Lo único que se ha reducido es la decisión de investigar correctamente el delito y está clasificándolo de manera incorrecta para fingir que bajaron sus cifras, afirma en entrevista a El Sur la experta en derechos humanos
Acapulco, Guerrero, 28 de diciembre de 2019. Existe un clima de complicidad en Guerrero para ocultar las cifras reales de feminicidios y esto es grave porque deja a las mujeres en una situación de desamparo, acusó la experta en derechos humanos, Patricia Olamendi.
El gobierno del estado presume que ha disminuido el feminicidio, pero lo único que se ha reducido es su decisión de investigar correctamente el delito y está clasificándolo de manera incorrecta para fingir que bajaron sus cifras, criticó la coordinadora de la Red de seguridad justicia y paz en entrevista con El Sur tras la publicación del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que informa de sólo 16 feminicidios de un total de 165 asesinatos de mujeres de enero pasado a noviembre.
Ejecuciones en crimen organizado son feminicidios
Explicó que las ejecuciones de mujeres presuntamente integrantes del crimen organizado también deben ser clasificados como feminicidios porque ellas también son víctimas de violencia sexual, trata y discriminación, “¿y qué, haber estado en el crimen organizado no te hace mujer?”.
La doctora en Derecho señaló que la aprobación de la norma 046 que permite la interrupción del embarazo por violación es un mandato federal ratificado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que está por encima de la decisión de un Congreso local.
Patricia Olamendi, quien estuvo en la terna para presidir el Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres) a principios de año, comenzó la entrevista en su visita a Acapulco con una exposición que se convirtió en una cátedra de siete minutos sobre la clasificación de los delitos contra las mujeres.
Explicó que el feminicidio es el asesinato de una mujer (contexto: delito doloso), en el cual se da la muerte por el sólo hecho de ser mujer. Significa que hay factores sociales, culturales, sobre todo, “donde tú consideras que puedes disponer de la vida de esa mujer, por creencias estereotipadas.”
Además de la decisión de cometer una muerte violenta, en un feminicidio ocurren circunstancias que te permiten cometerlo como la ventaja, es decir, la superioridad de fuerza que puede tener un hombre con respecto a una mujer, indicó.
Pudo haber involucrado la traición que es aprovechar “tu relación que pueda ser de amistad, de compañerismo, de conocido, para cometer el delito. Regularmente hay en estos casos, quizás la mujer tenía una relación o conocía al agresor”, agregó.
“Si tú me dijeras que toda muerte violenta de una mujer es un feminicidio, sí, porque toda muerte violenta involucró ventaja”, atajó la entrevistada, quien se pregunta y contesta a sí misma a lo largo de la media hora que duró el encuentro en un condominio de la zona Diamante este viernes.
“¿Por qué la autoridad no integra las carpetas de muertes violentas de mujeres como feminicidios? Por una sola razón: no se le da gana para bajar la cifra. Este gobierno (de Guerrero) presume que tiene cifras bajas y que ha disminuido el feminicidio. No, lo que ha disminuido es su decisión de investigar correctamente un delito y está clasificándolo de manera incorrecta para fingir que bajaron sus cifras, pero en realidad, en el estado se han cometido cientos y sesenta y tantos feminicidios.”
Aunque el juez de la causa puede reclasificar el delito, se cuestionó de nuevo: “¿El Poder Judicial está reclasificando o está aceptando la carpeta como viene de parte de la Fiscalía? Hay un clima de complicidad en el estado para ocultar las cifras reales de feminicidio y esto es gravísimo porque deja a las mujeres en una situación de desamparo”.
Cuatro de cada diez mujeres asesinadas alguna vez denunciaron o acudieron a solicitar apoyo, ya sea en los centros de salud por lesiones, ya sea en la policía, en la Fiscalía, pero “mi experiencia es que levantan el acta y no vuelven a ocuparse de las víctimas”.
Quienes denuncian violencia, no lo hacen por una cachetada ni un jalón de pelos ni patadas, es porque estuvieron a punto de perder la vida, “te puedo asegurar que esta Fiscalía (de Guerrero) no clasifica así porque es evidente el desprecio hacia las mujeres”, afirmó.
–Una explicación recurrente del gobierno es que el narcotráfico las mató – se le dijo.
–Claro que sí, es feminicidio porque los que la mataron, sabían su condición de mujer, aprovecharon su condición de mujer para cometer ese delito y porque al final existe en la cultura del narco un clima de desprecio hacia las mujeres, una discriminación mayor por su condición de mujer.
“¿Por qué las ocupan transportando, vendiendo droga? ¿Y qué, haber estado en el crimen organizado no te hace mujer? Estamos encontrando muchos casos de víctimas de trata que son asesinadas y luego dicen que se juntaban con los malosos, andaban con el narco. No: fueron víctimas de secuestro, de trata, eran consumidoras, vendían drogas, eran migrantes.”
Patricia Olamendi reiteró que la violencia y la reacción del gobierno no son exclusivos de Guerrero, “está comprobado que casi todas esas mujeres, incluso suponiendo que tenían relación, eran subordinadas, maltratadas o violadas al interior del grupo criminal”.
Inmediatamente volvió a resaltar las particularidades del estado “con una altísima marginalidad, pobreza, discriminación, grupos indígenas, aquí la discriminación es brutal, terrible, racista”.
“Esas mujeres que fueron asesinadas, no importa el contexto del crimen, no dejan de ser mujeres discriminadas, que han vivido en este entorno, que fueron utilizadas y que además no se sabe si son víctimas.”
Mujeres se incorporan al crimen por sobrevivencia
La entrevistada, quien ha trabajado para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre estos temas, citó un estudio de las Maras (pandillas criminales) en Centroamérica que revela que casi todos los maristas violan a las mujeres que después van a incorporar. “¿Por qué las chavas se incorporaron? Por sobrevivencia”,
La especialista también criticó la falta de carpetas por la desaparición de niñas y adolescentes, “tendría que haber una carpeta por cada desaparición porque hay dos protocolos, el Alba y el Amber”.
–¿Acá también se dice que cuando desaparece una joven es porque se fue con el novio?
–¡Híjoles! Estamos en la Edad Media. Está comprobado que uno de los delitos más redituables del crimen organizado, y, perdóname, aquí hay crimen organizado, no solamente es la venta y producción de drogas, el segundo es la trata de mujeres. Y sobre todo Acapulco que siempre ha tenido una presencia muy fuerte del crimen organizado y la trata.
–¿Los datos también indican que ha aumentado el abuso sexual, la violación…?
–Guerrero está entre los primeros lugares. Hay un problema gravísimo y lo estamos viviendo con un caso ahorita, no saben integrar la violación equiparada. La ley te dice que cualquier introducción de un elemento distinto al miembro viril, es decir, un dedo, o algo, en los genitales femeninos o anales, se convierte en violación equiparada.
“Aquí todo lo clasifican como abuso sexual porque no hay cópula; siguen sin leer correctamente el código penal.”
–El movimiento feminista, sobre todo las jóvenes, se ha centrado en este tema.
–Porque ya estamos hasta el gorro. Las de antes peleamos porque estuvieran en las leyes todos esos cambios legislativos. Han pasado más de 30 años y estas autoridades no han sido capaces de poner en práctica esos cambios. Son misóginos, siguen sin entender el impacto que tiene en las víctimas el que se les invada su cuerpo.
“El Estado de Derecho es respetar la ley; los señores, cuando se trata de mujeres, no respetan la ley, la reinventan a su modo. También reclasifican los delitos para beneficiar al agresor, no es lo mismo iniciar por violación a que inicie por abuso porque la primera tiene una punibilidad grande y la segunda chiquita. Por mi práctica jurídica puedo decir que un abusador nunca va a cambiar y tú le estás facilitando el delito. Entran, salen, entran, salen…”.
La norma 046 es mandato federal
–En las últimas semanas ha habido una discusión en el estado porque el Congreso, controlado por Morena, no aprobó la norma 046.
–No la tiene que aprobar porque la norma es un mandato federal para la atención inmediata a todas las mujeres víctimas de violencia sexual. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) del país avaló y rectificó la urgencia de que el dicho de la víctima es suficiente para la interrupción del embarazo por motivo de violación. Entonces lo que piense el Congreso del estado vale madres en términos reales, no sirve, porque el Congreso del estado no tiene facultades para decidir sobre temas que decidió la federación y la Suprema Corte. Así es que si no avala sólo habrá negligencia mucho mayor con impacto en las mujeres, pero en términos legislativos el Congreso no tiene nada que decir al respecto.
–Permíteme resaltar el punto de que es Morena, una fuerza supuestamente de izquierda.
–Morena no es una fuerza de izquierda, es un conjunto de personas unidas para llegar al poder, de chile, mole y dulce. Yo he visto ahí personas que eran priistas, sin partido, panistas, y dos o tres perdidos que sí vienen de la izquierda. Su único factor de unidad es López Obrador.
–¿Cuál es su balance de 2019 en el derecho de las mujeres?
–Muy grave. Lamentablemente muchas de las personas que están en el gobierno del presidente de López Obrador no tienen conocimientos importantes sobre el Estado de Derecho, un precario conocimiento sobre los derechos de las mujeres que se ha reflejado en su toma de decisiones.
“Creo que se debe pasar por una evaluación real de cuál es la condición de la mujer en México y entender que los reclamos de las mujeres no van a disminuir. Este movimiento de mujeres feministas jóvenes va en ascenso y al cual las adultas…mayores estamos apoyando porque queremos que hagan realidad lo que pusimos en las leyes”.
Texto: Ramón Gracida Gómez
Foto: El Sur /Archivo
