Luis Daniel Nava

Chilapa

La Iglesia no desestabiliza, busca que haya menos asesinatos y violencia, respondió el obispo José de Jesús González a la dirigencia de Morena, la cual, dijo, “tiene una visión limitada de la realidad”.
El titular de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González, encabezó la misa principal de la 1 de la tarde en la catedral de esta ciudad. Al final, dio breves declaraciones a la prensa.
Se le preguntó si ha habido diálogo entre la Iglesia católica y el gobierno estatal eobse la violencia criminal que no cesa. Respondió que aún no, pero “tenemos que dar ese paso para reunirnos, darle prioridad a este conversatorio de paz. Hay que seguir buscando esos espacios, una llamada a dejar el egoísmo, y que la gobernadora nos tenga paciencia”, dijo.
Se le pidió su postura acerca de la acusación de la dirigencia de Morena, publicada por El Sur el 11 de abril, de que el obispo emérito Salvador Rangel y él mismo pretenden desestabilizar al gobierno, así como de ser cómplices del crimen organizado, después de revelar su intervención para detener la extorsión en Taxco y de declarar que en el estado se vive un secuestro colectivo de la delincuencia.
“Nosotros tenemos la encomienda de buscar la unidad y no la división. Hablar, ver las dificultades, aceptar las limitaciones y buscar las líneas de paz. No podemos desestabilizar a nadie. Solo no puede nadie, debemos unirnos”.
Sobre la opinión del partido en el gobierno, añadió que “la Iglesia tiene su encomienda de salir, ayudar a todas las personas. El obispo emérito y tu servidor somos franciscanos. Tenemos el ejemplo de San Francisco, de unir a través de aquella imagen del hermano lobo, es decir, tenemos que salir donde están los más difíciles, donde están los más reacios, los más peligrosos”.
“Ir y estrechar ahí las manos, pero no para desestabilizar a nadie, sino para preguntar cómo se puede para que maten a menos gente”.
–¿Niega que la Iglesia sea cómplice del crimen?
–Ah, ¡pues oiga! Si desde nuestras raíces buscamos la paz en todo el mundo y somos el instrumento de paz. Entonces somos instrumentos de paz y no de división y de guerras. Fue mal interpretado –concluyó.