El río les llegó como una ola y se llevó todo, recuerdan vecinos de El Zapote

De acuerdo con el reporte oficial, fueron 15 familias las damnificadas por la crecida que se registró el pasado martes 12 de septiembre por la noche, a consecuencia...

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22 septiembre,2017 5:42 am
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De acuerdo con el reporte oficial, fueron 15 familias las damnificadas por la crecida que se registró el pasado martes 12 de septiembre por la noche, a consecuencia de las lluvias de la depresión tropical número 16

Texto: Mariana Labastida
Foto: El Sur

Vecinos damnificados de la comunidad de El Zapote recordaron que el río les llegó como una ola, arrastrando sus pertenencias y dejando a algunos sin un plato para comer.

De acuerdo con el reporte oficial, fueron 15 familias las damnificadas por la crecida del río que se registró el martes 12 de septiembre por la noche, a consecuencia de las lluvias de la depresión tropical número 16.

A 10 días de que el río creció y arrastró a su paso pertenencias de las familias en la comunidad de El Zapote, no hay agua potable en la zona, aunque el equipo y las celdas solares instaladas para dar energía a la bomba con que se abastecen de agua no fueron afectados, pero sí el pozo de donde la extraen.

Los vecinos pidieron a las autoridades que les ayuden a quitar lo que cubre el pozo para poder tener agua de nuevo, y por ahora se acercan al río a lavar o acarrear siempre mirando que no vaya a crecer de repente.

Angelina Hernández Benítez tiene 52 años, es “nacida y criada” en El Zapote y no recuerda otra ocasión donde el río haya crecido de la manera en que lo hizo la noche del martes.

Recordó que cinco minutos antes de sentir el agua en la cintura, su hermano bajó a verla y le preguntó si le ayudaba a sacar muebles o cosas de su vivienda por si el río crecía, y le respondió que no “el arroyo está seco”.

“No esperábamos el agua, nos llegó de momento, yo agarré una lámpara y empece a enfocar derecho, toy viendo derechos pero el agua venía de acá (arriba), fue una ola fue rápido”, dijo.

Al momento de sentir el agua que le llegaba a la cintura, agregó, lo único en lo que pensó fue en salvar su estufa y el tanque de gas, aunque la sacó sin quemadores ni parrilla. La preocupación por dicho artículo es porque a Angelina recientemente le detectaron un problema en los pulmones y le prohibieron cocinar con leña, además que el tanque es prestado y pensó en que no podría pagarlo si el río se lo llevaba.

Su casa es de dos niveles, y el de abajo, donde vivía tenía dos camas, ropa, su esposo y su nieto de 14 años, todo fue arrastrado por la ola de agua que llegó.

Se quedó sin ningún traste, aunque ya le llegaron donativos de platos, vasos y cacerolas para cocinar.

Osiris Natali Martínez Hernández es una joven viuda con una niña de 2 años. A su esposo se lo mataron hace seis meses y para mantenerse puso un puesto dentro de su casa de venta de artículos de plástico, mismos que que se llevó al río. Recientemente había surtido su puesto e invirtió 2 mil pesos en mercancía que perdió, “a luchas compra uno pero vale más la vida”.

Ella vive con su hermana de 13 años, que el martes hizo la tarea en el corredor de enfrente y dejó sus útiles escolares en la mesa. Ella intentó regresar por algunos cuando vio la inundación, pero al acercarse a la casa un tronco le golpeó el pie.

“Estábamos acostadas y escuché un trueno y le dije a mi hermana ¿es el cielo o es el río?, me dijo vamos a ver y le respondí no creo que sea el río porque cinco minutos antes salimos a ver y no había crecido, y nunca se había metido”, indicó.

Juana Nolasco Juárez tiene 66 años y vive con su esposo que no puede caminar bien. Ella estaban con él, su nuera y su nieta en un corredor a un lado de la casa, cuando se dieron cuenta el agua les llegaba a la cintura.

“El agua de la lluvia fue poca, fue un agua tan horrible que nos hizo correntada por donde quiera, cuando vimos ya estamos al ruedo de la casa en medio, no se metió porque tenemos un murito pero sí nos deslavó”, señaló.

El agua del río se llevó su trabajo de casi 10 meses como pepenadora en el relleno sanitario, bolsas con plástico, aluminio y cobre que estaba juntando para vender y que solo logró salvar una parte. El río también se llevó su lavadora, su baño, trastes, ropa y tambos de plástico que tenía en un corredor.

Algunas familias decidieron cortar las cuerdas con las que tenían amarrados animales y que éstos se salieran solos, aunque los perdieron en medio de la confusión de la noche.

Ayer el Ayuntamiento entregó un paquete de siete láminas galvanizadas a las familias damnificadas.

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