iglesia adventista en Huixtla, en el estado de Chiapas. Junto a compañeros de su iglesia ha entregado comida a los migrantes que se encuentran en la plaza central de la ciudad.
La caravana, formada por unos 7 mil 500 migrantes, según sus organizadores, llegó la noche del lunes a Huixtla, tras recorrer unos 40 kilómetros desde Tapachula. Permanecerán hoy en esa ciudad para reponer fuerzas antes de reanudar su camino.
Hernández y sus compañeros repartieron pan y café, así como otros alimentos y ropa a los integrantes de la caravana, conformada en su mayoría por hondureños. También los ayudaron cuando estuvieron en Tapachula.
Distintas organizaciones civiles y grupos religiosos se han dedicado a ayudar a los migrantes, que ingresaron a México el sábado sin documentos. El objetivo es llegar a Estados Unidos a pedir asilo, pero algunos planean quedarse en territorio mexicano.
En Huixtla, que es la segunda parada de su trayecto, los migrantes también recibieron ayuda de las autoridades locales. El alcalde de la ciudad, José Luis Laparra, dijo a DPA que brindaron atención médica a varias personas del contingente.
“Como ayuntamiento municipal hemos coordinado con todas las secretarías para poderles brindar seguridad. Hemos hecho brigadas médicas, hemos atendido a muchos niños, muchas niñas, muchas mujeres… Es algo que te pega cuando lo ves”, señaló.
El cansancio y el intenso calor pueden dañar la salud de los migrantes, que realizan gran parte de su recorrido a pie. Partieron de Honduras el 13 de octubre y en el camino se les fue sumando más gente. También hay salvadoreños y guatemaltecos. (Texto: DPA)
Varios niños y adultos que integran la caravana de migrantes centroamericanos pasan la noche en el parque Central de Tapachula. Foto: Arturo Monroy, Notimex a través de DPA.

“Pasé por una balsa”: Los niños de la caravana migrante en México 

Van en hombros o en los brazos de sus padres. Otros en carriolas o caminan junto a sus padres mientras siguen a la caravana que se encuentra en México. Son niños migrantes, aunque no sepan el significado de esa palabra.
Mientras cruzan México hacia los Estados Unidos, los niños se entretienen con lo que pueden. Pocos pueden explicar las causas que llevaron a sus padres a salir de su hogar y quizás tampoco sepan que las autoridades de ambos países han lanzado advertencias a la caravana.
Pero pueden notar el ambiente tenso. Dennis, que tiene 11 años y cursaba el sexto grado de primaria en Tegucigalpa, Honduras, comenta que no le gustó que no los dejaran pasar por el puente internacional que une la fronteriza Ciudad Hidalgo y la guatemalteca Tecún Umán.
“Pasé por una balsa y a la gente grande le tocó tirarse al río y cruzar nadando”, señala a dpa al recordar cómo atravesó el río Suchiate, línea divisoria entre México y Guatemala.
El objetivo de sus padres es llegar a Estados Unidos para pedir asilo, aunque varios han contemplado quedarse en México. Los niños no entienden eso, solo que extrañan a los familiares que dejaron, a sus amigos y hasta su escuela.
“(Dejé) a mi abuela, a mi abuelo y a mi tío”, cuenta el pequeño Óscar, de 10 años. Es hondureño y entre las miles de personas que conforman la caravana migrante ha encontrado nuevos amigos.
Mientras estaban en Tapachula, ciudad del estado sureño de Chiapas, Óscar, Jahir y Emmanuel jugaban con una carriola (un coche de niños) frente a la sede de la alcaldía. Estudiaban el quinto, cuarto y tercer grado de primaria en Honduras y se hicieron amigos durante los más de 600 kilómetros que recorrieron desde su país de origen.
La caravana de migrantes indocumentados está compuesta en su mayoría por hondureños, aunque también hay personas de Guatemala y El Salvador.
Salieron el 13 de octubre desde San Pedro Sula, en Honduras, con unas 1.000 personas. En su recorrido por Guatemala hasta la frontera con México se les sumaron muchas más y ahora superan los 7.000.
Aunque no hay cifras oficiales de la cantidad de niños que van con la caravana, la asociación defensora de migrantes Casa del Migrante Saltillo indicó que son 2.377 niños y niñas los que forman parte del contingente. Van con padres, tíos o primos.
Se pueden ver desde recién nacidos cuyos padres llevan cargados, en hombros y en carriolas, hasta los más mayores, que caminan junto a los adultos. Así, cansados, llegaron el domingo a Tapachula desde Ciudad Hidalgo. El lunes reanudaron la marcha hacia Huixtla.
Pese al cansancio, el intenso calor y el largo e incierto camino que les espera por delante hasta Estados Unidos, los niños de la caravana no pierden su alegría. Juegan con lo que encuentran o lo que tienen a la mano.
Sus padres están decididos a continuar el viaje. Fredy García, su esposa y sus tres hijos, todos menores de diez años, dice a dpa que en Honduras “no hay empleo y sí mucha violencia”, lo que los obligó a migrar.
Como Dennis recuerda, cientos cruzaron por el río en balsas rudimentarias hechas de neumáticos y madera. Otros, cansados de esperar en el puente internacional a ser atendidos por las autoridades migratorias, se lanzaron a las aguas para seguir su camino.
Los migrantes de la caravana huyen de la violencia y el desempleo en Honduras. Dennis dice que existe “mucha pobreza” en su país. Va acompañado de su padre, que era comerciante, y ahora no sabe si podrá seguir estudiando.
Sergio, de 12 años, coincide y agrega que las autoridades les quitan lo poco que tienen. “Si usted tiene dos carros, le quitan uno. Si usted tiene 10 vacas, le quitan cinco”, manifiesta.
El trayecto ha sido duro y todavía quedan casi 4 mil kilómetros de recorrido hasta la frontera en Tijuana con Estados Unidos. Pero Sergio piensa en lo que echa de menos. “La escuela, mis amigos. Todo”. (Texto: DPA) 
Dos niños que integran la caravana de migrantes centroamericanos pasan la noche en el parque Central de Tapachula. Foto: Arturo Monroy, Notimex a través DPA.

Mario Castellanos, no pidió permiso y viaja solo a sus 12 años
Mario Castellanos de 12 años, originario de San Pedro Sula, se hizo famoso el pasado viernes, cuando los migrantes derribaron la reja fronteriza y lograron pasar a México.

Se hizo famoso porque venía en la vanguardia de la caravana y recibió los gases lacrimógenos de las autoridades mexicanas, fue así como salió en la televisión y se conoció su historia.

En Guatemala no iba a la escuela, pues sus padres no podían costear su educación, se dedicaba a vender chicles en la calle; sin embargo, él declara que las pandillas, los Maras, querían reclutarlo para sus filas, pero él no quería.
Se enteró de la caravana por las noticias y decidió unirse al contingente. No avisó en su casa, sólo dijo que iba al centro, pero pasaron las horas y no regresó, fue entonces que unas vecinas le avisaron por teléfono a su madre (Dilsia Murilllo de 36 años quien padece epilepsia, razón por la que no puede trabajar), que lo habían visto por TV en la caravana.
“Yo le digo a Mario, que cuando hay, hay que comer, y cuando no hay, hay que aguantar”, relata Dilsia. Ella también recuerda que en  varias ocasiones Mario ya le había expresado su voluntad de ir a Estados Unidos, porque allí se puede “hacer un billetal”.
Cuando se enteró por us amigas que iba en la caravana se preocupó, se fue sin permiso, “Mejor no me estén enseñando eso que me voy a quebrar la cabeza”, dice Dilsia cuando le quieren mostrar las fotos de su hijo en las noticias. Habló con él por última vez la noche del lunes 15 de octubre y aunque se muestra preocupada, no parece oponerse del todo a que llegue a Estados Unidos.
En tanto Mario se ha visto protegido por el contingente de migrantes, dice que se fue sólo con lo puesto, y que hasta el momento no le ha faltado ropa para mudarse ni alimentos, “Cada vez que me quiero regresar me echan para adelante”, narra entre risas.
Por su parte el padre, José Mario Castellanos, que trabaja como vigilante con un salario precario declaró en el programa “Hoy Mismo” del Canal 3, en Honduras, “En ningún momento yo le di permiso. Él salió ‘queditamente’ […] yo me di cuenta hasta que él me llamó de Copán, que iba en la caravana ya rumbo a Estados Unidos […] el deseo de él es ayudarnos a nosotros”.
“¿Y ahora, qué vas a hacer ahora?”, le pregunta una periodista de Plaza Pública, un diario guatemalteco que ha llevado una amplia cobertura de la caravana, “Seguir, hasta llegar en el nombre de Dios”, afirma Mario, decidido. (Texto: redacción con información de Plaza Pública y El Comercio)

Encontramos entre la multitud a Mario, el niño de 12 años que viaja solo en la #CaravanaDeMigrantes. Según nos cuenta, lo alcanzó el gas lacrimógeno cuando iba al frente del grupo y fue detenido por la policía. Aún espera llegar a Estados Unidos.

Posted by Plaza Pública on Friday, October 19, 2018

Video: Plaza Pública, diario guatemalteco.
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