Fallan las políticas culturales para hacer que las bibliotecas del país funcionen, critican

El escritor Daniel Goldin señala que aunque el gobierno dice que “los libros son muy buenos y ayudan al desarrollo de la imaginación, el pensamiento crítico, la formación...

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9 febrero,2023 9:39 am
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El escritor Daniel Goldin señala que aunque el gobierno dice que “los libros son muy buenos y ayudan al desarrollo de la imaginación, el pensamiento crítico, la formación de ciudadanos”, en realidad hay apenas 7 mil 500 bibliotecas y “no hay ninguna” que funcione bien

Ciudad de México, 9 de febrero de 2023. Aunque en México existen 7 mil 464 recintos que integran la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, el escritor y bibliotecario Daniel Goldin (Ciudad de México, 1958) lamenta que hoy en día ninguno de ellos funcione correctamente por falta de políticas públicas adecuadas.

“La discusión sobre la lectura y su importancia no existen, repiten clichés y dicen que sí, que los libros son muy buenos y ayudan al desarrollo de la imaginación, el pensamiento crítico, la formación de ciudadanos, lo que tú quieras, y por otro lado en realidad, están hablando de cifras falsas en el sentido en que dices que hay 7 mil 500 bibliotecas y en realidad yo creo que hoy en día en este País no hay ni una, no hay ninguna biblioteca pública que funcione bien”, advierte quien fue director de la Biblioteca Vasconcelos de 2013 a 2019.

La falta de acervos actualizados y una generalizada renuencia a construir políticas públicas aprendiendo de las que ya se hicieron, son claves para Goldin que ayudan a entender la mala salud del mercado consumidor de libros y la formación lectora en general.

Para comenzar, asevera, hay que reconocer las políticas que no funcionaron en el pasado, por ejemplo la publicación de los libros de textos gratuitos y las colecciones de la Secretaría de Educación Pública que impulsó Jaime Torres Bodet en 1959.

“Un montón de gente hemos publicado y hemos recibido millones y millones y millones de libros y eso no ha redundado en la salud del mercado lector ni en la formación lectora del país. Algo estamos haciendo mal”, agrega el pionero en la literatura para niños en acervos como el de Fondo de Cultura Económica (FCE).

Goldin estuvo detrás de una de las pocas iniciativas que buscó dar con datos reales sobre la situación de México en cuestión de la lectura, impulsando la primera Encuesta Nacional de Lectura, en 2006. De cuyos datos solo se divulgó ampliamente el del promedio de libros que lee un mexicano al año, que para Goldin no significa nada.

“Se piensa que por publicar libros y por crear bibliotecas, por hacer y crear libros para niños, ya mágicamente se forman ciudadanos y alcanzamos la democracia, eso es digamos la hipótesis con la que ha funcionado el Estado Mexicano por lo menos desde Vasconcelos, piensan que si publican libros ya se forman ciudadanos automáticamente y puedes llegar a afirmaciones tan ridículas como las de algunas personas que piensan que si una persona tiene un libro en la mano ya no va a matar, cosa que evidentemente no sucede”, cuestiona el bibliotecario que participó la semana pasada en el programa de Guadalajara Capital Mundial del Libro.

Falta inclusión

Para Goldin, estás iniciativas no piensan en la diversidad lingüística del país.

“Hay una falta de respeto a la diversidad que tanto pregonamos, México es un país muy de simulacro hablamos y hablamos y en realidad no estamos hablando, decimos democracia como si la democracia se redujera el voto y como si los votos efectivamente valieran y hablamos del crimen que dizque se resuelve en que se inició la averiguación previa, cuando el 97 por ciento de los crímenes quedan impunes: El simulacro es una parte de la cultura nacional y esto impregna la cultura del libro y la lectura”, agrega el gestor.

A esto se suma el sector editorial, las editoriales independientes en las que cree profundamente y la falta de librerías en ciudades pequeñas desde Pachuca y Guadalajara hasta Tuxtla, por ejemplo.

“Es muy grave porque además tampoco hay buenas bibliotecas. Ve a Saltillo, vete a Monterrey, ve a Hidalgo a Sonora: es un milagro que se forme un lector si no hay libros, si no hay bibliotecas, si las escuelas desecharon el programa de biblioteca de aulas ¿en dónde se forma un lector? Es como pretender que una persona se forme como clavadista en un lugar donde no hay albercas y no hay trampolines”.

La discusión pendiente, será entonces, larga.

No van a llegar, dice Goldin unos iluminados que de pronto den con la respuesta correcta y conviertan a México en el país de lectores que tanto quieren.

“La discusión debe ser si los libros de texto han funcionado y por qué no hay bibliotecas en las escuelas. Por qué las bibliotecas en este país están con unos presupuestos paupérrimos con un personal que cada tres años tiene que renovarse o que llega ahí castigado, acervos viejísimos y seleccionados quién sabe cómo”.

Texto: Alejandra Carrillo / Agencia Reforma

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