Equipo unificado de Corea cierra los Juegos último y goleado

El conjunto unificado, considerado un símbolo de paz por integrar a jugadoras de los dos países de la península (23 surcoreanas y 12 norcoreanas), completó su actuación en...

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20 febrero,2018 4:29 am
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El equipo unificado de hockey sobre hielo femenino de Corea cerró hoy su participación en los Juegos Olímpicos con una nueva goleada en contra para finalizar en el último puesto de Pyeongchang 2018.

En el duelo por el séptimo puesto, Suecia se impuso por 6-1 para dejar a las coreanas con un récord de cinco derrotas en otros tantos partidos. El conjunto unificado, considerado un símbolo de paz por integrar a jugadoras de los dos países de la península (23 surcoreanas y 12 norcoreanas), completó su actuación en el torneo con dos goles anotados y 28 encajados.

Con la presencia del rey sueco Carlos Gustavo en el Kwandong Hockey Centre de Gangneung, las nórdicas se pusieron en ventaja a los cinco minutos con un tanto de Sabina Kuller. Sin embargo, los cuatro mil coreanos presentes en el estadio estallaron cuando Han Soojin marcó el tanto del empate un minuto después.

Las suecas, que ya habían vencido a las coreanas por 8-0 en la fase de grupos, mostraron su superioridad a partir de ese momento y completaron la goleada con tantos de Elly Alasalmi, Erika Grahm, Annie Svedin, Fanny Rask y Lisa Johannson.

Después de semanas de tensión, la entrenadora del equipo unificado, Sarah Murray, rompió a llorar en la banda mientras su equipo daba la vuelta de honor al estadio al son de “Hand in hand”, la canción oficial de los Juegos de verano de Seúl en 1988.

“Sencillamente estaba orgullosa. En ese momento supe que todo el trabajo había merecido realmente la pena”, dijo la técnica. “El deporte une a la gente. Nunca me habría podido imaginar este equipo así. El deporte derriba barreras”, agregó.

Pocas semanas antes de los Juegos, la entrenadora de 29 años recibió la noticia de que el equipo surcoreano sería transformado en un conjunto unificado de Corea. Murray tuvo que encajar a doce jugadoras norcoreanas que deportivamente eran aún menos competitivas que las surcoreanas.

“Es un magnífico símbolo de la fuerza unificadora del deporte olímpico”, dijo entonces el presidente del COI, Thomas Bach. La canadiense-estadounidense, sin embargo, confesó entonces estar en “shock”.

“Los políticos -dijo hoy mismo- fueron quienes decidieron que debíamos jugar como un solo equipo. Pero las jugadores y el cuerpo técnico han hecho su trabajo”.

“Yo vivo once meses al año en Corea del Sur. Mi asistenta tuvo un hijo hace cuatro años y no lo ha visto muy a menudo”, continuó Murray. “Pero todos estos sacrificios merecieron la pena”.

Deportivamente, Corea estuvo muy lejos de ser competitiva, algo que entrenadora y jugadoras achacan también a revuelo originado alrededor del equipo.

“Es complicado cuando no solo Corea del Sur sino todo el mundo te está mirando. Estamos hablando de un grupo de mujeres que aún son realmente muy jóvenes”, dijo Randi Heesoo Griffin, autora del primer gol olímpico del equipo unificado, en la derrota por 4-1 ante Japón en la primera ronda.

“Los nervios se disparan”, agregó la jugadora respecto a las visitas al estadio de políticos y dirigentes de alto nivel.

Para Griffin, nacida en Estados Unidos pero de madre coreana, todo el proyecto resultó cuestionable, incluido el apoyo de las “cheerleaders” norcoreanas enviadas por Kim Jong-un a los Juegos.

“Para ser honesta, en algunos momentos tuve la sensación de que no estuvieron ahí realmente por nosotras y por el hockey sobre hielo, sino por alguna otra cosa”, dijo la alumna de Harvard.

Las alrededor de 200 animadoras norcoreanas, que hoy no estuvieron en el último partido, llamaron la atención durante las competencias por la precisión con la que sincronizaban sus movimientos y sus cánticos.

“Hoy fue fantástico que los fans nos hayan animado realmente a nosotras, que estuvieran interesados en nosotras y en el hockey”, dijo Griffin.

Que el equipo unificado tenga un futuro “como mensaje de paz”, tal y como desea el jefe de la federación internacional, René Fasel, es una incógnita, pero Griffin y Murray son escépticas.

“Hay que discutir cómo va a funcionar esto exactamente”, dijo Griffin. “Entrenamos cuatro años como Corea del Sur y luego, dos semanas antes del torneo, traen 12 jugadoras nuevas y nos dicen: ‘Tienen que hacerles hueco’. Así no lo queremos”.

Consciente de las dificultades que existen para mantener el contacto entre ambos países, Murray tampoco cree en la continuidad del equipo. “No estoy segura de que en el futuro haya un equipo conjunto”, advirtió. “Quizá no volvamos a jugar nunca juntas. Sólo podemos esperar que alguna vez volvamos a vernos”.

Texto: DPA / Foto: EFE

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