Dañan las lluvias 32 casas y derriban 10 árboles en San Luis Acatlán; prevén que continuarán

Las lluvias fuertes acompañadas por intensos vientos y granizo la tarde de ayer en el municipio de San Luis Acatlán, dejaron 32 casas afectadas y varios árboles caídos.
Fuentes de la Secretaría de Protección Civil estatal informaron que, en la cabecera municipal de San Luis Acatlán, a dos viviendas se les desprendió el techo de lámina de asbesto y otras 30 tuvieron daños parciales en techos de lámina de cartón.
El reporte indica que cayeron 10 árboles, de los cuales ocho fueron en la cabecera municipal y dos en la carretera estatal Tlapa-Marquelia.
Socorristas de Protección Civil estatal acudieron a San Luis Acatlán para retirar los daños y atender a los afectados, quienes se refugiaron con sus familiares.
Por otro lado, un árbol caído afectó la malla ciclónica de la Unidad Deportiva, ayer al medio día en Zumpango, cabecera municipal de Eduardo Neri.
También se registraron lluvias de moderadas a fuertes en Igualapa, Ometepec y Xochistlauaca; en Chilpancingo hubo una llovizna y el día estuvo nublado.
En un boletín de prensa, Protección Civil estatal recomienda a la población mantener medidas de prevención, ya que se prevén lluvias fuertes para los próximos días en el estado, debido a la entrada de aire marítimo tropical procedente del océano Pacífico en interacción con otros sistemas meteorológicos.

No informan en Taxco a vecinos evacuados de la colonia Martelas sobre dictámenes de daños


En la colonia Martelas, al norte de Taxco, las casas dañadas por el sismo del 19 de septiembre fueron censadas por el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), y de acuerdo con la Secretaría de Protección Civil estatal, 19 viviendas tienen daños mayores, y de éstas, tres se demolieron, en una zona que en gran parte fue evacuada debido “al alto riesgo”, y de la que varias familias permanecen en un albergue cercano.
El comisario del lugar, César Manuel Ruiz Romero expresó que, hasta ahora el Ayuntamiento de Taxco no les ha informado a los habitantes de los resultados de los dictámenes, tanto en la franja de mayor riesgo como otros sitios que detectó Protección Civil estatal, y en las laderas en las que comenzó a trabajar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para retirar las formaciones rocosas que presentan peligro.
En un recorrido, se pudieron observar las actividades de cuadrillas de trabajadores que muestran la magnitud del “movimiento de tierra” al que se refirió el pasado domingo el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, cuando expresó que “el asunto no es sencillo” y “la información que tenemos no es halagadora”, durante la entrega de paquetes de apoyo a damnificados de Taxco.
La colonia parece perdida, ya que sus actividades cotidianas están paralizadas, igual que la circulación vial y el transporte, con una carretera federal cerrada debido a las grietas, y los derrumbes y deslizamientos de tierra que se han registrado.
Ruiz Romero dijo que los especialistas que monitorean diariamente el movimiento de la tierra les informaron que empezaron a trabajar el domingo y ayer continuaron, y que en uno de los tramos utilizaron dinamita para debilitar una parte rocosa.
Reconoció que ante la dimensión del problema, vecinos de comunidades cercanas “no puede pasar a la brava, no es así, porque está de por medio la vida de todos”, pero no cuentan con transporte, y sólo pueden cruzar a pie.
“Estamos prácticamente aislados”, contó, y agregó que sí hay combis a la hora de la entrada y salida de la escuela hacia la ciudad y de regreso, pero durante el día el servicio se suspende, y eso ha derivado en otro conflicto, originado en pugnas entre transportistas suburbanos y urbanos; los primeros no les permiten a éstos proporcionar el servicio de transporte, y los otros no los prestan “porque hay pleitos”.
En ese tramo, donde fallecieron cuatro pasajeros de una Urvan de la ruta Taxco-Teacalco a la que le cayó una roca que se desprendió del cerro, a lo largo de varios metros de los carriles del lado del cerro se observan cientos de costales con tierra como contención, y de ambos lados árboles tirados, varios postes de energía eléctrica en reposición y otros de teléfonos que derribó el sismo.
En esa misma ruta cerraron una tortillería, una tienda de uniformes, una mueblería, una casa de materiales para construcción, una miscelánea, una carpintería y un taller mecánico, donde vecinos del lugar se mueven a pie y, en pocos casos, en el transporte público. Ahí, se observa el trajinar de trabajadores de la SCT y de la Comisión Federal de Electricidad.
Los afectados, unos en el albergue, otros en sus actividades y trabajos, están a la espera del dictamen para saber hacia dónde dirigir sus destinos después de la crisis y la inminente pérdida de su patrimonio en una zona calificada de “alto riesgo”.