EL-SUR

Miércoles 03 de Mayo de 2023

Guerrero, México

Guerrero  

En diciembre le pesa más la ausencia de Alberto, desaparecido en la capital, cuenta su mamá

La Comisión Estatal de Búsqueda concluyó que salió voluntariamente del estado al norte del país, lo que refutó y el caso sigue abierto, pero sin avances, informa

Diciembre 23, 2022

La mamá del joven desaparecido Alberto Fonseca Leyva, Margarita Leyva Cruz, en entrevista para El Sur Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En diciembre del 2019 Margarita Leyva Cruz prometió a sus dos niños Dios que no los volverá a “acostar” hasta que su hijo Alberto regrese, “mientras, no” y este ya será el cuarto año que en su casa no se colocará el nacimiento porque Alberto, quien era el encargado de eso, no aparece.
Alberto Fonseca Leyva, desapareció el 18 de mayo del 2019 en Chilpancingo cuando tenía 22 años de edad, después de que salió de trabajar como peón de albañil en unos edificios en construcción cerca de su casa en la colonia Eduardo Neri, al poniente de la ciudad.
En entrevista el 6 de diciembre, su madre Margarita Leyva contó que ese día desapareció en un trayecto de 20 minutos que se hacía de camino de la obra a su casa, y desde entonces no sabe nada de él.
Dijo que en diciembre le pesa más su ausencia porque los días 11 de este mes cumple años y el pasado cumpliría 25, “y otra vez fue muy triste pasarlo sin él”.
Margarita tiene tres hijos, Alberto es el único varón y el de en medio, la mayor es la única casada. Contó que estos días de diciembre Alberto se encargada de los arreglos de la casa para esperar la Navidad.
“Le gustaba poner el nacimiento, tengo dos niños Dios grandes y él era el que se encargaba de arreglar el nacimiento, pero desde que él desapareció ya no tengo esa emoción de arreglar y de acostar a mis niños, hasta que él regrese”.
Dijo que desde diciembre del 2019 que Alberto ya no estuvo, les dijo a sus dos figuras religiosas, “no los voy a acostar hasta que mi hijo regrese, mientras, no”.
Margarita dijo aquella mañana de sábado que su hijo salió, “me dijo: mami, al rato regreso” y lo esperó a las 4 de la tarde para comer, “pero dieron las 5 y a las 6, pensé que se iría con sus compañeros a tomarse un refresco, porque era sábado de raya”,
Pero la noche del sábado Alberto no llegó, y a la mañana siguiente Margarita recorrió el trayecto de 20 minutos que caminaba Alberto de su casa a la obra, pensando que lo habían asaltado y que estaría por ahí tirado a orillas del camino, pero no encontró nada.
Dijo que no pensó en otras cosas porque Alberto no toma, no fuma, no tiene amigos, no tiene novia, “es de esos que de la casa al trabajo”.
Ese día llegó a la obra donde trabajaba, pero como era domingo no encontró a nadie que le diera alguna información.
Se esperó al lunes para regresar a la obra, el patrón de Alberto le dijo que el sábado salió normal, a las 3 de la tarde, y que le

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extrañó que no se haya presentado a trabajar ese lunes.

“Las autoridades no investigan, argumentan: hay muchos casos, pero ya estamos en su asunto, y no es cierto”

Informó que ese día fue a la agencia del Ministerio Público a presentar la denuncia por la desaparición de su hijo.
De regreso a su casa revisó sus cosas, porque tuvo la esperanzadora idea de que se pudo haber ido voluntariamente, como le insinuaron al presentar la denuncia, pero encontró todo en orden, “no tiene mucha ropa y no fue difícil comprobar que estaba toda, se llevó solamente la puesta y la que usaba en el trabajo”.
Esa misma semana Margarita buscó la ayuda de la 35 Zona Militar pero la mandaron a la agencia del Ministerio Público donde ya había ido a presentar la denuncia.
“Las autoridades no investigan, argumentan: hay muchos casos, pero ya estamos en su asunto, y no es cierto”.
Declaró que pidió al agente del Ministerio Público que fueran a buscarlo de inmediato, los primeros días, “por si lo asaltaron y le hicieron algo, pero no hicieron nada”.
Contó que agentes del Ministerio Público subieron un mes después a preguntar a la obra, y que después bajaron por la vereda donde caminaba pero no tardaron ni media hora y se retiraron.
Declaró que pensó que iban a preguntar a los que trabajaban en otras obras cercanas, porque hay más en la zona, que iban a consultar a los vecinos, que llevarían su fotografía, que harían su trabajo con más interés y convicción, pero que vio que lo hicieron sólo por cumplir una orden.
Agregó que incluso cuando se retiraban le hablaron para informarle que ya habían subido a buscar y a preguntar pero que no habían encontrado nada.
A partir de entonces Margarita se dedicó a buscar por su cuenta a Alberto.
De tarde en tarde salía con la credencial del INE de su hijo en mano a preguntar a los que trabajaban en las obras cercanas, a cualquiera que veía con su mochila colgada a la espalda y suponía era albañil le mostraba la foto de su hijo, igual que a vecinos de colonias cercanas.
“A partir del 2019 cada Día de Muertos para mí es muy doloroso porque yo no sé si está vivo o muerto, si prenderle una veladora o no, al fin de cuentas se la prendo, por si está muerto, resignarme, y si está vivo que esa luz lo ilumine donde quiera que este”.
Reprochó que, en tanto, las autoridades le están fallando porque no buscan, “dicen que no tienen personal, que no cuentan con tiempo suficiente por los muchos casos que hay, y que hay otros más urgentes que sacar”.
Incluso contó que la Comisión Estatal de Búsqueda le hizo un análisis de contexto y la conclusión fue que salió voluntariamente del estado al norte del país, opinión que ella rechazó porque no tienen conocidos en Estados Unidos, “él no tiene ni amigos, cómo para que con alguno de ellos se haya ido”, objetó la mujer.
“Él es muy reservado, desconfiado, por más que le hubieran ofrecido un trabajo fuera no lo hubiera aceptado sin pedirme mi opinión. No es arrojado, es tímido, siempre me consulta, no es alguien que le guste la aventura. Es muy callado, muy serio, del trabajo a casa”, describió.
Agregó que con esa conclusión las autoridades pretendían cerrar el caso, pero ella se opuso y lo reabrieron, y por el contrario exigió búsquedas en vida en los reclusorios y en los anexos de Iguala, Acapulco y Taxco, petición que no ha tenido respuesta y pidió a las autoridades “que se conduelan”.
Informó que con el apoyo del Colectivo de Chilpancingo Lupita Rodríguez recientemente se reabrió el caso, se revisó la carpeta de investigación, logró una reunión con la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón y se organizó un grupo de búsqueda en vida, del que su hija la menor es la encargada.
“Ya andan rastreando los cerros de Chilpancingo y sus alrededores”, dijo e informó que se han realizado cuatro búsquedas, aunque sin resultados.