Reconoce la investigadora de la UNAM Mercedes Sánchez que un periodo de más de un siglo aún no permite establecer patrones, por lo que no es una muestra representativa
Ciudad de México, 5 de abril de 2023. Con la intención de incrementar la cultura de la prevención ante sismos y promover estudios, una investigadora de la UNAM identificó, a través de un mapeo, que el 20 por ciento de los temblores mayores a 5.5 en magnitud y perceptibles en la Ciudad de México han ocurrido en los meses de abril y septiembre.
Por medio del registro histórico del Sismológico Nacional, Mercedes Sánchez, geógrafa de la UNAM, se dio a la tarea de clasificar los temblores de los últimos 121 años, y clasificarlos por intensidad y periodicidad.
De acuerdo con su metodología, contempló sólo aquellos que superan los 5.5 en magnitud, ya que en la actualidad son aquellos que provocan la activación de la Alerta Sísmica, y registró que, desde diciembre de 1901 hasta el primer semestre del 2022, la población capitalina, así como en los estados colindantes donde se originan, han percibido 604 temblores.
“Lo que hice fue ingresar y descargar el catálogo de sismos históricos. Descargué la información desde 1901, porque el 8 de diciembre de 1901 se registró el primer sismo en el país. Filtré sismos con una magnitud mayor a 5.5 hacia arriba”, explicó.
En este ejercicio identificó que, septiembre es el mes con más sismos en la historia del país con 64 temblores, le sigue abril con 59, junio con 58, y diciembre con 57.
Sánchez admite que un periodo de más de un siglo aún no permite establecer patrones, por lo que no es una muestra representativa; sin embargo, es el registro documentado más completo que existe en México y hasta el momento se puede hablar sólo de coincidencias.
“Cien años es un periodo muy corto para identificar algún tipo de patrón, recordando que la Tierra tiene 4 mil 500 millones de años, no es un periodo comparable”, reiteró la investigadora.
No obstante, el mapa y gráficas realizados por la geógrafa tienen la intención de generar conciencia y prevención entre la población, además de interés por estudiar estos fenómenos naturales y poder entender y evitar catástrofes en zonas sísmicas.
Texto: Dana Estrada / Agencia Reforma
