Texto: DPA / Foto: @Dembouz (Twitter)
Madrid/Barcelona, 10 de mayo de 2018. Inmerso ya en la construcción de un Barcelona más potente, el club azulgrana se encontrará en los próximos meses con un dilema que debe resolver: ¿Buscar la cesión de Ousmane Dembélé o tener paciencia hasta que explote?
El joven delantero francés, de 20 años, vivió una temporada muy difícil. Primero, tuvo que soportar la losa de ser el segundo fichaje más caro de la historia y el primero en el ranking del Barcelona después de pagar al Borussia Dortmund 105 millones de euros (124,6 millones de dólares) más otros 45 en variables. Y segundo, estuvo más de cinco meses de baja por lesiones.
Todo ello, unido a su carácter reservado, no contribuyó a una fácil adaptación del extremo a una de las Ligas más exigentes del mundo y a uno de los clubes con más urgencias del continente. Lo que se obtuvieron fueron simples atisbos de su clase.
Así se comprobó el miércoles, cuando el jugador francés completó una gran actuación ante el Villarreal. Marcó los dos últimos goles del sencillo triunfo azulgrana por 5-1 y enseñó que tiene velocidad, desborde, imaginación y remate.
“Para la historia quedará que fue el primer día que Dembélé marcó dos tantos en un partido (con el Barcelona). Es más, la hipercrítica podrá decir que el fichaje estrella del verano marcó tantos goles anoche como en todo el curso”, reseñó hoy el diario “Mundo Deportivo”.
Para “Sport”, la actuación de Dembélé “obliga sin duda a darle confianza el curso que viene e invita a preguntarse por qué ha jugado tan pocos partidos trascendentes este curso”.
Pero no está claro el futuro de un futbolista que contó poco para su técnico, Ernesto Valverde, durante toda la temporada. Apenas jugó 14 partidos en la Liga española, sólo en nueve actuó como titular y fue sustituido en todos menos uno.
La llegada de Coutinho en enero relegó definitivamente al francés en la rotación y las perspectivas de futuro no son mucho mejores teniendo en cuenta que el Barcelona pretende incorporar a su compatriota Antoine Griezmann para la próxima temporada.
Por otra parte, el club azulgrana está obligado a bajar una masa salarial que ya constituye el 86 por ciento del presupuesto actual, una cifra extraordinaria, si bien la marcha de Andrés Iniesta bajará sensiblemente dicha cantidad.
Otra cuestión es ver cómo se digeriría la cesión del segundo fichaje más caro de la historia. De alguna forma, los dirigentes del Barcelona estarían asumiendo un error y fomentaría las críticas a su gestión. La decisión no es nada sencilla.
Mientras, la opinión de Dembélé también debería contar: ¿Está dispuesto a luchar por la titularidad o prefiere dar un paso al costado e irse a otro club para no estancar su progresión?
