Juan Villoro: En México “los muros ya son internos”

Villoro, de 61 años, Premio Herralde de Novela y Premio Internacional de Periodismo Rey de España, forma parte de un grupo de intelectuales y activistas que apoya a...

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9 noviembre,2017 10:51 am
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OVENTIC, CHIAPAS, 22OCTUBRE2017.- El jueves 19 de octubre se realizó el último saludo por parte de los pueblos indígenas zapatistas al Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y su vocera y aspirante a candidata independiente a la presidencia de la república, Maria de Jesús Patricio Martinez "Marichuy". En el Caracol II Oventic, zona altos de Chiapas miles de bases de apoyo del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) e indígenas tzotsiles y tztales saludaron y respaldaron la busqueda de la candidatura y la lucha por el pueblo de México que llevaría una mujer indígena como Marichuy en las próximas elecciones en el país. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

Ciudad de México, 9 de noviembre de 2017. El escritor mexicano Juan Villoro tiene una relación cercana y hasta familiar con el movimiento indígena zapatista. Las cenizas de su padre, el filósofo Luis Villoro, descansan bajo un árbol en el poblado zapatista de Oventic.

Ahora acompaña al movimiento indígena en un nuevo reto: lograr que una mujer de la etnia nahua, María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, sea candidata presidencial independiente en 2018 para derribar lo que Villoro llama los “muros internos” de México.

Laportavoz del Concejo Indígena de Gobierno, apoyada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla indígena de Chiapas, debe reunir más de 860 mil firmas de apoyo antes del 19 de febrero. No será fácil, pero Villoro es optimista: “Aun y cuando no estuviera en la boleta, el movimiento ya comenzó”.

dpa: ¿Cuál es la importancia de que ella esté en la papeleta electoral?

Villoro: Es importantísimo porque tenemos que entender que en México sigue habiendo personas que están totalmente excluidas de la historia. En 1994 los zapatistas se levantaron en armas para protestar porque, al mismo tiempo en que México firmaba el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, había gente, los que representan a los pueblos originarios de este país, que estaban totalmente excluidos no solamente de ese tratado sino de la vida social en México. La lucha de Marichuy Patricio y el Concejo Indígena de Gobierno prosigue justamente esta demanda de que sean incluidos los pueblos indígenas en la agenda política nacional.

dpa: Ahora se está renegociando el Tratado de Norteamérica. ¿Nada cambió?

Villoro: Numerosas comunidades indígenas viven trabajando tierras que no son de ellos, están en una situación que antecede a la Revolución Mexicana (1910-1917). Esto es gravísimo. Y hay demandas que ellos tienen que llevan un siglo que no se han resuelto. Hay un problema histórico que no hemos podido resolver. No hemos podido incorporar a las comunidades indígenas a la modernidad mexicana con todos los derechos que deberían tener. Estamos muy orgullosos de los indios del pasado que dejaron las pirámides y de los indios de los Museos de Antropología y no los consideramos como parte del presente. Y, sin embargo, diez millones de nuestros paisanos pertenecen a comunidades indígenas y tienen algo que decir.

dpa: ¿El hecho de que el EZLN esté respaldando a Patricio, cuando nunca antes apoyó algún candidato presidencial, qué significa?

Villoro: Ellos han decidido apoyar una candidatura que no es electorera. No es una candidatura de un partido político. No hay ningún interés de obtener beneficios personales a través de la lucha política, sino de sentar un precedente moral, un precedente ético, que haga que el tema se discuta ampliamente. Por eso Marichuy Patricio ni siquiera se considera candidata. Se considera vocera. La idea es que se discuta por primera vez a nivel nacional la importancia de que los pueblos indígenas se expresen, eso ya es un extraordinario logro.

dpa: Pero ya en 2001 una caravana del EZLN llegó a la capital y captó la atención.

Villoro: Los zapatistas lo hicieron en el 2001 con la “Marcha del color de la tierra” cuando la “comandante Esther” y otras compañeras, entre ellas María de Jesús Patricio, hablaron en el Congreso. Desgraciadamente, lo que ahí dijeron no tuvo ninguna repercusión a nivel de lo que se esperaba. Ahora es un nuevo intento por hacer que se escuchen estas voces. Entonces me parece congruente con la postura que ha tenido el zapatismo. No es la conquista del poder a través de la democracia representativa totalmente fallida que tenemos. No es participar en el negocio de la democracia en el que participan todos los partidos. Es aprovechar la visibilidad que esto da para hablar del tema indígena.

dpa: Si Patricio no logra llegar a las urnas, ¿se logrará esa visibilidad?

Villoro: En los recorridos que está haciendo está planteando la necesidad de que la causa indígena tenga una plataforma permanente y que se llegue también a acuerdos de demandas concretas, que tienen que ver con la lucha contra la discriminación, la igualdad de la mujer, la propiedad de la tierra de manera más justa. Todas estas demandas deben articular un movimiento que trascienda las elecciones. Esperemos que pueda estar en la boleta. Aun y cuando no estuviera en la boleta, el movimiento ya comenzó. Le daría mucho impulso la elección, pero de todas maneras el movimiento piensa seguir.

dpa: ¿El muro de la “partidocracia” es más grande que el de Donald Trump?

Villoro: Nosotros tenemos muchos muros internos. La gran paradoja del Gobierno de Enrique Peña Nieto es que él ha hecho hasta lo imposible por congraciarse con Donald Trump, inclusive ayudándolo a ganar las elecciones al invitarlo a México y al darle la única escena que tuvo a lo largo de su campaña en que pudo lucir con categoría de mandatario a nivel internacional. Un día antes de que asumiera el poder le mandó como un regalo de bienvenida al “Chapo” Guzmán (líder del cártel de Sinaloa). Los muros ya son internos. Es una idea del país totalmente extranjerizante que no tiene que ver con nosotros. La propuesta de Marichuy es volteemos hacia abajo, hacia lo profundo, hacia el México que no ha sido escuchado y que es nuestro.

JUAN VILLORO (Ciudad de México, 1956): Es novelista, cuentista, ensayista y cronista, autor de novelas como “Materia dispuesta” y “El testigo”. Ha seguido de cerca, como intelectual y como simpatizante, el devenir del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), alzado en armas en Chiapas en 1994.

 

Nota: Andrea Sosa Cabrios- DPA/ Foto: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

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