Los Ángeles, Cal., 7 de diciembre de 2017. La actriz de cine para adultos August Ames fue hallada muerta en su casa de Camarillo, California, reportó el jueves el Servicio Forense del Condado de Ventura. Habría muerto el día anterior y no se hallaron huellas de violencia, según las primeras inspecciones al cuerpo. Amigos de Ames consideran que se trató de un suicidio derivado del acoso digital al que se vio sometida durante esta semana.
El deceso ocurrió a pocos días de que la actriz, en su cuenta de la red social Twitter, declarara que, por seguridad, había rechazado grabar escenas con actores que hayan hecho pornografía gay o bisexual, y luego de eso, se desató una cascada de insultos y acusaciones de homofobia.
En un segundo mensaje sobre el tema, la joven aclaró que no se trataba de homofobia, “la mayoría de las chicas no graban con hombres que han hecho porno gay, por seguridad. Así es como lo hago. No estoy poniendo mi cuerpo en riesgo, no conozco lo que ellos hacen en sus vidas privadas”.
Sin embargo, los insultos y el rechazo se generalizaron.
Fuentes cercanas a August Ames conversaron con el portal Hollywood Life y mencionaron que ella habría caído en una profunda depresión luego de recibir miles de mensajes con insultos, y consideraron que la actriz se habría suicidado, pero aún falta la confirmación del forense.
El deceso, que por lo expuesto se presume que fue un suicidio, tomó a muchos en el mundo del cine para adultos por sorpresa.
En su cuenta de Twitter, su colega Abella Danger se sumó a las condolencias: “Estoy sólo llorando porque he tenido mucho dolor antes y nunca quise quitarme la vida, me pone triste imaginar cuánto dolor sintió ella que no tuvo otra opción”.
El último mensaje de Ames en la mencionada red social fue del 5 de diciembre, un escueto “fuck y’all” (“jódanse todos”).
La canadiense, cuyo nombre real era Mercedes Grabowski, ganó popularidad desde su debut en 2013, y ganó dos Adult Video News Awards; a la fecha de su deceso había participado en más de 270 películas.
Otro suicidio por bullying digital
Otro caso reciente de suicidio inducido por acoso digital fue el de Alyssa Funke, una joven de 19 años que se suicidó en 2014 por el bullying al que la sometían sus ex compañeros de escuela.
En marzo de 2014, un famoso sitio pornográfico publicó un video que mostraba a Funke en escenas sexuales. Poco tiempo después, la joven comenzó a recibir mensajes amenazadores en sus cuentas de redes sociales. Las publicaciones eran escritas por los alumnos de la Preparatoria Stillwater, de Minnesota, donde Funke había estudiado.
Al principio, la adolescente respondió con mensajes desafiantes: “Las personas que más me envidian y me odian son quienes más me acechan en redes sociales así que hola, cómo están, esto es para ustedes”.
Su familia asegura que Alyssa sufría depresión. El 16 de abril de 2014, la joven compró un arma de fuego y se suicidó en el barco de su familia.
Nota: Redacción/ Foto: Redes sociales.
