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Miércoles 03 de Mayo de 2023

Guerrero, México

Economía  

A Jorge Mazón Rebolledo, la medalla Ignacio Manuel Altamirano

Profesor rural de Cocula que comenzó a dar clases a los 16 años será galardonado por Fox       Oracio Lagunas Ramírez   Iguala   El pasado 19 de abril, el maestro Jorge Mazón Rebolledo fue informado vía telefónica desde las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la ciudad de … Continúa leyendo A Jorge Mazón Rebolledo, la medalla Ignacio Manuel Altamirano

Mayo 15, 2004

Profesor rural de Cocula que comenzó a dar clases a los 16 años será galardonado por Fox

 

 

 

Oracio Lagunas Ramírez

 

Iguala

 

El pasado 19 de abril, el maestro Jorge Mazón Rebolledo fue informado vía telefónica desde las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la ciudad de México, que el presidente Vicente Fox Quesada le entregará la medalla al mérito Ignacio Manuel Altamirano, el más grande intelectual mexicano del siglo pasado naciodo en Tixtla, y quien da nombre a uno de los máximos galardones para quienes superan el medio siglo de docencia ininterrumpida.

La ceremonia será hoy a las 10 de la mañana en Guadalajara, la capital de Jalisco, a dónde llegará el presidente directo desde Varsovia, la capital de Polonia, tras una gira de tres días por Europa.

Ahora que nos informa del reconocimiento que recibirá, el maestro Mazón Rebolledo, al punto de las lágrimas, dice que lo que más le complace es que sus ex alumnos lo recuerden como una persona entregada a una profesión que abrazó por convicción.

Mazón Rebolledo estudió en la primaria Niños Héroes, de Cocula, la ciudad vecina que se encuentra al costado de la carretera a Teloloapan y la Tierra Caliente. Allá emigraron sus padres, Clemente Mazón Medina y Jovita Rebolledo Castro, porque su madre es originaria de Cocula.

Al concluir su instrucción primaria, dice sentado en la sala de su casa, se trasladó a esta ciudad e ingresó a la Escuela Secundaria Plan de Iguala, una de las cinco secundarias que había entonces –1950– en el estado. Las otras estaban en Chilpancingo, Teloloapan, Chilapa y Acapulco.

Por esos años, recuerda, ya existía la normal de Ayotzinapa, pero el gobierno federal estaba urgido de maestros, por lo tanto venía gente de México, entraba a los grupos de tercer año y preguntaban quiénes eran los mejores promedios y tras un reporte de los directores, eran tomados como maestros.

Por tanto, dice, el 9 de octubre de 1950 “recibí de manos del general Baltasar R. Leyva Mancilla, entonces gobernador del estado, mi nombramiento como profesor rural A”. Y fue asignado a la primaria de Paintla, del municipio de Taxco, donde atendió a 114 niños, del primero al cuarto grado.

Destaca “una cosa que ahora me resulta chistosa, pero normal en ese tiempo: que mientras yo tenía 16 años, varios de mis alumnos tenían 18 años”. Como sucedía entonces, el maestro Mazón trabajaba con sus alumnos “mañana y tarde y por la noche lo hacía con un reducido grupo de adultos”.

Su salario inicial, explica, fue de 150 pesos mensuales, lo cual consideraba poco, porque en aquella época un campesino ganaba 20 pesos diarios.

Cobraba en la oficina de recaudación de rentas –así se llamaban– de Taxco, pero en más de una ocasión le dijeron que los contribuyentes no habían pagado y no había dinero.

A cambio “nos entregaban vales de 20 pesos para adquirir productos y si alguno se ponía exigente, pues le entregaban un oficio para que fuera a cobrar a determinado contribuyente, lo cual, por supuesto, no hacíamos”.

En la primaria de Paintla duró apenas un año, pues fue enviado a Tetipac y al año siguiente a Pilcaya. Un año después regresó a Tetipac, donde por cierto hizo su Servicio Militar Nacional .

“El instructor del servicio, bien recuerdo, me dio una tarjeta azul y me dijo que por cada sábado que me presentara, él me iba a poner un sello, pero en ese momento le dije que yo también tenía en la escuela una tarjeta donde le ponía calificaciones y la cosa quedó un tanto quieta, pero no dejé de presentarme al servicio”, dice.

Entre los años 1954 y 56 estuvo como maestro de primaria en Teloloapan y Cuetzala del Progreso, de donde regresa a la primaria Estado de Guerrero, dado que concluyó estudios como profesor de primaria por medio de los conocidos cursos de verano en el Instituto Federal del Magisterio, en Chilpancingo, el cual fue conocido como la normal más grande del mundo, porque de ahí egresaron miles de profesores de primaria.

Tras ello, dice, lo designaron director de la primaria Herlinda García, turno vespertino, donde permaneció hasta el año 1966, cuando fue nombrado supervisor escolar en la zona de Arcelia, de donde pasó a la zona escolar de Huitzuco con el mismo cargo y donde permaneció 12 años, pero ese trabajo le valió regresar a la zona escolar 35 de Iguala.

Sin embargo, renunció a su cargo en 1993 para dedicarse de tiempo completo a impartir cátedra en el Centro de Actualización del Magisterio, tras haber concluido estudios de licenciatura en Historia en la Universidad Autónoma de Guerrero y una maestría en Educación en el Instituto Pedagógico en Estudios de Postgrado de Celaya, Guanajuato.

También incursionó en la

política

De manera paralela a su profesión, el maestro Mazón Rebolledo incursionó en la administración pública municipal. En el trienio del alcalde Librado García Vélez (66-69), se desempeñó como regidor de Educación y Policía, y un año antes de concluir su periodo fue designado tesorero del Ayuntamiento.

Un año antes de asumir la tesorería, recuerda, se fugó de la cárcel municipal Genaro Vázquez Rojas.

“Yo digo que fue huida, porque si hubiera sido rescate, la gente de Genaro no debió haber disparado en contra de los policías que portaban mosquetones que no servían. A ver, –la gente de Genaro– ¿por qué no hizo frente a la Judicial?”, comenta de uno de los episodios considerado como antecedente de las guerrillas de principios de los 70 en Guerrero.

En 1970, en el periodo del alcalde Francisco Román Román –muerto hace mes y medio–, Mazón Rebolledo ocupó el cargo de oficial mayor del Ayuntamiento.

Por sus conocimientos sobre los problemas de la educación del estado, ocupó el cargo de subdirector académico del Centro de Actualización del Magisterio número 3, en 1993 y un año después es designado supervisor académico de Educación Normal y Actualización del Magisterio en el estado. “Estaban bajo mi supervisón todas las normales del estado”, recuerda.

Luego de la descentralización de la educación en 1994, fue nombrado jefe del Departamento de Planeación y Estadística de los Servicios Estatales de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG).

Luego fue jefe del Departamento de Educación Indígena, donde presentó un proyecto para convertir esta área en dirección, objetivo que se aprobó tal y como fue presentado.

Ese mismo año, 1994, fue designado asesor del secretario de Educación del gobierno del estado, Amín Zarur Menes, y empezó a trabajar en coordinación con otros subsecretarios de educación básica como José Rodríguez Salgado y Gabriel Pérez Rivero, a quien consideraba toda una institución en la educación del estado, porque además por su convicción compartió cárcel con el profesor comunista Othón Salazar, en 1957, en el Distrito Federal.

Luego colaboró a lado de Alicia Hernández Alonso, Raúl Salgado Leyva y Adrián del Villar Castillo, hasta que se vio obligado a renunciar por un accidente carretero.

Muchos galardones

En la parte final de la entrevista, el maestro Jorge Mazón Rebolledo es acompañado por su esposa, la también profesora Constantina Parra Rangel, con 52 años de servicio, y recuerdan que aquella mañana del 19 de abril, tras la confirmación de que era uno de los galardonados, la misma voz, de una mujer, les dijo:

“A la ceremonia tendrá que ir acompañado por otra persona. ¿Quiere que les enviemos alguna silla de ruedas o una ambulancia? –ríen un poco y continúan–, pero le contestamos que yo aún manejo mi propio auto, lo cual sorprendió a esta persona”.

–¿Este no es el único galardón que ha recibido en esos 53 años de servicio magisterial?

–No, tengo un montón, así de grande –y eleva la mano por arriba de la mesa de centro.

Hace 20 años recibió del gobierno estatal una medalla por 30 años de servicio y 750 pesos, pero ahora sabe que la medalla es de oro, un diploma y un estímulo que desconoce hasta la fecha.

Con la experiencia de sus años de servicio y su capacitación constante, pues no deja de estudiar cursos y ahora busca concluir un doctorado en educación, el maestro Mazón Rebolledo reconoce que los métodos de enseñanza han cambiado mucho, sobre todo con la descentralización.

“Ahora tenemos niveles de aprendizaje, donde el primer nivel es el conocimiento que se adquiere en la calle o a través de los medios de comunicación, por lo tanto no se necesita ir a la escuela para tener el conocimiento”.

El nivel que sigue es la comprensión, donde se indica que si no comprendemos lo que conocemos, no lo podremos aplicar y entonces no hay aprendizaje, hay un conocimiento, luego entonces si usted conoce y comprende puede aplicar esos conocimientos, como el tercer nivel de las cosas.

Por último, viene el análisis de lo que usted conoce, la síntesis de lo que usted conoce y un juicio de valoración, pero estos niveles de aprendizaje corresponden a un conductismo, que tiene como líder a Skinner.

Ahora, dice, el primer nivel es la palabra, que se escucha en todos lados; luego viene el hecho: si lo que usted dice tiene congruencia con lo que usted hace, entonces está en un segundo nivel y el tercer nivel es el concepto, que si se llega al concepto, tendrá un aprendizaje de alto nivel, que finalmente es lo que busca el constructivismo.

Y pone como ejemplo que el himno nacional es un canto a la patria que “si lo aprenden, eso es la palabra, pero si lo cantan, sería su segundo nivel, pero si le ponen entusiasmo y los hace vibrar, indudablemente estamos llegando a donde queremos, el conocimiento”.