El Mesías del PRI

Jorge Camacho Peñaloza. “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Giuseppe Tomasi di Lampedusa Desde mediados del año en curso varias cifras de...

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1 diciembre,2017 6:59 am
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Jorge Camacho Peñaloza.

“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Giuseppe Tomasi di Lampedusa

Desde mediados del año en curso varias cifras de encuestas mantenían muy preocupados a los priístas, la muy baja aceptación del desempeño del presidente Enrique Peña Nieto, de menos del 20 por ciento y la altísima cifra del 80 por ciento de rechazo de los mexicanos a que el PRI siguiera en la Presidencia de la República.

Ante tal realidad, se empezó a especular de la segura derrota de este partido de salir con un candidato militante, como Miguel Ángel Osorio Chong por ejemplo, quien no obstante contar con alta aceptación entre los priistas, las miradas del inquilino de Los Pinos, y del grupo que lo manejan encabezado por Luis Videgaray, empezaron a voltear a dos no militantes de su gabinete, el secretario de Educación, Aurelio Nuño y el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, como opciones ante las dificultades de Osorio Chong para subir en las preferencias electorales dada su condición de priísta.

La disyuntiva del PRI era clara: ir o no ir con un militante, o dicho de otro modo, entregar la candidatura a la Presidencia de la República a un no militante. El problema no era de método, se sabía que se echaría andar la maquinaria del dedazo como siempre aunque no tan faraónico y teatral en pleno salón Adolfo López Mateos en Los Pinos, en donde finalmente se cumplió el ritual, el dedo de Enrique Peña Nieto apuntó el pasado lunes hacia José Antonio Meade Kuribreña.

El verdadero significado de la designación de Meade es que, en primer lugar, en el PRI se saben rechazados por la gran mayoría de los mexicanos; segundo, tenían la certeza de que de ir con un militante perderían la elección por la Presidencia de la República; tercero, luego entonces los priístas consideran a Meade su salvador, así que más que una oferta política, Meade es una estrategia de salvación para el priísmo.

Por eso ya colocado como candidato mesías la estrategia ha sido exaltar las cualidades personales de Meade como oferta principal por encima de los postulados tradicionales de la ideología del PRI, al grado de pensar que tales cualidades transformarán al priismo en bueno, honesto, capaz y exitoso como han querido en estos primeros días proyectar.

Literalmente la apuesta es a que José Antonio Meade, como buen Mesías, va a tener la capacidad de transformar al PRI, lavar sus pecados y que los mexicanos lo perdonen, pero ya se verá porque la cifra de rechazo de los mexicanos a todo lo que huela a PRI es muy alta y puede ser que el que acabe siendo transformado no sea el partido sino el candidato, en todo un priísta.

Cuando creíamos que El Peje era suficiente para el país como candidato Mesías, minimizando la inteligencia de los mexicanos, las instituciones, la política y la democracia, la competencia y las reglas, ahora el PRI nos sale con el suyo. El país no necesita un Mesías que lo gobierne, requiere ser conducido por la ciudadanía con un o una candidata propia, que tenga la capacidad de gobernar para resolver los problemas de la sociedad y no para preservar el poder, para detonar las capacidades de la sociedad que han sido conculcadas por los partidos y los políticos mesiánicos que creen que sólo sus cualidades personales son capaces de sacar adelante el país.

Vuela vuela palomita y ve y dile: A toda la paisanada que la comarca no necesita un Mesías, sino un gobierno que haga valer más los derechos de la ciudadanía.

 

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