Los Ardillos sí cometen crímenes contra la población fuera de sus lugares de influencia, dice el FUSDEG

Tercera parte

El asesinato de seis jóvenes de la comunidad de Chacotla puso nuevamente en el interés público el problema del control de Los Ardillos de un territorio aledaño a la capital del estado.
La noche del 30 de enero entró a esa comunidad del municipio de Mochitlán un comando de unos 40 sicarios vestidos de negro, relataron testigos, y se llevó a seis hombres y a dos mujeres, y un día después, el 1 de febrero, fueron ejecutados los seis hombres, dos de ellos menores de edad, y a las mujeres las dejaron libres.
Al día siguiente, antes de la aparición de los cuerpos, los vecinos dijeron a los reporteros que desde que entró el grupo armado varios de ellos pidieron ayuda al 911, a la Policía Estatal, a la Municipal y al Ejército, pero ninguna corporación fue al pueblo, que queda a sólo 40 minutos del centro de Chilpancingo, y los sicarios estuvieron actuando libremente durante cinco horas, y se metieron a las casas, se llevaron a las dos mujeres y cinco hombres más otro de la vecina comunidad de Mazatlán, golpearon y maltrataron a los habitantes y robaron dinero y cosas de valor.
Los vecinos identificaban a los agresores, hablaron de policías ciudadanos de la UPOEG, de supuestos comunitarios de Petaquillas en coordinación con los de Palo Blanco y Mazatlán, y un testigo precisó que “son acciones de narcocomunitarios que pertenecen a los grupos criminales Los Ardillos y al Cártel del Sur”.
Se publicó en El Sur que por Whatsapp familiares y amigos de las víctimas informaron que recibían amenazas por teléfono, y dijeron: “Nos hablan de un tal Celso Ortega (presunto jefe de Los Ardillos), de un tal Isaac Navarrete (presunto jefe del Cártel del Sur), y nos están amenazando que van a entrar a matarnos con la comunitaria del señor Bruno (Plácido, el dirigente de la UPOEG)”.
El día del funeral, ante reporteros, los familiares señalaron que los que irrumpieron la noche del 30 de enero y se llevaron a los ocho, son policías comunitarios de la UPOEG revueltos con delincuentes, y dijeron que los sicarios gritaron que iban por El Tigre, Gabriel González Cabrera, padre de dos de los jóvenes ejecutados, Gabriel de 21 años e Ismael de 16.
Los vecinos no hablaban del móvil de las ejecuciones.

Era un secuestro
colectivo: FUSDEG

De los hechos de Chacotla, da su versión el coordinador del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), Salvador Alanís. Aunque esta organización ha sido desplazada de las funciones de seguridad en los pueblos entre Acapulco y Chilpancingo, y sólo queda en Tierra Colorada, mantiene contactos y obtiene información directa de pobladores.
–¿Cuál fue el móvil de lo que pasó en Chacotla?
–Lo de Chacotla. Hay un líder ahí que se encargaba de atender esa zona cuando estaba el cártel anterior (Los Rojos), ese líder ahorita está preso, El Tigre, es el papá de dos jóvenes que mataron.
“El Tigre controlaba todos esos pueblitos incluso cuando nosotros metimos la Policía Comunitaria a Mazatlán, fuimos colonia por colonia de Mazatlán, y nos brincamos a El Salado y a Chacotla, pero la gente de ahí nunca quiso hacerse del FUSDEG. Sin embargo nosotros los cuidábamos porque al cuidar Mazatlán los cuidábamos a ellos, La gente se portó muy bien en el tiempo que estuvimos nosotros, que fueron casi cuatro años, nunca hubo un muerto, nunca hubo un secuestro, y con El Tigre nunca tuvimos problemas, desde que yo entre ahí él ya estaba en la cárcel. Fue un pretexto de la gente que entró ahora (el 30 de enero) que porque buscan al Tigre si todos saben que está en la cárcel.
–¿Y por qué la matanza?
–Era un secuestro, estaban pidiendo 10 millones de pesos, pero Los Ardillos se molestaron mucho porque la gente fue a denunciar, inmediatamente que los levantan la gente se fue al Ministerio Público a denunciar y esa fue la molestia de Los Ardillos, por eso mataron a los muchachos.
–¿Pero hay gente en Chacotla que tenga dinero para pagar 10 millones de pesos?
–No pero como eran ocho…, era un secuestro global. Al muchacho de 14 años que mataron, no le quitaron su celular, y ese niño estaba mandando toda la información por mensajes, entonces estaban pidiendo 10 millones, de ahí dice el niño que le hablaron a Celso y Celso habló con Bruno, y que platicaron y con Isaac Navarrete, y le bajaron a 2 millones para dejarlos ir, porque ya todo mundo sabía de ese levantón y al final supieron que habían ido a denunciar al Ministerio Público antisecuestros y fue por eso que mataron a los muchachos.
–Después de esos hechos, ¿hay peligro para la población de Petaquillas por la presencia de Los Ardillos?
–Hemos venido observando que en territorio donde están Los Ardillos no se meten con la gente común, pero sí hacen matazones afuera, en pueblos donde no están ellos. Lo de Chacotla lo hicieron Los Ardillos con la UPOEG, unidos todos. Entonces en Quechultenango (lugar de origen de Los Ardillos) no ves ni un muerto, en Mochitlán la gente vive tranquila dentro de lo que cabe, pero vienen de Quechultenango o de Mochitlán a matar a los de Chacotla.
–Dicen que Los Ardillos no extorsionan ni secuestran.
–Los Ardillos sí secuestran pero fuera de su territorio. Por ejemplo toda la violencia de Tixtla, ahorita se retiraron tantito de Tixtla, ahora están haciendo males de este lado de Petaquillas. Allá Zenén Nava (el jefe del grupo de la delincuencia organizada Los Rojos) ya tenía 12 años controlando Chilapa, y estaba tranquilo, pero una vez que entran Los Ardillos se empieza a ver matazón y matazón.
“Yo considero que Los Ardillos es uno de los grupos más violentos de Guerrero, para mí, por el conocimiento que yo tengo. Los Ardillos tienen mucho dinero y mucha violencia. Fueron los que desaparecieron a los de Chilapa. Son los que operan a la comunitaria de Paz y Justicia; esa comunitaria son Ardillos”.
–Y otra característica es que se mueven con la población de las comunidades, pareciera que buscan tener base social, no son sólo los armados.
–La característica “buena” (dice Alanís con ironía) de Los Ardillos es que mientras los del Cártel del Sur les pagan a 14 mil la goma a los campesinos, Los Ardillos se la pagan a 22 mil, entonces lógicamente tienen base social, porque Los Ardillos cuidan, la gente siembra y les pagan bien su producto, ¿cómo no van a estar protegiendo a Los Ardillos?, por eso la gente está con ellos.
“Si alguien trabaja en la oficina a lo mejor tiene miedo y no se mete, pero si trabaja en el campo sembrando eso (amapola), los va a apoyar; los productores los apoyan a ellos”.

Se oponen en el área de influencia de Los Ardillos a que entre el Ejército y las policías

Nuevamente el caso de Los Ardillos fue de interés en los medios, el 7 de febrero, cuando policías rurales de Petaquillas, vecinos y transportistas de la ruta a Quechultenango bloquearon la carretera federal a Acapulco más de seis horas, para exigir que se retirara un campamento militar ubicado frente a la entrada a Petaquillas, que se instaló como parte de las operaciones para buscar a los responsables de los asesinatos de Chacotla.
Al día siguiente, el gobernador Héctor Astudillo Flores, en declaraciones a reporteros en Acapulco, calificó el origen del bloqueo como “misterioso”. Esto quiere decir que atrás de esa acción había algo oculto, oscuro.
“Reprobamos las acciones del día de ayer donde un grupo de personas llamándose policías comunitarios, transportistas y algún otro grupo de personas, bloquean la carretera para pedir que de una zona, donde recientemente asesinaron a un grupo de personas humildes, salgan la policía y el Ejército. Nos parece que son acciones muy, muy lamentables y que tienen origen, así lo digo de claro, un origen mucho, muy misterioso”, dijo Astudillo Flores.
“No podemos permitir que este tipo de grupos que se escudan en policías comunitarios traten de limitar una acción de justicia reclamada por todos los pueblos”, subrayó el gobernador.
Los reporteros le preguntaron el significado del calificativo “misterioso” que usó para referirse al origen del bloqueo a la carretera, que fue total, de las 2 de la tarde a las 8 de la noche, pero ya no respondió.
Después, el 19 de febrero, cuando asistió a la ceremonia por el Día del Ejército en la Zona Militar de Chilpancingo, el gobernador dijo a pregunta de reporteros: “Hacen muy mal quienes piden que el Ejército no ayude. Hay que comprender de dónde vienen esas peticiones, que son muy raras, muy misteriosas, principalmente en territorios donde se dan hechos que en ocasiones cubren de luto y de sangre a muchas familias y yo creo que es un asunto que hay que ubicarlo en su exacta dimensión”.
Un reportero le preguntó quiénes están detrás de esas peticiones, y sólo dijo “hay que analizarlas”.
Probablemente el gobernador hablaba de Los Ardillos, de los asesinatos de Chacotla y del bloqueo en Petaquillas para pedir la salida del Ejército.
En la misma reunión en Acapulco, el comandante de la Novena Región Militar, general Germán Javier Jiménez, declaró a reporteros que los militares seguirían en el campamento frente Petaquillas, pero éstos se retiraron la madrugada de ese día, como lo pidió el movimiento que bloqueó la ca-rretera.
El 7 de febrero, cuando el bloqueo llevaba casi seis horas, acu-dieron a dialogar con los manifestantes para buscar que se liberara la carretera, el delegado de la Secre-taría de Gobernación, Ramiro Ávila Morales, y el subsecretario de Asuntos Políticos del gobierno estatal, José Maldonado. En el diá-logo nocturno, Ávila dijo que fuerzas federales y militares llegaron a Petaquillas por protocolos de seguridad tras los hechos de violencia que han ocurrido en la región, en referencia a los de Chacotla.  Por su parte, los que hablaron por parte de los manifestantes defendieron en todo momento a la Policía Rural.
El comisario de Petaquillas, Mario Flores Castrejón, declaró a los reporteros que los militares “anoche anduvieron intimidando a la gente, pero los afectados fueron los policías”. Por su parte, un policía rural dijo que los militares entraron a Petaquillas intimidando a los vecinos para sacarles información sobre los hechos de Chacotla, y en algunos casos los encañonaban.
Al día siguiente del bloqueo, los enviados gubernamentales firmaron el acuerdo con los manifestantes, en el que acceden a sus peticiones. Quedó escrito que la seguridad en Petaquillas estará a cargo de la Policía Rural, y que en operaciones conjuntas con ésta podrán entrar el Ejército y policías federales y estatales.

La huella en Chilapa

En una región contigua, en los municipios de Chilapa, Zitlala y Tixtla, la disputa entre los cárteles de la droga Los Rojos y Los Ardillos dejó 81 personas desaparecidas entre 2014 y 2016 y 120 asesinadas, informó el Centro de Derechos Humanos José María Morelos, que tiene su sede en Chilapa.
En estos últimos tres años, Los Rojos y Los Ardillos, en su disputa por el territorio, han cometido crímenes de extrema crueldad, y decapitado, desmembrado y descuartizado cuerpos que son arrojados a lugares públicos, a veces quemados.
También han ocurrido secues-tros y desapariciones colectivas y masivas, y decenas de cuerpos han sido enterrados en fosas clandestinas que después son localizadas por familiares o por autoridades.
Dentro de esta disputa, según registros periodísticos, la acción más conocida fue la irrupción de hombres armados del cártel de Los Ardillos, acompañados de comisa-rios y campesinos de diversos pue-blos, a la cabecera municipal de Chilapa, y la mantuvieron ocupada del 9 al 13 de mayo de 2015, para exigir la detención del jefe de Los Rojos, Zenén Nava, y durante esos cinco días levantaron y desaparecieron a 16 vecinos, ha dado a conocer el Colectivo Siempre Vivos, de familiares de desaparecidos.
Durante esa incursión de Los Ardillos a Chilapa estuvieron presentes efectivos del Ejército y de la Policía Federal, que no hicieron algo para impedir que se llevaran a los 16 desde entonces desaparecidos, y compartieron las calles de la ciudad, en aparente acompañamiento, como lo muestran las fotografias publicadas en El Sur.

Se reúne la UPOEG en Las Peñas, Copala; se coordinará con el gobierno “sin ser paleros”

El coordinador de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio informó que habrá una reunión regional en la zona Centro para hablar de la irrupción de sicarios en Chacotla, Mochitlán, donde cinco vecinos fueron ejecutados y testigos señalan a policías ciudadanos de la agresión.
Dijo que el miércoles se reunirán con el presidente municipal de Chilpancingo, el priista Marco Antonio Leyva Mena, para hablar de asuntos de coordinación.
En la reunión privada en la comunidad de Las Peñas del municipio de Copala no se permitió la presencia del reportero, “por cuestiones de evitar filtrar información estratégica de las acciones de seguridad”, manifestó Plácido Valerio tras una breve consulta a los más de 200 asistentes en el astillero.
Consultado después vía telefónica indicó que la reunión se enfocó en la estructura de la UPOEG. Además de recordarle a los integrantes de la organización de los márgenes de acción de cada comisario, “para que se conduzcan con la asamblea comunitaria, o sea que ningún comisario pueda tomar decisiones si no convoca a asamblea”.
En la reunión de 5 horas se acordó el funcionamiento de un Consejo de la UPOEG y la coordinación con las autoridades, “sin que caigamos en ser paleros o chalanes del gobierno. Mantenernos en el diálogo con todos los sectores y buscar nuevos mecanismos en todos los municipios que están en este proyecto”.
Al encuentro que se trasladó minutos después a la cancha techada del municipio asistieron representantes de la UPOEG de Tierra Colorada, Copala, Marquelia, Cruz Grande, San Marcos, Ayutla, Tecoanapa y una comisión de la Policía Ciudadana del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC) de Barra Vieja, del municipio de Acapulco.
De la supuesta participación de la Policía Ciudadana de la UPOEG en Chacotla, reiteró que no fueron y que en la reunión de ayer se abordó ese tema, pero se profundizará en una reunión regional “el asunto de la seguridad, se planteó la renovación de estrategias de seguridad y acordamos que nos vamos a ir reuniendo para revisar todos los detalles de lo que está pasando en Xaltianguis, lo que está pasando en el valle de Chilpancingo, entre ellos incluido el asunto de Chacotla que nada tiene que ver con nosotros”.
Anunció que el miércoles se reunirán con el presidente municipal de Chilpancingo “y ahí vamos a tratar el tema de Chacotla”.
Afirmó que la Policía Ciudadana no ha entrado a la comunidad de Chacotla en el municipio de Mochitlán, pero sí tienen presencia en municipios cercanos a Mochitlán.
De la Policía Ciudadana de Lomas de Chapultepec, Acapulco, están por entrar en una tercera etapa que calificó como de “reordenamiento” en la zona”, adelantó que están en la búsqueda de mecanismos para evitar una confrontación con la delincuencia.

Viven con miedo vecinos de Chacotla, Mochitlán, a pesar del resguardo policiaco

En medio de una aparente calma viven los habitantes de Chacotla del municipio de Mochitlán luego de que desde el sábado llegaron agentes de la Policía Federal (PF) y estatal para resguardar el pueblo luego de que siete personas –dos mujeres y cinco hombres– fueron levantadas la noche del lunes de la semana pasada, los cinco hombres fueron asesinados la mañana del miércoles, las mujeres fueron liberadas. El mismo día fue levantado y asesinado un joven de Mazatán, con los otros cinco.
Consultados por teléfono este domingo, habitantes de la comunidad informaron que el sábado llegaron policías federales y estatales quienes resguardan la comunidad, aunque no precisaron cuántos agentes llegaron de cada corporación pues desde la irrupción de los hombres armados los pobladores casi no salen de sus casas.
Un poblador contó que mientras los integrantes del grupo armado que masacraron a sus vecinos no sean detenidos no podrán estar seguros a pesar de la presencia de las corporaciones policiacas.
Sabemos porque nos dicen por teléfono y en las redes sociales que por allí andan en la carretera, por Palo Blanco, por Mazatlán, y los policías no van a estar aquí permanentemente, seguro cuando se vayan van a querer regresar, “lo nuestro ya no va a ser vida aquí”, dijo.
Reconoció que las amenazas directas han cesado, pero que la confusión se da en las redes sociales, “nos dicen que ya vienen, que ya están en el pueblo, que se escuchan balaceras en la entrada (de la población), que vienen por fulano o zutano y la verdad ya queremos que acabe todo esto”.
Dijo que en estas circunstancias la mayoría de los vecinos se sienten presos dentro de su mismo pueblo, e insistió que aún con la presencia policiaca no estarán seguros mientras no se detenga a los responsables de la masacre ocurrida la mañana del miércoles pasado.
En cambio, familiares de las víctimas evitaron contestar preguntas, “ya no queremos saber nada, no sirve de nada lo que decimos, por el contrario, nos ponemos y nos ponen (los medios de comunicación) en un mayor riesgo”, dijo un familiar de las víctimas y colgó.
El vecino que si aceptó platicar antes contó que los familiares de los jóvenes que fueron asesinados el miércoles sólo esperan que se termine el novenario de rezos para abandonar la comunidad, aunque dijo que no ha sido atendida su petición para el resguardo policiaco durante su salida del pueblo.
Narró que mientras tanto la calma que viven los habitantes es aparente, “porque por dentro tenemos miedo, no nos sentimos seguros”, lamentó.

Regresaron los sicarios a Chacotla, Mochitlán; vecinos piden ayuda para huir de la comunidad

En medio del temor que sufren debido a las amenazas que siguen de sicarios que la noche del lunes irrumpieron y se llevaron a siete personas (cinco hombres y dos mujeres, los primeros asesinados la mañana del miércoles), vecinos de Chacotla, municipio de Mochitlán, denunciaron que la noche del jueves los agresores regresaron y se llevaron a Esteban y Enedino Chino, padre y hermano de Álvaro, uno de los cinco asesinados.
Después de las 3 de la tarde de ayer familiares de Esteban y Enedino informaron que regresaron a la comunidad, pero no quisieron precisar si efectivamente fueron levantados o huyeron al notar la presencia de los delincuentes.
Ante el temor por el riesgo en el que se encuentran, familiares de las dos mujeres que fueron levantadas y liberadas minutos antes de que fueran asesinados los cinco jóvenes la mañana del miércoles, demandaron mediante los medios de comunicación la presencia de policías y del Ejército para que puedan abandonar la comunidad.
Las víctimas que fueron levantadas la noche del lunes y asesinadas la mañana del miércoles son los hermanos Gabriel e Ismael González Cabrera, Isaías y Juan Cabrera Peña (también hermanos) y Álvaro Chino Romero.
Vía telefónica los pobladores informaron que al mediodía del viernes la mayoría de los habitantes se mantenía encerrado en sus casas, luego de que la noche del jueves volvieron algunos de los hombres armados que irrumpieron el lunes y esta vez volvieron a entrar a algunas casas que nuevamente saquearon.
La mañana de este viernes los pobladores notaron la ausencia de Esteban Chino y de su hijo Enedino, el primero padre y el segundo hermano de Álvaro, uno de los jóvenes que fue asesinado el miércoles.
Denunciaron que levantados por los hombres armados pero después de las 3 de la tarde los familiares de los desaparecidos informaron que habían regresado y declararon que no se sabía si se los habían llevado o se escondieron en los cerros.
Mientras el terror se apodera de los habitantes de Chacotla, ayer no había llegado ninguna corporación policiaca ni el Ejército, que están pidiendo desde la noche del lunes cuando se llevaron a los cinco jóvenes y a las dos mujeres. Así como a otro más que pasaron a levantar a Mazatlán.
Uno de los vecinos mencionó que agentes de la Policía Estatal estuvieron en cinco patrullas algunas horas la tarde del miércoles después de que llegaron los cinco cuerpos, pero algunos se retiraron esa misma noche y el resto la mañana del jueves.
Los cinco cadáveres fueron sepultados sin presencia policiaca en el transcurso del jueves, a pesar de que los familiares denunciaron que seguían recibiendo amenazas vía teléfono celular.
La noche del jueves llegaron al pueblo unas ocho patrullas de la Policía Federal pero apenas estuvieron unas 3 horas y se retiraron. Después de su salida volvieron los sicarios y se metieron a algunas casas.
Algunos vecinos, sobre todo los familiares de las víctimas demandaron que los gobiernos federal y estatal les envíen policías y militares para que puedan abandonar su pueblo sin riesgo porque temen que regrese el grupo de sicarios a atacarlos.
Por su parte el dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio volvió a rechazar que hayan participado policías ciudadanos del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana de la UPOEG, como insistieron los familiares de las víctimas en los funerales.
Informó que ha tenido reuniones con los comandantes de la Policía Ciudadana y que le han asegurado que ninguno de sus elementos participó.
Ante la insistencia de los familiares de los jóvenes levantados la noche del lunes y que fueron encontrados ejecutados la mañana del miércoles, pidió que presenten la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE), “porque nosotros no vamos a solapar ni a tolerar a nadie, no es nuestro papel levantar ni asesinar gente, nuestro objetivo es brindarles seguridad”.

Hallan ejecutados a seis de los vecinos levantados en Chacotla; las dos mujeres fueron liberadas

Seis de los ocho vecinos que hombres armados levantaron la noche del lunes en Chacotla, Mochitlán, fueron hallados ejecutados la mañana de ayer en una carretera ubicada en los límites de Mazatlán, Chilpancingo, y Mochitlán.
Vecinos de la comunidad de Chacotla señalaron que antes de que asesinaran a los seis vecinos de esa localidad y Mazatlán, llegaron en la madrugada las dos mujeres levantadas caminando a su casa, y dijeron que sus compañeros aún estaban vivos cuando a ellas las liberaron.
En conferencia de prensa en Casa Guerrero, el vocero de Seguridad, Roberto Álvarez Heredia, y el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Xavier Olea Peláez, confirmaron la ejecución de seis de los ocho vecinos y la liberación de las dos mujeres.
Olea Peláez dijo que la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), no permitía el acceso a la escena del crimen, por lo que hasta las 11:40 de la mañana los seis cuerpos permanecían en la carretera federal Mazatlán-El Salado, cerca del kilómetro 31.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal informaron que a las 6:19 de la mañana, recibieron un reporte al número de emergencia 911 del hallazgo de seis hombres asesinados en el camino Mazatlán-El Salado-Lagunillas, que conduce a dos poblados de Mochitlán. Las víctimas fueron encontradas a 3 kilómetros de Mazatlán.
Al lugar llegaron llorando familiares de las víctimas e intentaron entrar a la zona acordonada, para reconocerlos, sin embargo los peritos de la Fiscalía les impidieron pasar.
Los cuerpos de los cinco vecinos de Chacotla y uno de Mazatlán, entre ellos un menor de 14 años, fueron encontrados tendidos boca abajo en la carretera, tenían dos disparos en la cabeza y sólo uno llevaba zapatos. En el sitio se hallaron 12 casquillos percutidos.
Según un reporte policiaco, las víctimas son un joven que viste playera negra y pantalón de mezclilla, otro llevaba pantalón de mezclilla y suéter azul, un joven con pantalón amarillo, suéter negro, bóxer verde y playera rosa; otro joven vestía una bermuda café y tenis blancos con negro, llevaba desnudo el torso. Uno más sin playera y con pantalón de mezclilla y el sexto vestía pantalón de mezclilla y camisa café con rayas.
Al término de las diligencias de los peritos de la FGE, los familiares se llevaron los cuerpos en una camioneta a su lugar de origen para sepultarlos. La zona fue acordonada por militares, policías ministeriales y policías estatales.
Como se publicó en la edición de ayer de El Sur, un comando armado de 30 hombres irrumpió disparando la madrugada del martes a la comunidad de Chacotla, municipio de Mochitlán, se llevó a ocho vecinos de la localidad y saqueó viviendas.
Los delincuentes entraron a la comunidad, que está a 40 minutos de recorrido desde la ciudad de Chilpancingo, disparando y amedrentando a la gente que salió a esa hora de sus casas.
Ese día, entre lágrimas y llantos un familiar de unos de los levantados lamentó, “cómo le vamos a hacer, se llevaron dinero, se llevaron su arma de mi nieto que dejó guardado aquí, su cinturón bueno, mi nieto se estaba levantando cuando se lo llevaron”.
Otra vecina de la comunidad, quien se reservó su nombre, señaló que los civiles armados irrumpieron en su casa, le robaron dinero, oro, un teléfono celular, “se llevaron las sandalias nuevas que me había comprado, se llevaron tres hermanos, entre ellos un menor de 14 años y su mamá”.
Otro testigo detalló que el comando llegó en cuatro camionetas nuevas marca Chevrolet y Nissan, “llegaron y rafaguearon las viviendas”.
Vecinos envían mensajes en WhatsApp para denunciar amenazas de muerte; piden al Ejército

Vecinos de la comunidad de Chacotla hicieron circular mensajes en grupos de WhatsApp en los que se lee, “Queremos reportar que a los ciudadanos de Chacotla nos están amenazando por teléfono porque los que mataron llevaban números de amigos y familiares, y a todos nos están llamando y nos dicen que nos va cargar la verga si denunciamos lo que pasó en nuestro pueblo”.
Después sigue, “Nos hablan de un tal Celso Ortega y un tal Isaac Navarrete y nos están amenazando que van a entrar a matarnos con la comunitaria del señor Bruno. Pedimos al gobierno que nos ayude y nos mande el Ejército, porque tenemos mucho miedo, nos quieren matar por sólo ser amigos y familiares de los muchachos que mataron hoy en la mañana”.
“Le pedimos al gobernador Héctor Astudillo Flores que no nos deje solos con estos asesinos. Ayuda por favor”, concluye el mensaje.
Durante la conferencia, el vocero en materia de Seguridad, Álvarez Heredia justificó la falta de atención diciendo que hubo llamadas al 911 para “desviar la atención de los hechos ocurridos”. La Policía Estatal tardó en llegar a la comunidad 15 horas, después de que fueron levantados los vecinos.
En su descripción, el vocero no especifica la hora a la que llegaron los policías municipales enviados a resguardar la zona, y aseguró que se actuó de manera pronta.
“A la media noche del 30 de enero un grupo armado irrumpió a bordo de cuatro vehículos en la comunidad de Chacotla, derivado de este incidente hubo varios reportes al 911, específicamente de dos primeros que alertaban de un posible enfrentamiento armado en el pueblo de El Naranjo”, agregó.
Explicó que tras las primeras llamadas se decidió enviar a un grupo de cinco policías preventivos del municipio de Mochitlán para confirmar los hechos, pero estos no reportaron nada.
Después, sin especificar la hora, se decidió enviar a 30 policías estatales, tras obtener información sobre los hechos ocurridos en Chacotla, por lo que se inició un operativo de búsqueda.
“Inmediatamente la Policía Estatal desplegó un operativo para localizar a estas ocho personas y rescatarlos con vida; quiero señalar con responsabilidad, desde el primer instante el gobierno del estado recibió los reportes y hubo una respuesta inmediata; sin embargo, hay que reconocer que hubo intentos de desviar la atención, tal vez se actuó en algunos caso con dolo o en otros caso por un asunto que tiene que ver con el miedo, finalmente el día de hoy se localizaron seis personas de masculinos privados de la vida”, señaló.

La UPOEG no tiene nada que ver con el comando armado, responde el fiscal

Por su parte, el fiscal Olea Peláez dijo que iniciaron las investigaciones, pero puntualizó que tenían problemas para ingresar a la escena del crimen debido a que la Policía Comunitaria de la UPOEG, no les permitía levantar los cuerpos para trasladarlos al Servicio Médico Forense (Semefo).
“Tenemos problemas para acercarnos, la Policía Ministerial está pretendiendo entrar a estos poblados, para el efecto de seguir con las investigaciones”, agregó.
Dijo que a pesar de esto las investigaciones están avanzadas, pero no dio detalle, debido al “sigilo” de la averiguación.
También se le preguntó si los ejecutados tenían relación con la Policía Comunitaria de la UPOEG, a lo que respondió tajantemente que no. Ninguno de los dos funcionarios detalló el motivo de los hechos, ni dio nombres de presuntos responsables.