“Nueve quince horas del lunes 15 de mayo, Halcón y Guacamaya –ambas embarcaciones– salen rumbo a zona de afectación cerca de Caleta”, se informa desde el centro de operaciones simulado por el plan local de contingencias de la Octava Zona Naval Militar, durante el simulacro de un posible derrame de hidrocarburos en la bahía.
Con el objetivo de evaluar la capacidad de respuesta y capacitación de dependencias estatales, municipales y federales, la Sexta Región Naval de la Secretaría de Marina llevó a cabo un simulacro sobre un posible derrame de hidrocarburos y otras sustancias nocivas en la bahía de Acapulco.
Fue notable la ausencia de algunas dependencias invitadas.
La actividad no sucedió de forma activa en el mar, sino que todo se basó en supuestas acciones cronológicas y los representantes de cada dependencia tomaban decisiones por la catástrofe marina.
De la coordinación general del simulacro fueron responsables los marinos y el comandante de la Novena Zona Naval, vicealmirante José Arturo Maldonado Orozco, así como el encargado de Capitanía de Puerto, José Florentino Gallardo.
También asistieron los titulares de Protección Civil estatal y municipal, Arturo Sabás de La Rosa y José Antonio Pacheco Albert; la directora de la Promotora de Playas, Otilia Hinojosa Loza, trabajadores de Pemex y estudiantes de la unidad académica de Ecología Marina.
A pesar de que se trataba de una contingencia con afectaciones ecológicas y turísticas no estuvo presente ningún representante de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de la Secretaría de Salud, de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) y de la Comisión Nacional del Agua (CNA).
En un boletín de prensa, la Octava Zona Naval explicó que el tráfico marítimo existe en el mar territorial y patrimonial de las Costas de Guerrero, y ello representa un riesgo potencial de incidentes marítimos en buques o entre embarcaciones que pueden generar un posible derrame de hidrocarburos u otras substancias nocivas en el mar.
Por tal motivo “se requiere del equipo adecuado y hombres calificados para controlar y contrarrestar este tipo de amenazas” de acuerdo con leyes y convenios para proteger al medio ambiente marino.
El objetivo fue medir la capacidad de respuesta de los integrantes del organismo coordinador local, la eficiencia de las comunicaciones, la participación de dependencias, la eficiencia y manejo de equipo, la capacitación en cada dependencia, el tiempo de operación por fases y tiempo total de respuesta, así como la determinación de los costos por daños y la recuperación de hidrocarburos.
La operación
La simulación trató sobre el buque de carga Gran Canal, procedente de Puerto Balboa, Panamá, con destino a la terminal marítima de Acapulco.
El navío tuvo fallas en su sistema de navegación y radares, por lo que no percibió unas rocas situadas a 300 metros de la Isla La Roqueta, en la boca principal de la bahía, lo que provocó una colisión y una avería del casco a la altura del tanque de combustible que se derramó.
Al producirse el percance se informa a Capitanía de Puerto y se proporcionan los datos de mayor relevancia. El capitán a su vez tiene que informar al comandante de la Octava Zona Naval Militar, pues es el encargado de la coordinación local del plan de contingencia.
Asimismo, el comandante de la zona naval ordena al coordinador en el lugar del incidente que se traslade al área para efectuar una inspección de la magnitud, información meteorológica, y sobre personas lesionadas o desaparecidas.
De forma subsecuente el comandante Octava Zona Naval debe convocar a los integrantes del comité técnico asesor y con las autoridades que integran el organismo de coordinación local a fin de activar las contingencias para combatir y controlar derrames de hidrocarburos.
De forma cronológica se formaron mesas de trabajo que representaban a los integrantes del organismo local de contingencias durante el derrame de hidrocarburos, así como la inspección a la zona siniestrada en aeronaves y embarcaciones.
Otros detalles fueron el uso de barreras de contención, la petición de ayuda a Pemexs, el aviso oportuno a bañistas, el informe veraz a los medios de información sobre el incidente y el análisis del clima para maniobrar mejor el siniestro.