Muestra un documental en EU las muertes por el narco en Guerrero y por el consumo de drogas allá

Muestra un documental en EU la violencia por el narco acá y por el consumo de drogas allá

Matthew Heineman, el director de Tierra de Cárteles sobre las autodefensas de Michoacán, filma en la sierra de Guerrero y produce The Trade, una miniserie que se difunde en el canal de paga Showtime

Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo, Guerrero

Guerrero es protagonista de un documental producido en Estados Unidos, que muestra la situación de violencia, desapariciones e impunidad que se vive en el estado, y la confronta con el cúmulo de muertes que produce allá el consumo de drogas que se producen en México.
Matthew Heineman, director de Tierra de Cárteles, documental nominado al Oscar en la edición de 2016 y que trata sobre las autodefensas de Michoacán, se adentró en la sierra de Guerrero para producir The Trade, una miniserie que sigue el trasiego de los opioides desde el sur hasta llegar al país del norte donde el abuso de drogas causó 64 mil muertos por sobredosis solamente el año pasado, según cifras de los Centros para el Control de Enfermedades.
La crisis sanitaria que llevó al controvertido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a anunciar este lunes que promoverá la aplicación de la pena de muerte para los narcotraficantes que distribuyen el fentanilo, ese opiáceo sintético que aumenta el poder narcotizante de la heroína.
El cineasta siguió de cerca la vida de un grupo de narcotraficantes y sicarios de la sierra del estado, que desde hace varios meses se encuentran en guerra por el control del territorio que ha dejado cientos de muertos.
Isaac Navarrete Celis, El Señor de la I, es uno de los protagonistas del documental que fue presentado en enero en el prestigiado festival de cine independiente de Sundance en Estados Unidos y se transmite desde febrero por el canal de paga Showtime.
Navarrete aparece con el seudónimo de Don Miguel, un capo que se encarga de la producción de la goma de opio y heroína, y que es grabado en distintos momentos de su vida diaria en alguna parte de la sierra.
Isaac Navarrete, de estatura media y tez morena, constantemente sale resguardado por un grupo fuertemente armado que sigue sus pasos a donde quiera que vaya, no negando que se encuentra en guerra contra el grupo de Los Rojos.
En una de las escenas, llega al poblado de San Vicente, en la sierra de Chilpancingo donde lo esperan decenas de niños en la cancha del pueblo y gente que lo recibe con cadenas de papel china y él, como si fuera un candidato en campaña, toma el micrófono para dar un mensaje en la víspera del Día de Reyes del año pasado.
“Yo cuando era niño escuchaba de Santa Clos, entonces yo me acuerdo que yo estaba esperando que llegaran los Reyes Magos o Santa Clos, pero no me llegaban, no me llegaban y dije es mentira”, les dice a los niños de la comunidad, mientras un grupo de sicarios baja de camionetas juguetes y bicicletas que entregan a los pequeños.
En otra escena, el capo guerrerense es grabado en lo que aparentemente es su vivienda, aunque no se dice el lugar donde se encuentra. A lo largo del documental se le ve en fiestas y reuniones privadas. Dando órdenes a sus pistoleros y dirigiendo sus entrenamientos en las montañas de la sierra.
En una de las reuniones platica con el líder transportista Servando Guzmán Salgado, donde éste le pide un convenio para que “ya no sigan matando” choferes del servicio público en Chilpancingo. En la imagen Guzmán Salgado sale de espaldas, portando un reloj dorado y unos mocasines cafés, dialogando sobre la violencia en la capital.
“Eso dice uno cuando no lo tocan, es algo que queremos evitar, no es agradable hacer trabajos sucios, pero cuando le tocan a la familia es algo feo”, contesta Isaac Navarrete cuando Servando le dijo que su forma de pensar era muertos no. “Soy una persona de Dios”, expresó el precandidato a la alcaldía de Chilpancingo por el Partido de Trabajo, que va en coalición con Morena y el Partido Encuentro Social en apoyo a Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República.
El Señor de la I se presenta como un pacificador, aunque no niega su conflicto con el grupo delictivo Los Rojos por el control del territorio de la zona Centro del estado.
“Yo nunca creí ser un líder, yo he defendido a mi familia, yo defendí a mi pueblo de Los Rojos y por esas accioncitas así va ganándose a la gente pues”, exclama.
La serie consta de cinco capítulos de 50 minutos cada uno y es transmitida en el canal de paga Showtime en Estados Unidos. Los principales protagonistas son Guerrero, donde en promedio hay seis personas ejecutadas al día, y el estado de Ohio en el país vecino, donde llegan a los hospitales en un día ocho personas con sobredosis de opioides.
Matthew Heineman también retrata la epidemia de sobredosis con opiáceos que afecta a miles de jóvenes en Estados Unidos, que desde el 2016 ha sido invadido de fentanilo.
En su anuncio del lunes, Trump dijo de este opiáceo sintético, que le ha dicho “a China y a México”, se entiende que a sus gobiernos, que ya no lo manden a su país.
El 26 de febrero El Sur publicó un trabajo sobre la caída del precio de la goma de opio, que ha provocado que los campesinos se quedaran con la mitad de sus cosechas. Los productores revelaron que la crisis del opio era porque en Estados Unidos el Cártel de Sinaloa había ganado mercado con el fentanilo, un opioide sintético que tiene un precio de 40 dólares la dosis.
El fentanilo en el mercado norteamericano tiene un valor de 5 mil dólares “es tan potente que puede procesarse para producir de 16 a 24 kilos al cortarlo con talco o cafeína. Cada kilo puede venderse al por mayor en 80 mil dólares y cuando llega a las calles alcanza 1.6 millones de dólares”, según una nota del The New York Times publicado en junio del 2016.
Además, el efecto es 50 veces mayor que el de la heroína y el fentanilo ha causado miles de muertes por sobredosis, entre ellos el cantante Prince en abril de 2016.
The Trade sigue de cerca la vida de los adictos en los suburbios ricos de Ohio y también de los indigentes que sin trabajo buscan solventar su adicción.
Con imágenes crudas muestra la destrucción las familias americanas por la droga, los jóvenes que a diario son encontrados muertos por sobredosis y la angustia de los padres por no poder ayudar a sus hijos a salir de ese infierno.
En los dos países hay muertos. Acá, los muertos por el control y trasiego de la droga a Estados Unidos. Y allá, los muertos por el consumo de estupefacientes cada vez más poderosos. En The Trade se observa que los pobres siembran la amapola y los ricos la consumen.
Otro de los episodios importantes en el trabajo es la situación de los desaparecidos en Guerrero. Y se mencionan los casos de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y de trabajo que ha hecho Mario Vergara en la zona Norte del estado, quien participó en la fundación del movimiento de Los Otros Desaparecidos y después se escindió del mismo.
Los documentalistas acompañan a Vergara en su casa, en su trabajo y en la búsqueda de su hermano Tomás.
Vergara les explica que el problema del país es “la violencia por las drogas” y en una de las expediciones que realizan en una cueva encuentra los huesos de una persona desaparecida.
“Guerrero es la sucursal del infierno”, les dice Mario Vergara.
En el documental revelan que Guerrero continúa siendo el estado que más trafica heroína a Estados Unidos. Visitan un laboratorio donde elaboran el llamado “oro negro” y acompañan a los traficantes en un taller donde ponen la droga que será transportada en un doble fondo.
Al mismo tiempo acompañan a policías antidrogas de Ohio en la búsqueda de vendedores de opioides y la lucha de organizaciones que piden erradicar la heroína para terminar con las muertes en Estados Unidos.
The Trade fue dedicado “a todos aquellos que han perdido a sus seres queridos por la epidemia de opioides y el tráfico de drogas”.
Y termina con la estadística de que desde el 2005 han muerto en México por la violencia 200 mil personas; mientras en Estados Unidos 400 mil personas han muerto por sobredosis desde el año 2000.
Hace unas semanas los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicaron un informe donde señalan que en el 2016 murieron 60 mil personas por sobredosis en ese país y que en el 2017 aumentó un 30% el número de adictos a los opioides, entre ellos el fentanilo.

Trump contra los opioides

El presidente Donald Trump pidió la pena de muerte para los traficantes de drogas como medida para frenar las muertes por sobredosis que desde el 2016 se han incrementado en ese país.
“Tenemos que ser duros con los traficantes de droga y esto incluye la pena de muerte. Ellos acaban con la vida de miles de personas y solo reciben multas o condenas menores. Pero si alguien mata a una persona, se le condena con cadena perpetua o a la pena muerte” exclamó el presidente norteamericano el lunes por la mañana en New Hampshire.
El presidente reveló que cada día mueren 116 personas a causa de sobredosis por opioides y que el año pasado las drogas terminaron con más vidas que la guerra de Vietnam.
Estados Unidos se encuentra en una crisis sanitaria por los opioides que invaden las calles de ese país y que afectan a todas las clases sociales. Los cárteles mexicanos son los principales traficantes de drogas sintéticas que entran por la frontera al país norteamericano, por lo cual Trump anunció que “desplegará una estrategia agresiva” contra los productores de opiáceos.

Cárteles de México producen la “vasta mayoría” de heroína que se consume en EU, señala la DEA

Agencia Proceso

Washington, DC

La Administración Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA) culpó a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) de la “alta disponibilidad de heroína y opiáceos”, en especial el fentanilo, en el mercado estadunidense.
“La vasta mayoría de heroína que se consume en Estados Unidos es producida por las poderosas organizaciones transnacionales criminales de México, tales como el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, controlan el transporte en la frontera sur de Estados Unidos”, declaró Robert Patterson, administrador interino de la DEA.
En la sesión del subcomité de Supervisión e Investigaciones del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes del Congreso federal estadunidense, Patterson manifestó que los cárteles mexicanos son básicamente dueños del mercado internacional del trasiego y distribución de narcóticos.
“Los cárteles son extremadamente peligrosos, violentos, y continuarán influenciando las redes de transporte y distribución establecidas en Estados Unidos”, advirtió.
En su explicación a los legisladores sobre la epidemia de consumo de drogas sintéticas entre la sociedad estadunidense, puntualizó que los cárteles mexicanos son los principales productores, traficantes y distribuidores de la heroína, debido a que los consumidores de opiáceos, por la dificultad que tienen para comprarlos y conseguirlos, tienden a buscar enervantes más baratos como los derivados de la amapola.
Precisó que una bolsa de 0.30 gramos de peso de heroína de alta pureza como la producida por los cárteles mexicanos, en el mercado negro cuesta aproximadamente 10 dólares, “lo que hace a la heroína mucho más barata que los opiáceos”.
El fentanilo ilícito, sus análogos y sus precursores inmediatos, añadió, se producen en China.
“De China, estas sustancias son enviadas directamente a Estados Unidos a través de empresas privadas o por medio del servicio postal, o de manera alternativa directamente a los cárteles en México y Canadá o el Caribe”.
Una vez que tienen al fentanilo y a sus derivados, los cárteles internacionales lo preparan y lo mezclan con heroína, y esa combinación la comprimen para traficarla a Estados Unidos en forma de pastillas altamente letales para quienes las consumen.
“Las organizaciones criminales transnacionales se han apoderado de esta oportunidad empresarial porque son enormes las ganancias potenciales con los opiáceos sintéticos, por ello han invertido en este mercado. Un kilo de fentanilo comprado en China, de alta potencia, cuesta entre 3 y 5 mil dólares, y en el mercado negro puede generar ganancias de hasta 1.5 millones de dólares”, expuso Patterson.

 

Cárteles de México producen la “vasta mayoría” de heroína que se consume en EU, señala la DEA

La Administración Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA) culpó a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) de la “alta disponibilidad de heroína y opiáceos”, en especial el fentanilo, en el mercado estadunidense.
“La vasta mayoría de heroína que se consume en Estados Unidos es producida por las poderosas organizaciones transnacionales criminales de México, tales como el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, controlan el transporte en la frontera sur de Estados Unidos”, declaró Robert Patterson, administrador interino de la DEA.
En la sesión del subcomité de Supervisión e Investigaciones del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes del Congreso federal estadunidense, Patterson manifestó que los cárteles mexicanos son básicamente dueños del mercado internacional del trasiego y distribución de narcóticos.
“Los cárteles son extremadamente peligrosos, violentos, y continuarán influenciando las redes de transporte y distribución establecidas en Estados Unidos”, advirtió.
En su explicación a los legisladores sobre la epidemia de consumo de drogas sintéticas entre la sociedad estadunidense, puntualizó que los cárteles mexicanos son los principales productores, traficantes y distribuidores de la heroína, debido a que los consumidores de opiáceos, por la dificultad que tienen para comprarlos y conseguirlos, tienden a buscar enervantes más baratos como los derivados de la amapola.
Precisó que una bolsa de 0.30 gramos de peso de heroína de alta pureza como la producida por los cárteles mexicanos, en el mercado negro cuesta aproximadamente 10 dólares, “lo que hace a la heroína mucho más barata que los opiáceos”.
El fentanilo ilícito, sus análogos y sus precursores inmediatos, añadió, se producen en China.
“De China, estas sustancias son enviadas directamente a Estados Unidos a través de empresas privadas o por medio del servicio postal, o de manera alternativa directamente a los cárteles en México y Canadá o el Caribe”.
Una vez que tienen al fentanilo y a sus derivados, los cárteles internacionales lo preparan y lo mezclan con heroína, y esa combinación la comprimen para traficarla a Estados Unidos en forma de pastillas altamente letales para quienes las consumen.
“Las organizaciones criminales transnacionales se han apoderado de esta oportunidad empresarial porque son enormes las ganancias potenciales con los opiáceos sintéticos, por ello han invertido en este mercado. Un kilo de fentanilo comprado en China, de alta potencia, cuesta entre 3 y 5 mil dólares, y en el mercado negro puede generar ganancias de hasta 1.5 millones de dólares”, expuso Patterson.

 

El grupo criminal Guerreros Unidos está en “preocupante crecimiento”, dice la DEA

La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) reveló en su edición 2017 de la Evaluación de los Riesgos de la Droga, que la organización criminal a la que la Procuraduría General de la República (PGR) atribuye la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerreros Unidos, ha aumentado sus operaciones.
El documento detalla que “mantiene una extensa red en los Estados Unidos para transportar y distribuir drogas ilícitas (principalmente heroína) a través de estados del sur, medio oeste y este”.
En su análisis la DEA califica a la organización cuyas operaciones ubica en Guerrero, Estado de México y Morelos “en preocupante crecimiento”, pese a sólo operar en esos tres estados. Principalmente trafica fentanilo y heroína en ciudades como Pittsburgh y Chicago.
De acuerdo con las investigaciones de la DEA, Guerreros Unidos tiene como método para cruzar la droga el uso de vehículos y camiones de pasajeros o tráileres con compartimientos ocultos, o entremezclados con diferentes productos que, una vez en Estados Unidos, los distribuyen en vehículos más pequeños.
En el documento específica sobre la organización que “a pesar de su corta historia, Guerreros Unidos han evolucionado en una TCO (organización de tráfico de drogas) mexicana de creciente preocupación, con una distribución de drogas, red que abarca varias ciudades importantes en los Estados Unidos”.
Según la investigación el grupo criminal surgió como un cártel independiente en 2011, como una escisión de los Beltrán Leyva, que mantienen operaciones en Guerrero.
Aunque para la agencia no es de los grupos más empoderados en Estados Unidos ni con mayor influencia ni expansión en México, pues detalla que opera sólo en tres estados, “operan de manera estratégica a lo largo de reconocidas rutas de tráfico de heroína”.
Este grupo cobra relevancia en el caso Ayotzinapa, porque una de las líneas de investigación propuestas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para dar con el paradero de los 43 estudiantes desaparecidos entre la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, es que se investigue la posible ruta de trasiego de droga de Iguala a Chicago.
Padres de los 43 desaparecidos y sus abogados han señalado que la PGR ocultó el trasiego de droga a los expertos del GIEI, los cuales en su informe final propusieron que una línea de investigación fuera el de un quinto camión tomado por los normalistas en la central de Iguala, el que aparentemente transportaba un cargamento de droga.
Según el ex titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, los normalistas fueron quemados en el basurero de Cocula, lo cual fue declarado por presuntos integrantes de Guerreros Unidos, que junto a policías de ese municipio, Iguala y Huitzuco atacaron a los estudiantes, matando a tres de ellos y a otros tres civiles, además de desaparecer a los 43.

Seis grupos mexicanos con el mayor número de operaciones

Los grupos criminales de tráfico de drogas que la DEA ubica operando en territorio estadounidense son el cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cártel de Juárez, el del Golfo, el de Los Zetas, y Beltrán Leyva, cada uno mantiene células de distribución de drogas en ciudades de Estados Unidos mediante intermediarios.
Para la DEA son las que tienen mayor impacto en ese país. El cártel de Sinaloa, una de las organizaciones que la agencia norteamericana ubica como de las más antiguas, “controla la actividad del tráfico de drogas en varias regiones de México, particularmente a  lo largo de la costa del Pacífico”.
Además mantiene la huella internacional más expansiva en comparación con otros grupos mexicanos.
El cártel de Sinaloa exporta y distribuye cantidades al por mayor de metanfetamina, mariguana, cocaína y heroína en los Estados Unidos, manteniendo centros de distribución en ciudades que incluyen Phoenix, Los Ángeles, Denver y Chicago. Las drogas ilícitas distribuidas por el cártel de Sinaloa se contrabandean principalmente a través de puntos de cruce ubicados a lo largo de la frontera de México con California, Arizona, Nuevo México y el oeste de Texas.
El análisis ubica que los líderes del cártel que operan bajo el ala de Joaquín Guzmán Loera- Ismael Zambada García, y revela un resurgimiento del liderazgo de Rafael Caro-Quintero que mantiene jefes celulares en Phoenix, Arizona, para supervisar la distribución de drogas ilegales en la región. “Las cabezas de las células también coordinan el transporte de drogas ilegales desde Phoenix a varias ciudades”.
Del CJNG señala que es la más reciente de las seis organizaciones que más estructura tienen en Estados Unidos, “aunque una de las más poderosas y de más rápido crecimiento en México y los Estados Unidos”.
En su informe la DEA informó 26 investigaciones activas vinculadas a la jerarquía del CJNG, mientras que en 2017 el número de investigaciones activas aumentó a 46.
“Con sede en el estado de Jalisco, en particular su capital, Guadalajara, CJNG creció rápidamente en prominencia después de haberse separado del cártel de Sinaloa en julio de 2010. Mucho al igual que el cártel de Sinaloa, CJNG es una organización de tráfico de drogas que se ocupa de cantidades al por mayor de principalmente metanfetamina, pero también cocaína, heroína y mariguana”.
Dice que contrabandea drogas ilícitas en los Estados Unidos al acceder a varios corredores de tráfico que incluyen a Tijuana, Juárez, y Nuevo Laredo. Tiene centros de distribución de droga en las ciudades estadounidenses de Los Ángeles, Nueva York y Atlanta.
“Los miembros de CJNG exportan cantidades de metanfetamina de varios cientos de kilogramos a California desde Guadalajara, a través de puntos de cruce en Tijuana, con destino a centros de distribución en Los Ángeles y San José, California”.
Del cñartel de Juárez considera que “aunque no tan expansivo como su rival, Cartel de Sinaloa, sigue impactando en los mercados de consumidores de drogas de los Estados Unidos principalmente en El Paso, Denver, Chicago y Oklahoma City. El Cártel de Juárez trafica principalmente con marihuana y la cocaína, aunque recientemente se ha expandido a la distribución de heroína y metanfetamina en los Estados Unidos”.
Detalla que con base en recientes reportes de aplicación de la ley, el cultivo de opio supervisado por el cártel de Juárez aumentó significativamente en el estado de Chihuahua desde 2013, superando el cultivo de mariguana en algunas regiones.
“El cártel de Juárez contrabandea cantidades de cocaína de varios cientos de kilogramos y toneladas, múltiples cantidades de mariguana mensualmente a través del área de El Paso / Juárez y regiones rurales al oeste de Palomas (al sur de Columbus, Nuevo México) y al este de Ojinaga (al sur de Presidio, Texas) en el Estado de Chihuahua, destinado a los Estados Unidos”.
Otra de las organizaciones que mantiene operaciones en el país vecino es el cártel del Golfo que, “se concentra principalmente en el tráfico de mariguana y cocaína, pero también se ha expandido recientemente a la heroína y metanfetamina.
Debido a su influencia sobre áreas en el noreste de México la mayoría de sus envíos de drogas son al sur de Texas a través de la región fronteriza, entre el Río Grande Valley y South Padre Island. El cártel del Golfo tiene centros de distribución clave en Houston, Detroit y Atlanta”.
Según la investigación, un miembro de alto rango del cártel del Golfo en Monterrey, coordina un envío semanal de 100 kilogramos de cocaína a través del Valle del Río Grande a Houston, Texas, donde un pariente actúa en calidad de jefe de celda, asume la responsabilidad de su distribución.
Aunque en este sexenio la DEA ubica un crecimiento importante al CJNG, en el sexenio pasado con Felipe Calderón, la organización de Los Zetas tuvo ese auge.
Esta organización, explica la agencia, se formó como un cártel independiente a principios de 2010 cuando oficialmente se separó del cártel del Golfo. Controlaba el tráfico de drogas en el este, centro y sur de México.
“Sin embargo, debido a la presión de cárteles rivales, la ley mexicana aplicación y conflictos internos, la influencia de Los Zetas ha disminuido significativamente en los últimos años”, afirma.
Los Zetas actualmente están divididos en dos facciones rivales, el cártel del Noreste, representando una forma renombrada de Zetas convencionales, y los Zetas de la Vieja Escuela, que es un grupo disidente. Los miembros de Los Zetas pasan de contrabando la mayoría de sus drogas ilícitas a través del área fronteriza entre Del Río y Falcon Lake, Texas, con una base de poder en Nuevo Laredo, México.
Los miembros de Los Zetas actualmente trafican cocaína, heroína, metanfetamina y mariguana a través de centros de distribución en Laredo, Dallas, Nueva Orleans y Atlanta.
Por último asegura que la organización de Los Beltrán Leyva, que ha perdido fuerza por las detenciones y asesinatos de sus líderes, que “los restos de su organización continúan en varias partes de México, para incluir los estados de Guerrero, Morelos, Nayarit y Sinaloa”.
“Los más prominentes de estos subgrupos son Los Rojos, Los Guerreros Unidos, la Organización Chapo Isidro, y Los Mazatlecos. Estos subgrupos se aliaron con CJNG, el cártel de Juárez y Los Zetas para acceder a los corredores de tráfico de drogas por medio de SWB (Documento de Embarque Marítimo no Negociable).
Trafican principalmente mariguana, cocaína, heroína y metanfetamina, y mantienen centros de distribución en Phoenix, Los Ángeles, Chicago y Atlanta”.
En los últimos años los cárteles mexicanos han expandido su esfera de influencia en diferentes regiones de los Estados Unidos, incluida el área de Nueva Inglaterra.
“La droga ilícita que representa más amenaza para Chicago es la metanfetamina, seguida de la cocaína, mariguana y heroína”.
Los envíos de droga son en su mayoría por mar a través del SWB, de este modo puede pasar como otro tipo de mercancía, a través de intermediarios que supervisan los envíos y facilitan las ventas, dice la DEA, a los mayoristas y a los de nivel medio de clientela.
“El método más común empleado por los grupos implica transportar drogas ilícitas a través de los puertos de los Estados Unidos en vehículos de pasajeros con compartimientos ocultos o mezclados con productos legítimos en tráileres de camiones.
Además, transportan ilícitamente drogas, como la metanfetamina y cocaína, disuelta en soluciones líquidas, a través del SWB. Una vez al otro lado de la frontera, los cárteles mexicanos coordinan los envíos de drogas ilícitas a dividirse en envíos más pequeños y enviados a los puntos de distribución en todo el territorio”.
La DEA alerta de la metanfetamina cristal producida en “súper laboratorios” que se envían a Nueva York a través del SWB por vehículos, mensajeros y paquetes de servicios de entrega.
Los grupos mexicanos tienen rutas bien establecidas, y también combinan envíos de metanfetamina con otras drogas, como heroína.
Los cárteles mexicanos tienen como mayor suministro de heroína al estado de Georgia. (Con información de Vania Pigeonut / Ciudad de México).

Policía con cursos en el FBI y la DEA, Camacho ha sido acusado de violaciones a los derechos humanos




El 12 de diciembre de 2002, el entonces procurador general de Justicia Jesús Ramírez Guerrero –en el gobierno de René Juárez Cisneros– designó a Alfredo Camacho Millán como comandante regional de esa corporación en Acapulco, en sustitución de Arnulfo Jacobo Luviano.
Policía de carrera con cursos del FBI en tácticas de negociación de rehenes, y cursos de la DEA en investigaciones criminales, Camacho Millán ha sido acusado de violaciones a los derechos humanos al menos en un par de ocasiones.
A finales de 2000, la Comisión Estatal de Defensa de Derechos Humanos (Codehum) emitió dos recomendaciones en contra del comandante de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) Alfredo Camacho Millán, junto con otros ocho jefes judiciales, en las que se le señala como uno de los involucrados en la desaparición forzada de José Rodríguez Román, a quien la policía al parecer arrestó como presunto sospecho del secuestro del empresario Raúl Astudillo, en Tixtla, en mayo de 2000.
El 16 abril de 2004, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos Mahatma Gandhi, Francisco Díaz González, denunció que policías ministeriales encabezados por su coordinador regional, Alfredo Camacho Millán, violaron los derechos humanos de vecinos de San José Mogollón –municipio de Coyuca de Benítez–, después de la detención de cuatro presuntos secuestradores.
Según el comisario municipal de ese poblado, Miguel Ocampo Balanzar, los policías llegaron en la madrugada, encañonaron a la gente y entraron a las casas de manera arbitraria ante la presencia de mujeres y niños, para lograr la detención de cuatro sospechosos del secuestro del empresario Felipe Galeana Talavera ocurrido el 15 de diciembre de 2003, y a quienes la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) los relacionó con grupos armados.
Por los mismos hechos, los afectados presentaron una queja por privación ilegal de la libertad de Andrés de Jesús y Francisco de Jesús, así como por allanamiento de morada y amenazas ante la Codehum. (Redacción).

Era informante de la DEA uno de los asesinados en Vallecitos, dice su esposa

 Desde Jocotepec, Jalisco, vino a Zihuatanejo a reclamar el cadáver de la víctima

 Brenda Escobar Zihuatanejo

 El cuerpo de Oney Cruz Martínez, asesinado a balazos el miércoles en la comunidad de Vallecitos de Zaragoza, junto con Adrián Joaquín Arce, fue reclamado el viernes por su esposa María del Rocío Fernández Castañeda, quien declaró que su esposo tenía 14 años de haber emigrado a Estados Unidos, y que la actividad a la que se dedicaba era informante de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos, DEA por sus siglas en inglés.

Fernández Castañeda llegó el viernes a Zihuatanejo procedente de Jocotepec, Jalisco, a reclamar el cadáver de su marido, de quien –dijo– no veía desde hacía más de un año y medio.

Durante los trámites de rigor, la viuda manifestó ante el agente auxiliar del Ministerio Público Central, Francisco Armando Parra Barrientos, que Oney Cruz emigró a Estados Unidos en 1990 y trabajó como cocinero en restaurantes de Washington, pero en los últimos cuatro años era informante, es decir, madrina de la DEA, reclutado en la capital estadunidense.

Oney Cruz Martínez, de 30 años de edad y Adrián Joaquín Arce Alanís, de 23 años, fueron vistos por habitantes de la comunidad serrana de Vallecitos de Zaragoza cuatro días antes del asesinato, mientras paseaban y bebían con Fermín Osorio Sánchez, persona con reputación delictiva.

Se pasearon en una camioneta Ford Lobo, color negra, modelo 2003, en la que las autoridades encontraron un formato de Control de Vehículos a nombre de José Arellano Maya, con domicilio en Valle Dorado, en el municipio de Naucalpan, estado de México; se presume que la camioneta fue robada en ese lugar.

Los dos forasteros fueron asesinados a balazos de pistola calibre .22 en el rostro, y sus cuerpos tirados en el potrero denominado La Parota, rumbo al rancho Guadalupe, donde los encontraron en la mañana del miércoles 26.

El viernes, la viuda de Oney Cruz declaró ante la representación social que su esposo le había prometido una camioneta, por lo que se presume que el móvil del crimen fue la disputa del vehículo.

Fuentes del Ministerio Público revelaron que de acuerdo con las investigaciones, Fermín Osorio Sánchez, con quien departieron los dos occisos, es un delincuente que nunca estuvo preso en Estados Unidos, y que sí es prófugo de la justicia mexicana porque en Zihuatanejo tiene una orden de aprehensión por estar implicado en un secuestro.

Descartaron que Cruz Martínez haya sido empleado de la DEA, sino sólo un informante que también estaba involucrado en actividades ilícitas, pues no hay documentos oficiales que confirmen que era empleado federal de aquella corporación.

Será hoy lunes cuando el titular del Ministerio Público del Fuero Común, José Vélez Zapata, dé información oficial sobre los avances de la investigación del doble homicidio.

Desconoce el subprocurador Nogueda si el muerto era agente de EU

 

 Teresa de la Cruz Chilpancingo

El subprocurador de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Antonio Nogueda Carvajal, dijo desconocer si alguno de los dos jóvenes asesinados en Vallecitos de Zaragoza pertenece a la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos, la DEA.

La madrugada del miércoles 26, en el poblado de Vallecitos de Zaragoza, del municipio de Zihuatanejo, fueron encontrados los cuerpos de Oney Cruz Martínez, de Guadalajara, Jalisco, y el de otra persona que lo acompañaba, cuya identidad se desconocía.

De acuerdo con información publicada en El Sol de Acapulco, la víctima Oney Cruz Martínez era colaborador del Departamento Antinarcóticos en Estado Unidos, pero Nogueda Carvajal, consultado vía telefónica, dijo desconocer si alguno tenía ese cargo.

Informó que sobre este caso y para determinar el móvil, “las investigaciones se llevan a cabo, pero –insistió– no tengo conocimiento de que uno de ellos sea un agente”.