EL-SUR

Miércoles 03 de Mayo de 2023

Guerrero, México

Guerrero  

Era desplazada por violencia en la sierra de Tlacotepec la ejecutada en Chilpancingo el lunes; tenía 23 años

Sus familiares se negaron a recibir el cadáver para velarlo por temor a las represalias de sus victimarios, que suponen fueron enviados por el líder criminal El Teniente que ha atacado Pueblo Viejo, de donde era originaria

Zacarías CervantesChilpancingo

Abril 26, 2018

 

La violencia de la que huyó de Pueblo Viejo, en la sierra del municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), alcanzó a María Fernanda González Marcelo en Chilpancingo donde estaba refugiada desde septiembre del año pasado. La tarde del lunes su cuerpo fue encontrado con dos balazos, uno en la cabeza y otro en el tórax, en la orilla de un camino de terracería en la colonia Santo Domingo, al poniente de la ciudad cerca de la colonia Rosario Ibarra de Piedra.
María Fernanda era una de las desplazadas que salió de Pueblo Viejo tras el ataque armado los días 28, 29 y 30 de agosto pasado que que los pobladores atribuyeron a la gente de Juan Castillo Gómez, El Teniente.
Desde entonces la joven de 23 años propietaria de una fonda en Pueblo Viejo sobrevivía sin ninguna ayuda ni protección, se alojaba con algunos familiares a veces en Petaquillas y a veces en Chilpancingo.
Sus familiares informaron que el lunes aproximadamente a las 11 de la mañana salió rumbo al mercado Baltasar R. Leyva Mancilla acompañada de una amiga de la sierra. Su acompañante se le apartó un rato mientras fue a comprar un chilate, de reojo alcanzó a ver que alguien le hizo señas a Fernanda desde un Tsuru blanco. En lo que pagó el vaso de chilate y regresó ya no la encontró.
El cuerpo de la joven desplazada fue hallado a las 5 de la tarde de ese mismo día en esa colonia marginal, y fue reclamado la mañana del martes debido a que sus familiares carecían de recursos para los trámites y pagar a la funeraria que se encargara del traslado del cuerpo.
La noche del martes el cadáver fue velado por un reducido grupo de personas en una capilla pública de la colonia Galeana. Sus familiares de la capital se negaron a recibir el cadáver para velarlo por temor a las represalias de sus victimarios, que suponen, fueron enviados por el jefe del grupo criminal que ha venido incurriendo y atacando a Pueblo Viejo.
“Nadie de sus familiares le quiso dar permiso para velarla por miedo y por lo mismo no se la van a llevar al pueblo”, dijo una de las desplazadas que conoció a la víctima.
“Tenía un restaurancito en Pueblo Viejo, le iba bien pero se lo quitaron aquellos”, dijo su paisana en referencia a los sicarios en donde se vive una disputa desde el año pasado entre el Cártel del Sur que encabeza Isaac Navarrete Celis, El Señor de la I y Juan Castillo Jaimes, El Teniente.
Las versiones indican que el pueblo está bajo el control de El Señor de la I y quiere entrar la gente de El Teniente. En medio de ambos grupos había unas 600 de un total de mil 500 familias que tuvieron que abandonar el pueblo, entre ellos se vino Fernanda huyéndole a la muerte.
Sus familiares informaron que apenas hace 15 días volvió a su pueblo para pedir a sus familiares que se quedaron allá porque simpatizan con el grupo que tiene el control de la comunidad, que intercedieran para que le permitieran entrar a su casa y a su negocio y recuperar algunas cosas, pues tenía la intención de vender en Chilpancingo.
“Nomás fue a hacer coraje, cuando regresó nos contó que ya le habían quitado todo. Encontró su casa y su negocio ocupados. En su casa estaban alojados aquellos hombres y en su fonda las mujeres que se quedaron en el pueblo les dan de comer a los pistoleros”, contó su conocida.
Entonces Fernanda les pidió que le dejaran sacar cuando menos su ropa y algunas otras de sus pertenencias. “Te vamos a dejar”, le respondieron, “pero no queremos que vayas a andar de chismosa”.
“Por ella las demás familias que abandonamos Pueblo Viejo nos enteramos cómo están nuestras casas, la mayoría ocupadas por los pistoleros que supuestamente defienden al pueblo del otro grupo”, contó su paisana.
Dijo que Fernanda González no alcanzó a cumplir sus dos objetivos: seguir con vida y tener una nueva fonda en Chilpancingo, “era su mayor ilusión, le tenía mucho amor a la vida, siempre nos decía que a lo que más le tenía miedo era a morir de un balazo, y mire, pobre muchacha”.
La joven desplazada fue sepultada a la 1 de la tarde de ayer en el panteón ubicado al norte de Chilpancingo, en medio del temor de los pocos que acompañaron el cadáver por las represalias de los victimarios de Fernanda. El sepelio fue también austero.
Todavía la noche del martes sus familiares no tenían para pagar lo más indispensable, tuvieron que solicitar ayuda a un político que aspira a un cargo en la región.
También intentaron solicitar medidas cautelares cuando menos durante las exequias a través de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero el presidente Ramón Navarrete Magdaleno no les respondió a las llamadas telefónica, se quejó uno de sus familiares.
El 16 de abril otra de las desplazadas, Gabriela Maldonado García fue ejecutada cerca del Tejocote, al sur de Chilpancingo, junto con su hija Guadalupe de 6 años y su otra niña Melisa de 4 quedó herida. Familiares informaron que apenas el domingo pasado Melisa fue dada de alta.
Gabriela Maldonado era una joven madre de 25 años de edad y tenía un embarazo de seis meses. Igual que Fernanda salió huyendo de la violencia de su pueblo, Izotepec, pero sólo vino a Chilpancingo a encontrar la muerte.