Imposible cremar 43 cuerpos en una pira abierta: refutan “Verdad Histórica”

Suman una nueva prueba forense a las varias que demuestran que es imposible cremar 43 cuerpos, como afirman que se hizo con los estudiantes de la Normal Rural...

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30 mayo,2018 2:48 pm
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Texto: Redacción El Sur / Foto: EFE
Acapulco, Guerrero, 30 de mayo de 2015. Es imposible cremar 43 cuerpos como afirman que se hizo con los de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en septiembre de 2014, de acuerdo con el estudio “Los requisitos de combustible para la degradación térmica de los cuerpos mediante la cremación de pira abierta” (o, “Experimental study on the fuel requirements for the thermal degradation of bodies by means of open pyre cremation”), elaborado por expertos internacionales en materia de fuego.
Coordinado por Luis Yerman, de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Queensland, Australia, el equipo de investigadores –en el que participó José Luis Torero– corroboró que no es posible la destrucción total de materia orgánica mediante la incineración de los cuerpos en una pira abierta, como se ha presumido que se hizo con los cuerpos de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El estudio destaca que, a través de pruebas hechas con cuerpos de cerdos, se descubrió que se necesitan al menos “un mínimo de nueve veces el peso del cuerpo en madera seca para lograr la destrucción casi total de la materia orgánica”, y alimentar el fuego de manera constante durante el proceso.
“La degradación de los cuerpos tiene que correlacionarse con la dinámica del fuego para completar una investigación forense. La consistencia entre el nivel de destrucción de un cuerpo y la eficiencia de quemado, la intensidad y la duración de los posibles incendios debe demostrarse para inferir la validez de una hipótesis de cremación”, señala el estudio.
“Un ejemplo de alto perfil donde esta correlación se convirtió en clave para establecer la validez de una hipótesis forense se relaciona con lo que se ha denominado ‘Verdad Histórica’ en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, México. Una investigación forense concluyó que varios cuerpos (hasta tres) fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula”.
En todos los experimentos que se hicieron, con distintas variables como interacción térmica entre el incendio y aquellos individuos expuestos al fuego, de cualquier forma quedan residuos de una buena cantidad de materia orgánica, por lo que se vuelve imposible creer que los estudiantes fueron incinerados hasta el grado de que no se pudo hacer exámenes de ADN de los restos.
El estudio fue publicado por el Fire Safety Journal y en él también participaron Harrison Wall, Jerónimo Carrascal, Aidon Borwning, Devduni Chandraratne, Christina Nguyen, Andy Wong, Tristan Goode, Daniel Kyariacou, Argarte Campbell, Julian Cao, Tam Do, Diana Casimiro-Soriguer, Andrea Lucherini, Sergio Zrate, Hons K. Wyn, Aarón Bolaños, Ángela Bolaños, Ángela Solarte, Carmen Gorska, Ba-Dinh Le, Son Tran, Quang Le y José Luis Torero.
Cómo fue validada la hipótesis de la cremación
Los estudiosos dicen que “en el caso de incendios no deseados que resultan en muertes, los cuerpos térmicamente degradados pueden ser una evidencia vital” y “un elemento clave de las investigaciones forenses es la identificación de los cuerpos de los restos de cremación”.
Los expertos señalan también que “la degradación de los cuerpos tiene que correlacionarse con la dinámica del fuego para completar una investigación forense. La consistencia entre el nivel de destrucción de un cuerpo y la eficiencia de quemado, la intensidad y la duración de los posibles incendios debe demostrarse para inferir la validez de una hipótesis de cremación.
Los restos orgánicos encontrados en el basurero de Cocula no mostraban restos de ADN debido a la alta exposición al calor a que habían sido sometidos. Más tarde, un grupo de expertos (el GIEI) concluyó que era necesario hacer experimentos realistas para mostrar con detalle el incendio y la condiciones necesarias para alcanzar los grados de cremación observados en este caso; es decir, detalles como la intensidad del incendio, la cantidad de materiales combustibles necesarios, etcétera.
Como señala el artículo publicado, el estudio fue hecho para brindar datos adecuados que permitan identificar la interacción entre un cuerpo y el combustible durante un proceso de pira abierta.
Según la investigación, “en condiciones ideales (cuerpos más pequeños y alimentación continua de combustible) es necesario un mínimo de nueve veces el peso del cuerpo en madera seca para lograr la destrucción casi completa de toda la materia orgánica”.
De cualquier forma, “en todos los casos aún quedaba materia orgánica importante en todos los animales incinerados”.
Lo que contradice de forma concluyente lo dicho por la PGR respecto de lo ocurrido en el basurero de Cocula, pues de acuerdo con las investigaciones de dicha institución, el fuego no dejó ADN en gran parte de los restos localizados en el lugar.

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