La casa de la Familia Rodríguez Telumbre se encontraba solitaria luego de la conferencia de la Fiscalía General de la República, donde informó que los restos de uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos son de Christian Alonso Rodríguez Telumbre.
Sus padres Clemente Rodríguez y Luz María Telumbre llevan 5 años y 10 meses marchando y luchando para exigir la aparición con vida de su hijo Christian, que desde la noche del 26 de septiembre del 2014 no regresó a su casa.
“No queremos hablar” dijo un familiar, “espero que entiendan, queremos asimilar nuestro dolor y luego platicar” expresó mientras un grupo de reporteros llegó a la vivienda situada en el callejón de Las Cuevitas en Tixtla.
Las calles eran vigiladas por patrullas de la Policía Municipal, desde el momento en que los reporteros entraron fueron monitoreados y seguidos hasta la vivienda donde creció el normalista.
El lunes, Clemente Rodríguez fue hostigado por un grupo de autodefensas que opera en Tixtla y que porta las siglas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC), lo retuvieron “sin saber el motivo”.
Uno de los vecinos cuenta que pudo “ser porque el domingo llegaron varias camionetas de la Guardia Nacional (a la vivienda de Clemente) y los halcones (informantes del crimen organizado) se pusieron alertas, quizás querían saber por qué había llegado la autoridad y no se habían enterado”.
El domingo Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, y Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa llegaron a la calle Lázaro Cárdenas de la colonia Antonia Nava de Catalán, para informar a la familia Rodríguez Telumbre que el Instituto de Genética de Innsbruck, en Viena, encontró el ADN de Christian Alonso en uno de los restos enviados hace más de tres meses.
En la casa de Christian Alonso las puertas seguían abiertas como es habitual, su madre se dedica a la venta de tortillas y la gente entraba y salía con ellas. Nadie comentaba nada, el silencio era total.
Su padre vende garrafones de agua, aunque es un hombre de pocas palabras siempre estaba al frente de las protestas y los enfrentamientos contra policías y militares, un pañuelo verde para ocultar su rostro y el cartel de la foto de su hijo lo identificaban.
Christian Alonso Rodríguez Telumbre tenía 19 años cuando lo desaparecieron, su padre le aconsejó que entrara al grupo de Danza de Ayotzinapa “para evitar el activismo político”, pero no lo hizo.
La noche del 26 de septiembre del 2014 fue desaparecido junto a 42 de sus compañeros por el grupo criminal Guerrero Unidos y cinco años después sus padres siguen buscando justicia. (Lenin Ocampo Torres / Tixtla, Guerrero).