En esos lugares ya había excavado la Fiscalía, pero en contra de los protocolos dejó los restos humanos, denunció Mario Vergara. Ayer, agentes federales y peritos se negaron a recoger las evidencias.
Chilpancingo, Guerrero, 29 de enero de 2019. En la falda de un cerro, junto a la colonia Las Terrazas, al norponiente de Chilpancingo, la cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas encontró una fosa con una osamenta, y cuatro puntos con restos óseos, en áreas que ya habían sido trabajadas por la Fiscalía General del Estado.
El activista y buscador de fosas clandestinas Mario Vergara Hernández, denunció el mal trabajo que hizo en ese lugar la Fiscalía, al dejar restos humanos en las escenas del crimen, pese a que tienen protocolos que los obligan a levantar hasta el trozo más pequeño de los hallazgos.
Recordó que cada resto es parte de un familiar de personas que lo están buscando.
En el octavo día de búsqueda en Guerrero, los buscadores nacionales, acompañados con algunos familiares de personas desaparecidas en el estado, recorrieron esta área marcada por terrazas, con vestigios de casas habitación que, según fuentes extraoficiales sus habitantes fueron desalojados hace unos cinco años, por los riesgo en la orografía.
En cada nivel, junto a los bordes de lo que fueron las basas, existen hoyos cavados ex profeso, tal vez usados como fosas sépticas o para desechar el agua de uso corriente. Precisamente, en estos hoyos se encontraron los restos humanos.
Los buscadores llegaron al lugar casi a las 11 de la mañana, resguardados por efectivos de la Gendarmería, además de un agente del Ministerio Público federal, de la Policía Federal de Investigación, observadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración.
Sin embargo, los buscadores entraron solos en el área de búsqueda, porque se presumía que son propiedad privada.
Vergara Hernández explicó que “las familias señalaron que quedaban cuerpos donde ya había estado el gobierno”.
Detalló que primero descubrieron la cinta amarilla, con la leyenda de la Fiscalía del Estado, característica del resguardo de escenas del crimen, y al excavar descubrieron las primeras vértebras humanas.
De otro espacio, también con restos de cinta amarilla, sacaron alrededor de 50 huesos que formaron una mano, algunas personas estimaron que pueden pertenecer a una mujer porque ahí mismo se encontraba una pulsera tejida.
En otro hoyo, todos con basura y tierra, encontraron luego de la excavación una cartera con identificaciones de un hombre con domicilio en Chilpancingo, de 24 años, del que se reservaron el nombre.
En una terraza intermedia del sitio donde estaban las vértebras y los huesos de una mano, descubrieron los restos de un cuerpo a 1.5 metros de profundidad. Primero descubrieron un tenis negro, que los condujo al restos donde se observó un orificio de bala en la cabeza, arriba de la nuca. Por la posición de los huesos, pudo haber estado atado de manos.
Casi caía a noche cuando terminaron de cavar lo suficiente para descubrir el cuerpo. A las 6: 30 de la tarde, Vergara Hernández anunció que buscarían la manera de obligar a las autoridades a continuar con las diligencias.
Antes, la agente Ministerio Público federal que acompañó a la brigada, se negó a recoger los restos humanos encontrados por los buscadores, argumentando que se encontraban en terrenos privados y para una intervención, es necesario obtener los permisos de los dueños.
Inicialmente se comentó que sería un asunto de trámite puesto que los restos de la cinta amarilla indicaban que ya existía una averiguación previa o carpeta de investigación, donde debería estar el nombre del o los propietarios, para obtener los permisos.
Los familiares de la Brigada de Búsqueda esperaron la intervención de los peritos, particularmente para recoger la cuerpo completo, y sin respuesta comenzaron las excavaciones.
Se explicó que el interés de los familiares es la identificación de los cuerpos para devolverlos a sus seres queridos.
Reiteraron que la misión de la brigada no es la persecución de infractores, sino recuperar los cuerpos de personas desaparecidas en el país.
Texto: Lourdes Chávez / Foto: Jesús Guerrero
