Tras un ensayo en sus estudios, al que llegó su cuate Charlie Monttana, Lora reflexionó sobre lo que significa ser una estrella y la enorme responsabilidad que tiene con sus fans, o como él los llama: “la raza”.
Ciudad de México, 9 de octubre de 2019. Ya sea como ídolo de varias generaciones, némesis de la represión y la censura, músico irreverente o rockero domado por su esposa, la leyenda viva de Alex Lora y El Tri se mantiene más fuerte que nunca.
“Realmente estamos empezando, sólo que con 51 años de práctica”, asegura el músico en entrevista.
“En la vida y en el rock and roll, siempre estás empezando. Cada día que te levantas tu vida empieza; lo que fue antes pudo haber estado muy padre o muy feo, pero ya fue”.
Tras un ensayo en sus estudios, al que llegó su cuate Charlie Monttana, Lora reflexionó sobre lo que significa ser una estrella y la enorme responsabilidad que tiene con sus fans, o como él los llama: “la raza”.
“Trabajar todos los días no te permite despegar los pies de la tierra”, puntualiza.
Precisamente por eso, para Lora, de 66 años, el verdadero éxito radica en observar su trayectoria y reconocer la manera en que formó una enorme familia rockera.
En sus conciertos, como el que dará este sábado en la Arena Ciudad de México para abrir su gira La leyenda continúa, no faltan las familias, pues cientos de niños han crecido con sus shows, como una chica a la que apadrinó recientemente en sus 15 años.
“El tiempo es el que le ha dado a la música de El Tri el valor que tiene por dos razones: ha aguantado todo durante 50 años, y las canciones dicen la neta.
“La raza, cuando las oye, las hace suyas y las mantiene en su corazón. Para eso se necesita una poquita de gracia y otra cosita”, expresó Lora.
Pero Alex no se considera una estrella, sino un luchador que se esfuerza por mantenerse vigente a diario y conectado con el mundo, por lo que no para de escribir rolas inspiradas en el huachicol, Donald Trump, el respeto a las mujeres o la Guardia Nacional.
Y aunque no los considera lo más importante, sus estudios están repletos de premios.
Tiene un Grammy a la Excelencia Musical; un reconocimiento como poblano distinguido, y uno más de los Premios Ariel porque su tema, Las piedras rodantes, fue el principal de la película Un año perdido.
Texto: Mauricio Ángel / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma
