Acapulco, Guerrero, 27 de septiembre de 2019. Uno de los sobrevivientes a los ataques de Iguala, Ángel Mundo Francisco, y el entonces director de la Normal de Ayotzinapa, José Luis Hernández, dijeron que el gobierno mexicano intentó criminalizarlos después de la desaparición de los 43 normalistas, durante la conmemoración del quinto aniversario, realizada este jueves en la Preparatoria 27 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
Frente a unos 500 alumnos de esta unidad académica, Ángel Mundo narró lo que vivió aquel 26 de septiembre de 2014. Indicó que fueron a Iguala en dos autobuses, con la intención de tomar los vehículos para la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México, pero la Policía Federal los monitoreó desde su salida de Ayotzinapa.
Cerca del Periférico, ya trasladándose en tres autobuses tomados, la patrulla 002 bloqueó el paso a los vehículos. Los normalistas bajaron para removerla y empezaron los disparos. La primera víctima fue Aldo Gutiérrez, quien está en coma desde aquel día.
Para salvarse, el resto de los normalistas se arrastraron hasta llegar a los autobuses. Pero en ese momento ya estaban rodeados por patrullas municipales. De repente llegó la patrulla 302, de Huitzuco, con cinco agentes mejor equipados que sus pares, describió Mundo Francisco.
Uno de ellos les pidió, como ya lo había hecho la policía de Iguala, que se entregaran y dieran sus armas, a lo que los normalistas respondieron que no traían, “somos estudiantes”, dijeron.
Luego, los policías se llevaron a entre 20 y 25 estudiantes del tercer autobús, en las patrullas 017, 019 y 022. Los demás normalistas fueron auxiliados por integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) y otros estudiantes.
También llegaron periodistas, con quienes improvisaron una rueda de prensa, la cual fue atacada.
Ángel Mundo empezó a correr con otros compañeros, sobre la calle Juan N. Álvarez rumbo al zócalo. Luego se separó, junto con otros, en una esquina. Por un momento quedó solo y luego encontró a reporteros, maestras y otros normalistas, con quienes se escondió entre los carros que estaban por ahí.
Señaló que vieron una patrulla de Protección Civil, ante lo cual un habitante de Iguala les dio hospedaje, “apresúrense, métanse, porque esa camioneta es pirata. Es la que hace los levantamientos en la ciudad”.
Después de varias horas, la persona que les dio asilo los trasladó a la casa de una maestra, donde había más compañeros. Luego fueron a la Fiscalía, donde dieron su declaración.
A las 5 de la mañana del 27 de septiembre fueron llevados a una sala, donde les mostraron una fotografía de una persona sin rostro; luego supieron que era Julio César Mondragón, y les confirmaron en el Servicio Médico Forense (Semefo) que se lo quitaron con un objeto punzocortante, aseguró Mundo Francisco.
Por la tarde de ese día, Mundo Francisco regresó a la Normal de Ayotzinapa, donde ya había mucha gente reunida.
El sobreviviente recordó que cuando declaró en la Procuraduría General de la República (PGR, ahora Fiscalía General de la República), las autoridades le dijeron que iban a investigar a los normalistas, a lo cual nunca se ha opuesto porque lo importante es conocer la verdad, “pero una cosa es investigar y otra cosa criminalizar a las víctimas, satanizar a los que estuvimos esa noche”.
Pidió castigo para el ex procurador Jesús Murillo Karam, quien inventó la “verdad histórica” y ahora niega que todos los estudiantes estuvieran en el basurero de Cocula.
Después, intervino unos seis minutos el entonces director de la Normal de Ayotzinapa, José Luis Hernández, quien también señaló que después de los hechos de Iguala, las autoridades redujeron la desaparición de los normalistas a una disputa entre dos grupos, interpretación que dio pie a decir que los normalistas fueron a Iguala a posesionarse del territorio de sus contrarios.
Indicó que esta mentira fue desplazada por las investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), quienes señalaron que la ida a Iguala fue “circunstancial”.
Aseguró que la “verdad histórica se está desmoronando”, porque lo que realmente pasó fue una “represión atroz contra los estudiantes de Ayotzinapa”.
Texto: Ramón Gracida Gómez / Foto: Carlos Alberto Carbajal
