Se desmoronó alto porcentaje de pruebas del informe del caso Ayotzinapa, revela Encinas

Padres de familia de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos durante el mitin frente al Hemiciclo a Juárez en la Ciudad de México Foto: Juan Luis Altamirano

Redacción

El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, reveló que no se confirmó la autenticidad de un alto porcentaje de las capturas de pantalla de conversaciones entre criminales y militares que participaron en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y que sirvieron de base en la elaboración del informe que presentó en agosto pasado.
Las revelaciones de Encinas fueron publicadas este miércoles en el periódico estadunidense Tle New York Times, al que declaró: “Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”.
El subsecretario, presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa, informó en entrevista que ante inconsistencias en las capturas de pantalla que le filtraron, las sometió a una revisión más exhaustiva. Y como resultado de la revisión, “dijo que no había conseguido verificar muchas de las capturas de pantalla y que había tenido que desechar varias de ellas”, se publicó en el reportaje, titulado, “El caso Ayotzinapa se resolvió en México. Hasta que las pruebas se desmoronaron”.
En el reportaje firmado por Natalie Kitroeff, Ronen Bergman y Óscar López, se plantea como antecedente del problema de las pruebas inconsistentes en el informe de Encinas, que concluye que “tras haber sido secuestrados en 2014, los estudiantes fueron asesinados por narcotraficantes que operaban en conjunto con la policía y el ejército”, las prisas para resolver el caso, que vinieron de la presión por declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“La presión venía desde el nivel más alto: el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció en junio que su gobierno sabía lo que había ocurrido a los estudiantes desaparecidos y que este año resolvería el asunto, aunque los investigadores no habían certificado las pruebas aún.
“Pero las dificultades también surgieron de la disfunción al interior del gobierno, donde los funcionarios que investigaban el caso retuvieron información clave unos de otros, perjudicando su propio caso”.
Encinas reconoció sobre las 467 capturas: “Hay unos que hemos desechado”, dijo. “No tienen elementos suficientes para acreditarse”, y admitió que la fuente que brindó los mensajes podría haberlos fabricado. “Todo es posible”, dijo. “El 100 por ciento seguro en esto no existe”.
Una fuente le entregó 467 capturas de pantalla de conversiones entre militares y criminales por el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las mismas que aparecen en el informe filtrado sin censura y se espera que en unos días investigadores internacionales ajenos al gobierno den a conocer el análisis de este contenido.
En el la entrevisa, Encinas da a conocer que en febrero viajó a Israel, y que durante tres horas platicó con Tomás Zerón de Lucio a quien ofreció “apoyo del presidente” López Obrador, a cambio de información del paradero de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala.  Sin embargo no consiguió nada.
El aumento de la presión con la protesta social y de las madres y padres de los estudiantes se apoderó de la Fiscalía, y para agosto según el reportaje, en un sentido de urgencia el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, presionó a su principal fiscal para que preparara una orden de aprehensión contra el ex procurador Jesús Murillo Karam, “quien se convirtió en el rostro de la investigación simulada del gobierno anterior, según varias personas con conocimiento del asunto que hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias”, dice el texto.
En el mismo reportaje se señala que el ex fiscal Gómez Trejo, rogó que le dieran más tiempo para reunir pruebas adicionales contra Murillo Karam, pero se le negó, y después se hicieron cargo fiscales con poca experiencia en el caso y el ex procurador general fue encarcelado.
Se giraron 21 órdenes de aprehensión contra militares y funcionarios, que fueron canceladas, pero cuatro oficiales del Ejército, entres ellos un general, siguen detenidos.
El reportaje indica que los investigadores internacionales publicarán su propio análisis de los mensajes a finales de octubre.
Encinas aseguró que, incluso si los mensajes resultan falsos, aún tiene confianza en su investigación, que, dijo, estaba respaldada por otras pruebas y “tiene mucha solidez y se va consolidando”. “En todas las investigaciones”,“hay aciertos y errores”, dijo a The New York Times.