El Tren México-Toluca, una “imposición” que avala López Obrador

La promesa del tabasqueño provocó molestia entre los pobladores afectados por el tendido de 58 kilómetros de longitud de las vías de acero, realizado mediante la invasión de...

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26 agosto,2018 10:41 am
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El compromiso de campaña de Andrés Manuel López Obrador de concluir el Tren Interurbano México-Toluca lastimó a los pobladores que durante años han rechazado esta obra, una de las más emblemáticas de la administración de Enrique Peña Nieto. Sus representantes afirman que después de los comicios han intentado exponer sus argumentos al presidente electo, pero hasta el momento, dicen, no han sido escuchados. Y denuncian: “Estas obras se realizan violando la normatividad urbana y ambiental. Ni siquiera nos consultaron. Es una imposición”.

Texto: Rodrigo Vera / Agencia Proceso / Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México, 26 de agosto de 2018. El pasado 17 de junio, durante un mitin en el Zócalo de la Ciudad de Toluca, Andrés Manuel López Obrador prometió concluir la construcción del polémico Tren Interurbano Toluca-Ciudad México, la obra vial más emblemática del presidente Enrique Peña Nieto.
“Ojalá terminen la obra antes de que acabe este gobierno, pero si no –que es lo más probable, porque ya lleva mucho atraso– yo hago el compromiso de terminarla”, dijo el entonces candidato presidencial en la capital política del llamado Grupo Atlacomulco.
Ante una plaza repleta de seguidores, López Obrador agregó:
“Vamos a terminar el tren Toluca-Ciudad de México, porque el dinero del pueblo invertido en la obra debe aprovecharse”.
Y calculó que, ya en la Presidencia, le llevaría aproximadamente un año concluir la construcción.
La promesa del tabasqueño provocó molestia entre los pobladores afectados por el tendido de 58 kilómetros de longitud de las vías de acero, realizado mediante la invasión de sus tierras, la represión policiaca y el daño ecológico.
El hoy presidente electo, aseguran los afectados, empieza a tomar partido por los empresarios ligados al Grupo Atlacomulco que construyen la obra, la cual se planea conectar con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), construcción a cargo de compañías de esos mismos hombres de negocios.
Arturo Chavarría Sánchez, presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas del Estado de México, y quien desde hace años viene denunciando los atropellos y las corruptelas de esas constructoras, comenta:
“López Obrador ya comienza a apoyar a los empresarios ligados al Grupo Atlacomulco, a la llamada ‘mafia del poder’ que tanto criticaba. Promete concluir la obra que le hereda Peña Nieto. Nos causa extrañeza que no menciona para nada la corrupción que hay detrás, los atropellos contra las comunidades afectadas, la represión policiaca, la ilegalidad y los estragos ecológicos”.
Por su lado, Raúl Martínez y Adriana Torres, de la organización Vecinos Unidos Zona Poniente, que aglutina a las colonias de la Ciudad de México por donde pasará el tren, comentan sobre la postura del candidato presidencial electo:
“Con su promesa de concluir la obra, López Obrador le dio un giro a su postura dizque a favor de los pobres y del pueblo, que además le dieron su voto apostando por el cambio. Pero ahora vemos que empieza a inclinarse a favor de los grandes consorcios empresariales que realizan la construcción del tren. No ha dicho si los obligará a resarcir los daños causados.
“Actualmente la atención pública está puesta en la construcción del nuevo aeropuerto de Texcoco, y se ha ignorado esta construcción ferroviaria, pese a ser una obra complementaria a la del aeropuerto, pues al llegar de Toluca, de aquí de Observatorio partirán los trenes que cruzarán toda la ciudad de México hasta llegar a Texcoco.”
Por un diálogo público
Los líderes vecinales muestran las obras del tren que se realizan en lo que será su Terminal Observatorio: grupos de trabajadores con cascos cubriéndoles la cabeza operan barrenadoras, camiones de volteo y enormes grúas. Excavan la tierra y empiezan a colocar las grandes columnas de concreto armado con varilla que sostendrán el paso elevado del tren. Vallas metálicas acordonan el área.
Dice Raúl Martínez que han intentado plantearle el problema a López Obrador y también  a Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno electa de la Ciudad de México. Pero hasta el momento no han sido escuchados.
“El pasado 14 de agosto acudimos a la casa de transición de López Obrador, en la colonia Roma. Ahí le dejamos una carta donde exponemos nuestros planteamientos y les solicitamos audiencia”, comenta.
–¿Y ya recibieron respuesta?
–No. Todavía no. Nuestra organización está en permanente contacto con los pobladores de San Lorenzo Acopilco, Contadero, La Venta, Acazulco y otras comunidades afectadas por el tren. Todos conocemos nuestras problemáticas. Ahora queremos que López Obrador las escuche.
–¿No han podido abordar a López Obrador, para decirle que quieren una audiencia con él?
–Sí, algunos compañeros de Acazulco y de San Lorenzo Acopilco ya lo hicieron. Pero Andrés Manuel sólo les dio largas. Por eso ahora le enviamos esa carta, para formalizar nuestra petición.
En su misiva, dirigida también a Sheinbaum, los afectados solicitan “el inicio de un diálogo público” con quienes serán las nuevas autoridades, ya que –agregan—solo han recibido un “trato discriminatorio” por parte de las actuales “autoridades del gobierno local y federal”.
Agrega la misiva:
“Apelamos a su sensibilidad para poder ser escuchados, pero sobre todo ser reconocidos como actores sociales y poder ser partícipes en la toma de decisiones quienes seremos afectados por las obras del Proyecto Integral del Tren Interurbano”.
También aclaran en su carta:
“Somos una parte de las expresiones sociales de resistencia en contra de las afectaciones ocasionadas por dicho proyecto, y de ninguna forma constituimos ningún tipo de oposición a las autoridades recién electas”.
Y mencionan algunas de estas “afectaciones”: el daño “al área de manantiales” de las montañas boscosas de Cuajimalpa, que fueron perforadas por un túnel –de cuatro kilómetros y medio de longitud– para que por ahí pase el tren; la alteración del cauce del río Tacubaya; la afectación a los “parques nacionales” Desierto de los Leones y Miguel Hidalgo; el daño a los manantiales de la Barranca de Tacubaya.
Alertan que en esta barranca –“densamente minada” por sus “fallas geológicas” y la extracción que ahí se hizo de arena, grava y tepetate– resultará muy peligroso sostener la vía del tren sobre pesadas columnas de concreto.
La carta también le dice a López Obrador y a Sheinbaum que, hasta la fecha, no ha sido demostrado, “dentro del marco legal vigente y de la normatividad ambiental, la acreditación de las medidas de conservación y protección que por ley son obligatorias, además de no contar con los estudios y autorizaciones para la magnitud de la devastación hidrológica-ambiental que la obra civil del proyecto ha generado”.
Por último, Vecinos Unidos Zona Poniente dice esperar “pronta respuesta a nuestra solicitud de diálogo público”.

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