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Miércoles 03 de Mayo de 2023

Guerrero, México

Economía  

Torreblanca Gómez: un dirigente sindical que siempre vivió enmedio de la polémica

   José Luis Torreblanca Gómez fue un dirigente sindical que siempre vivió en la polémica. Fue parte de los liderazgos cetemistas alentados por Porfirio Camarena Castro, quien en 1989 a través de un golpe interno violento –que implicó un desalojo a tiros del edificio sede– se hizo del control de la Federación de Trabajadores de … Continúa leyendo Torreblanca Gómez: un dirigente sindical que siempre vivió enmedio de la polémica

Mayo 07, 2004

 

 José Luis Torreblanca Gómez fue un dirigente sindical que siempre vivió en la polémica. Fue parte de los liderazgos cetemistas alentados por Porfirio Camarena Castro, quien en 1989 a través de un golpe interno violento –que implicó un desalojo a tiros del edificio sede– se hizo del control de la Federación de Trabajadores de Guerrero (FTG), desplazando del cargo a Filiberto Vigueras Lázaro.

Doce años después Torreblanca Gómez, mediante un golpe de mano, dejó fuera de la secretaría general de la FTG a Camarena Castro, con el apoyo del actual líder nacional de la CTM, Leonardo Rodríguez Alcaine.

Chofer de camiones en su origen, Torreblanca se hizo de un taxi a finales de los ochentas, y participó en la fundación de la COSTEG, una organización de trabajadores del volante de la que es líder en 1990.

La organización y Torreblanca fueron utilizados por el director de Transporte en el estado durante el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu, Neftalí Gracida, para comercializar parte de unas diez mil concesiones de taxis, suburbans y microbuses en la entidad.

El tamaño de la corrupción y la existencia de fraudes –pues no todas las placas fueron entregadas a quienes las compraron– provocaron la destitución de Neftalí Gracida en 1992, y su inhabilitación como funcionario, aunque no le fue ejercida acción penal, pues del negocio también se beneficiaron funcionarios de alto nivel, incluidos familiares de Ruiz Massieu, según denunciaron organizaciones de taxistas.

Del hecho, hubo dos averiguaciones previas por fraude contra Torreblanca, las cuales estuvieron a punto de impedir que asumiera una diputación local en 1993, luego de que el PRI, partido por el que contendió, había ganado la elección en el distrito 17.

Sin embargo, para impedir que el PRD llevara a fondo la demanda para inhabilitar a Torreblanca en sus derechos políticos, el entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer entregó una regiduría más a ese partido en Acapulco, en forma ilegal, precisamente a quien le había contendido por la diputación en ese distrito, Joel Mendoza Maciel.

En 1996, también apoyado por Porfirio Camarena, llegó a la sindicatura del ayuntamiento de Acapulco, por lo cual en octubre de 1997 le tocó administrar parte de los recursos de ayuda a los damnificados por el huracán Paulina.

De ese periodo se recuerda la denuncia del entonces administrador de la Unidad Deportiva Acapulco, Marcos Villasana, quien acusó a Torreblanca de almacenar despensas en las instalaciones de este centro deportivo, con la intención de comercializarlas.

En 1998, entrado el PRI a su proceso de selección de candidato a gobernador, Torreblanca Gómez se sumó a la precandidatura de Manuel Añorve, uno de los contendientes, y se deslindó de su jefe político Porfirio Camarena, quien también aspiraba al cargo.

En 1999, ya gobernador René Juárez, Torreblanca Gómez comenzó a alinearse al nuevo grupo político en el poder.

En tanto en la FTG, se mantuvo al margen de la demanda de otro grupo de cetemistas, entre ellos Rodolfo Escobar y Antonio Valdez Andrade, quienes pidieron a Leonardo Rodríguez Alcaine (ya muerto Fidel Velázquez), que desconociera como dirigente estatal a Porfirio Camarena, a quien acusaron de no representar sus intereses sindicales.

Camarena dejó la senaduría de la República en el 2000 y comenzaron los escarceos por destituirlo, lo que se dio dos años después, en una Convención estatal, en donde Rodríguez Alcaine aprovechó los conflictos internos para quitarlo.

Ahí, Torreblanca Galindo hizo alianza con Escobar, y el grupo de éste lo presentó como “un candidato de unidad”, pese a que otro ex integrante de su bloque, Antonio Valdez, sorprendentemente apareció del lado de Camarena e incluso intentó impedir la asamblea estatal a golpes, aunque del otro lado eran más.

Un año después, por conflictos de poder Escobar encabezó un grupo que pidió a Rodríguez Alcaine la destitución de Torreblanca y la convocatoria a una nueva elección. Tras medio año de conflicto, el líder estatal de la FTG asigna a Escobar la secretaría de Organización, y éste dejó a su vez colgados a los del ex bloque antitorreblanquista.

A la fecha, Torreblanca mantenía una aparente buena relación con Escobar e incluso respaldaba las protestas sindicales del líder de la sección 112 en contra de las gerencias de los hoteles Hyatt y Continental Emporio. El sábado primero de mayo incluso abandonó el presídium desde donde acompañó al alcalde de Acapulco Alberto López Rosas a presenciar el desfile por el Día del Trabajo.