Desaparecen una adolescente y un hombre en Zihuatanejo la semana pasada

La Fiscalía General del Estado (FGE) activó una Alerta Amber y un boletín de búsqueda para encontrar a una adolescente de 13 años  y un hombre quienes desaparecieron en  Zihuatanejo.
En el reporte de la Alerta Amber 29/2023 la Fiscalía describió a Vanessa Adame Gallardo de 13 años, de tez morena, complexión delgada, cabello corto lacio, cejas semipobladas, nariz recta base ancha, boca mediana y labios delgados.
Detalló que fue vista por última vez el viernes en Zihuatanejo y que viste playera blanca, pans azul marino y tenis blancos; “hasta el momento se desconoce su paradero y se teme que pueda ser víctima de un delito”, agregó.
En el boletín ¿Has visto a? la FGE describió que Jorge Bravo Duarte de 41 años de edad, mide un metro 67 centimetros, es de tez blanca, ojos grandes café obscuro, cabello negro corto ondulado, además tiene una cicatriz en la parte superior de la ceja derecha.
Precisó que Bravo Duarte desapareció el pasado martes y la Fiscalía pidió a la población que en caso de alguien tenga conozca su paradero llamen al 800 832 7692 o a los número de emergencia 911, 089 y www.fiscaliaguerrero.gob.mx. (Redacción / Chilpancingo).

 

Desaparecen dos jóvenes, uno en Iguala y otro en Buenavista, y una mujer en Huitzuco

 

La desaparición de un joven de 28 años ocurrida hace una semana en Iguala fue denunciada el viernes ante la Fiscalía General del Estado (FGE), a la que se sumaron además la de una mujer de 43 años ocurrida en la comunidad de Tecolotla, Huitzuco, y la de un muchacho de 21 años que ocurrió el 28 de diciembre en Buenavista de Cuéllar.
La FGE emitió mediante su cuenta oficial de Facebook el boletín de búsqueda de Juan José Gallardo Barrera, de 28 años, quien está desaparecido desde el 31 de diciembre en Iguala, y se informó que el viernes sus familiares hicieron la denuncia ante el Ministerio Público.
Como seña particular se indica que tiene un tatuaje negro con la imagen de la santa muerte en la espalda; mide 1.7 metros de estatura, es moreno, de ojos pequeños y de cabello negro, lacio y corto.
Su desaparición se suma a otros 26 casos que fueron reportados ante la FGE durante 2022, y de los que solo 13 de las víctimas han sido reportadas localizadas con vida, de acuerdo con registros de notas periodísticas publicadas en El Sur.
Mientras que durante la semana pasada también fueron denunciadas otras desapariciones que ocurrieron en la última semana de 2022, tanto en el municipio de Huitzuco como en el de Buenavista de Cuéllar.
De acuerdo con boletines de búsqueda difundidos por la FGE y por la Comisión Estatal de Búsqueda de personas, indican que el joven Eduardo Franco Pineda, de 21 años, desapareció el 28 de diciembre en el municipio de Buenavista de Cuéllar. Se señala que como seña particular tiene un tatuaje en la parte posterior del brazo izquierdo que va desde su codo hasta la muñeca de la mano.
Asimismo se reportó la desaparición de María Luisa Hernández Hernández, de 43 años, por quien fue activada la Alerta Violeta. Ella fue vista por última vez el 27 de diciembre pasado en el poblado de Tecolotla, municipio de Huitzuco.
Se informa que la mujer es morena de 1.4 metros de estatura, de cabello corto negro, y la última vez que se le vio llevaba puesta una sudadera floreada con rayas blancas, pantalón atigrado y huaraches negros. (Alejandro Guerrero / Iguala).

Mantendrán la esperanza por desaparecidos a pesar de negligencia de autoridades: familiares

Familiares de personas desaparecidas durante el montaje de la novena exposición Rostros de la impunidad, el sábado Foto: Aurora Harrison

Aurora Harrison

El Colectivo Memoria, Verdad y Justicia durante la exposición fotográfica que hicieron el sábado en el Zócalo de Acapulco, dijo en un pronunciamiento que este año nuevo que comienza es de esperanza en la búsqueda de sus familiares desaparecidos, a pesar de la negligencia de las autoridades responsables de cuidarlos y buscarlos.
Antes de la exposición los integrantes del colectivo tuvieron una taller de historia oral, por parte de la activista Florencia Ruiz Mendoza, quien dijo que la “memorialización” y el arte ayudan en la concientización de la memoria colectiva, recuperación de espacios públicos y la exigencia de justicia.
Ruiz Mendoza en entrevista destacó la importancia de que la sociedad civil utilice las nuevas herramientas de la tecnología, para recuperar y difundir situaciones que representan injusticias y que durante años han permanecido silenciadas, así como para visibilizar voces que no han sido escuchadas.
La también académica, con Maestría en Historia Oral, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, subrayó que al ser una activista contra la desaparición forzada, resaltó la existencia de las redes sociales, y que con los teléfonos celulares, se tienen más posibilidades para registrar la historia por medio de la oralidad.
Agregó que “la sociedad civil es la mejor maestra y por eso es tan importante el trabajo de memoria, de los sitios de conciencia, porque generan compromiso y acción por parte de las autoridades”. De ellas dijo que juegan ese doble papel de juez y parte, “promotor de derechos humanos, de visibilización y al mismo tiempo de invisibilización y de olvido, porque finalmente el Estado, ni con la Cuatro T ha eliminado ni la corrupción, ni la impunidad”.
Después del taller las madres, esposas y familiares de personas desaparecidas montaron la novena exposición de fotos Rostros de la impunidad en el Zócalo de Acapulco, a unos metros de la catedral, justo donde en diciembre instalaron el Árbol de la Esperanza, con motivo de las conmemoraciones navideñas.
Ahí se leyó el pronunciamiento “a quienes no les ha tocado el infortunio de que les hayan arrancado de su seno familiar a un ser querido, ¿no sufren la tortura emocional, cotidiana?, de estar pensando ¿dónde están? ¿habrán comido? ¿tendrán frío? ¿estarán bien?”.
Por ello dijeron que este año 2023 que comienza continúa la “tortura” de pensar que es un año más sin sus familiares, sin información de su paradero y, además, sin avances en las investigaciones, sin verdad y sin justicia, esperando por ellas y ellos, por todas las personas desaparecidas que hacen falta.
“Son 109 mil las personas desaparecidas forzadamente, según cifras oficiales, 109 mil hogares que sufren la ausencia de un ser querido, que no pueden comer, beber, dormir, disfrutar, ser felices, sin pensar en ellas y ellos” dijo otra de las oradoras, que mencionó que el año comienza con más fuerza “para luchar por nuestras ideas y objetivos, unidas y haciendo memoria porque les amamos. Cada fecha duele y hiere mucho, pero nada nos detendrá para seguir exigiendo justicia y su presentación con vida”.
La VII Brigada Nacional de Búsqueda nos hermanamos y conocemos otras familias con el mismo dolor y personas que apoyan la luchan contra este crimen que atenta contra la humanidad sin esperar a que les pase lo mismo por lo que estamos pasando. Y que van a seguir insistiendo al Ayuntamiento el Muro de la Memoria, donde se exhiben las fotos impresas en losetas de las personas que han sido desaparecidas forzadamente.

Recibe amenazas y la criminaliza la Fiscalía en la búsqueda de su hijo, cuenta la señora Engracia

Engracia Guerrero López muestra la foto de su hijo desaparecido Jesús Antonio Moyao desaparecido el 23 de febrero en Chilapa Foto: Lenin Ocampo Torres

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Para doña Engracia Guerrero López estos días de Navidad y Año Nuevo serán distintos, los pasará sin su único hijo varón Jesús Antonio Moyao, quien fue levantado el 23 de febrero en Chilapa, y sigue desaparecido.
“Habíamos pasado ausencias con él porque trabajaba fuera, pero siempre estaba en constante comunicación, mucho buscaba a su familia, estaba al pendiente, nos hablaba siempre. Ahora será distinto, no sabemos realmente nada de él”, declaró la mujer el 7 de diciembre.
Engracia, quien dijo que antes siempre fue empática con las familias que denunciaban la desaparición de uno de los suyos compartiendo en las redes sociales las fichas con sus datos y decía, “que feo se ha de sentir”, ahora en 10 meses ha vivido su propio drama: está amenazada por quienes se llevaron a su hijo, fue criminalizada por la Fiscalía General del Estado (FGE) e intimidada por los agentes que investigan el caso.
Jesús Antonio Moyao Guerrero de 29 años y de oficio chofer desapareció después de las 4:40 de la tarde del 23 de febrero, cuando trabajaba la ruta del transporte público Mercado-Centro-San Juan, de Chilapa.
La hora la tiene precisa su madre porque minutos antes habló con él, unos 40 o 50 minutos y quedaron de verse más tarde cuando terminara de trabajar, pero Jesús ya no regresó. Antes de las 40:40 también había hablado con su esposa.
Engracia dijo que a las 5:02 de la tarde le preguntaron si estaba con ella porque no lo encontraban y había dejado abandonada la Urvan. Le marcó y el aparato mando a buzón y los mensajes de Whatsaap no le llegaban.
Contó que Francisco, el propietario de la Urvan anduvo preguntando por él muy molesto porque, dijo, “había abandonado la combi”.
Después supieron que de la Urvan se llevaron a su hijo cuando estaba en la colonia Flor Morada, a un costado de la iglesia.
Ahora, 10 meses después, todavía no tiene ninguna idea de qué pasó con él.
“No sé si está con vida, yo quiero creer que sí, que está en algún lugar, mucha gente comenta que a lo mejor ye le hicieron algo, pero yo no quiero creer eso. Yo tengo la esperanza de que mi hijo está vivo”, expuso.
Se quejó de que ha aportado mucha información a la FGE y ha pedido que se vuelva a indagar, “a las personas o a la persona” de quienes hay sospechas, pero que la Fiscalía no ha hecho nada, “el expediente sigue tal cual”, aun cuando hay una indicación de la fiscal general, Sandra Luz Valdovinos, con quien se reunió los primeros días de septiembre, “pero no hay absolutamente ningún avance”.
El 30 de agosto, durante el mitin afuera de la FGE, después de la marcha por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, la Fiscal se acercó a ella y prometió que la iba atender, tres días después la recibió y le ofreció encontrar a su hijo, “pero de eso ya pasaron tres meses y hasta el momento no sé nada, no hay avances, no hay investigaciones, no hay nada. Todo está exactamente como hace 10 meses”.

No hay personal eficiente, capacitado y con empatía con las víctimas, ni espacios adecuados para atenderlas, informa

“Yo veo que las autoridades no investigan, si quisieran resolver el caso ya toda la información se les proporcionó, incluso existe una sábana de llamadas (telefónicas), muchas cosas se han hecho a través del colectivo (Lupita Rodríguez de Chilpancingo), búsquedas, presiones…”.
Denunció que lo que sí ha tenido como respuesta son intimidaciones de agentes ministeriales.
Contó que una ocasión fueron a su casa y le preguntaron a su esposo que si ella conocía a algún testigo, que si sabía por qué los ocultaba y su esposo les dijo que no conocía a nadie.
“Preguntaron en forma intimidante y altisonante. Eso se lo dije a la fiscal, que no se vale, que nosotros somos víctimas y resulta que las víctimas somos las que nos tenemos que andar cuidando de todo y de todos, y la gente que nos ha causado mucho daño anda felizmente caminando por la calle”, señaló.
Engracia Guerrero también se quejó de la criminalización constante que sufren los familiares de los desaparecidos, nos dicen: “seguramente andaban metidos en algo, seguramente hicieron algo, cuando no es así, o cuando menos no les consta”.
En su caso dijo que la criminalización fue directa y desde el momento que fue a presentar la denuncia ante el Ministerio Público, donde el agente de turno que la atendió le advirtió, “si encontramos a su hijo y resulta que hizo algo, va a recibir su castigo”.
Contó que su respuesta fue: “adelante, estoy de acuerdo, si hizo algo se lo merece, pero por la autoridad, no por cualquier persona”.
Reprochó que no hay personal eficiente, capacitado y con empatía con las víctimas, así como espacios adecuados para atenderlas, “no hay privacidad, no hay discreción, los escritorios están todos juntos, todo mundo escucha lo que denunciamos o informamos. No hay seriedad en estos casos”.
Recordó que cuando solicitó las sabanas con las llamadas del teléfono de su hijo le dijeron en el Ministerio Público que no se podía por la secrecía de la investigación, “pero resulta que para nosotros no hay, nos hacen las preguntas delante de toda la gente que está ahí y todo mundo escucha lo que decimos y lo que ellos nos dicen a nosotros”.
Denunció que esto tiene que ver con las amenazas y represalias que después reciben los familiares de las víctimas, como las ha sufrido ella.
“Primero fueron económicas, me dijeron que si quería recuperar a mi hijo tenía que dar cierta cantidad, y no creímos porque sabemos que existen personas que abusan del dolor de nosotros para obtener un recurso económico, y no se vale”, mencionó.
Agregó que después siguieron las amenazas y el acoso, le advirtieron que se tenía que ir de Guerrero para que pudiera saber de su hijo. “Me amenazaron que no me querían volver a ver y mis preguntas fueron, ¿yo que les hice?, ¿quiénes son esas personas?, ¿por qué a mí?, ¿por qué a mi hijo?, ¿qué mal les hemos hecho?.
Entre sollozos, Engracia Guerrero explicó que es muy complicado vivir de esa forma, “son personas cobardes que se esconden bajo perfiles falsos”.

Tres veces le han cambiado al agente del Ministerio Público

Dijo que cuando se reunieron con la fiscal Valdovinos Salmerón, supuestamente para informarle de los avances de la investigación, paradójicamente le dijeron que no había resultados.
Contó que estuvo ahí un nuevo agente del Ministerio Público del caso, quien le argumentó que él apenas se estaba empapando del caso, y que es como volver a empezar de cero la investigación.
La madre del desaparecido informó que inicialmente el Ministerio Público que atendía el caso era un licenciado llamado Kevin, a quien destituyeron o cambiaron y que varios meses el caso estuvo sin atenderse, después, hace dos meses se enteró que designaron a una licenciada Doris, pero el 2 de diciembre cuando se reunió con la Fiscal se enteró que hay uno nuevo que apenas está revisando el expediente.
Reprochó: ¿por qué no en lugar de estar cambiando constantemente personal los capacitan o les dicen que hagan mejor su trabajo?
El mismo 2 de diciembre se enteró que desde el inicio de la investigación debía tener un asesor jurídico, y reclamó porque no le habían dicho nada, y la respuesta fue que: “todo está en oficios”.
Dijo que nueve meses después de que presentó la denuncia le explicaron que debe tener un asesor jurídico, “para el acompañamiento y cualquier duda, pero yo no lo tuve, desafortunadamente”.
Explicó que ahora es como si todo lo que denunció e informó a la FGE sobre la desaparición de su hijo lo hubiera hecho ante un escritorio vacío, “les dicté, archivaron y ahí está la información en simples papeles, porque ellos no pueden hacer nada”.
Engracia Guerrero denunció que en su caso, como en el de miles de familias con desaparecidos en Guerrero, están fallando las autoridades.
“Nos fallaron totalmente a todos los que estamos viviendo este drama, y si contamos cuántas familias están viviendo esta situación, nos fallaron a toda la sociedad en general, a todo el estado y a todo nuestro país”, señaló.

 

En diciembre le pesa más la ausencia de Alberto, desaparecido en la capital, cuenta su mamá

La mamá del joven desaparecido Alberto Fonseca Leyva, Margarita Leyva Cruz, en entrevista para El Sur Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En diciembre del 2019 Margarita Leyva Cruz prometió a sus dos niños Dios que no los volverá a “acostar” hasta que su hijo Alberto regrese, “mientras, no” y este ya será el cuarto año que en su casa no se colocará el nacimiento porque Alberto, quien era el encargado de eso, no aparece.
Alberto Fonseca Leyva, desapareció el 18 de mayo del 2019 en Chilpancingo cuando tenía 22 años de edad, después de que salió de trabajar como peón de albañil en unos edificios en construcción cerca de su casa en la colonia Eduardo Neri, al poniente de la ciudad.
En entrevista el 6 de diciembre, su madre Margarita Leyva contó que ese día desapareció en un trayecto de 20 minutos que se hacía de camino de la obra a su casa, y desde entonces no sabe nada de él.
Dijo que en diciembre le pesa más su ausencia porque los días 11 de este mes cumple años y el pasado cumpliría 25, “y otra vez fue muy triste pasarlo sin él”.
Margarita tiene tres hijos, Alberto es el único varón y el de en medio, la mayor es la única casada. Contó que estos días de diciembre Alberto se encargada de los arreglos de la casa para esperar la Navidad.
“Le gustaba poner el nacimiento, tengo dos niños Dios grandes y él era el que se encargaba de arreglar el nacimiento, pero desde que él desapareció ya no tengo esa emoción de arreglar y de acostar a mis niños, hasta que él regrese”.
Dijo que desde diciembre del 2019 que Alberto ya no estuvo, les dijo a sus dos figuras religiosas, “no los voy a acostar hasta que mi hijo regrese, mientras, no”.
Margarita dijo aquella mañana de sábado que su hijo salió, “me dijo: mami, al rato regreso” y lo esperó a las 4 de la tarde para comer, “pero dieron las 5 y a las 6, pensé que se iría con sus compañeros a tomarse un refresco, porque era sábado de raya”,
Pero la noche del sábado Alberto no llegó, y a la mañana siguiente Margarita recorrió el trayecto de 20 minutos que caminaba Alberto de su casa a la obra, pensando que lo habían asaltado y que estaría por ahí tirado a orillas del camino, pero no encontró nada.
Dijo que no pensó en otras cosas porque Alberto no toma, no fuma, no tiene amigos, no tiene novia, “es de esos que de la casa al trabajo”.
Ese día llegó a la obra donde trabajaba, pero como era domingo no encontró a nadie que le diera alguna información.
Se esperó al lunes para regresar a la obra, el patrón de Alberto le dijo que el sábado salió normal, a las 3 de la tarde, y que le

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extrañó que no se haya presentado a trabajar ese lunes.

“Las autoridades no investigan, argumentan: hay muchos casos, pero ya estamos en su asunto, y no es cierto”

Informó que ese día fue a la agencia del Ministerio Público a presentar la denuncia por la desaparición de su hijo.
De regreso a su casa revisó sus cosas, porque tuvo la esperanzadora idea de que se pudo haber ido voluntariamente, como le insinuaron al presentar la denuncia, pero encontró todo en orden, “no tiene mucha ropa y no fue difícil comprobar que estaba toda, se llevó solamente la puesta y la que usaba en el trabajo”.
Esa misma semana Margarita buscó la ayuda de la 35 Zona Militar pero la mandaron a la agencia del Ministerio Público donde ya había ido a presentar la denuncia.
“Las autoridades no investigan, argumentan: hay muchos casos, pero ya estamos en su asunto, y no es cierto”.
Declaró que pidió al agente del Ministerio Público que fueran a buscarlo de inmediato, los primeros días, “por si lo asaltaron y le hicieron algo, pero no hicieron nada”.
Contó que agentes del Ministerio Público subieron un mes después a preguntar a la obra, y que después bajaron por la vereda donde caminaba pero no tardaron ni media hora y se retiraron.
Declaró que pensó que iban a preguntar a los que trabajaban en otras obras cercanas, porque hay más en la zona, que iban a consultar a los vecinos, que llevarían su fotografía, que harían su trabajo con más interés y convicción, pero que vio que lo hicieron sólo por cumplir una orden.
Agregó que incluso cuando se retiraban le hablaron para informarle que ya habían subido a buscar y a preguntar pero que no habían encontrado nada.
A partir de entonces Margarita se dedicó a buscar por su cuenta a Alberto.
De tarde en tarde salía con la credencial del INE de su hijo en mano a preguntar a los que trabajaban en las obras cercanas, a cualquiera que veía con su mochila colgada a la espalda y suponía era albañil le mostraba la foto de su hijo, igual que a vecinos de colonias cercanas.
“A partir del 2019 cada Día de Muertos para mí es muy doloroso porque yo no sé si está vivo o muerto, si prenderle una veladora o no, al fin de cuentas se la prendo, por si está muerto, resignarme, y si está vivo que esa luz lo ilumine donde quiera que este”.
Reprochó que, en tanto, las autoridades le están fallando porque no buscan, “dicen que no tienen personal, que no cuentan con tiempo suficiente por los muchos casos que hay, y que hay otros más urgentes que sacar”.
Incluso contó que la Comisión Estatal de Búsqueda le hizo un análisis de contexto y la conclusión fue que salió voluntariamente del estado al norte del país, opinión que ella rechazó porque no tienen conocidos en Estados Unidos, “él no tiene ni amigos, cómo para que con alguno de ellos se haya ido”, objetó la mujer.
“Él es muy reservado, desconfiado, por más que le hubieran ofrecido un trabajo fuera no lo hubiera aceptado sin pedirme mi opinión. No es arrojado, es tímido, siempre me consulta, no es alguien que le guste la aventura. Es muy callado, muy serio, del trabajo a casa”, describió.
Agregó que con esa conclusión las autoridades pretendían cerrar el caso, pero ella se opuso y lo reabrieron, y por el contrario exigió búsquedas en vida en los reclusorios y en los anexos de Iguala, Acapulco y Taxco, petición que no ha tenido respuesta y pidió a las autoridades “que se conduelan”.
Informó que con el apoyo del Colectivo de Chilpancingo Lupita Rodríguez recientemente se reabrió el caso, se revisó la carpeta de investigación, logró una reunión con la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón y se organizó un grupo de búsqueda en vida, del que su hija la menor es la encargada.
“Ya andan rastreando los cerros de Chilpancingo y sus alrededores”, dijo e informó que se han realizado cuatro búsquedas, aunque sin resultados.

Se esperaba que con AMLO se esclarecieran los casos de desaparición, dice Atanacio quien busca a su hijo

Atanacio Molina Agustín, quien ahora es el presidente honorario del Colectivo Chilpancingo fundado por su esposa Lupita Rodríguez que falleció hace un año de Covid-19, muestra la foto de su hijo desaparecido en Chilpancingo en 2014, Josué Molina Rodríguez Foto: Lenin Ocampo Torres

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Atanacio Molina Agustín fue simpatizante de la izquierda desde joven, conoció a Heberto Castillo, militó en el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y apoyó el movimiento de Andrés Manuel López Obrador, hasta que ya como presidente de la República lo decepcionó por incumplir su compromiso con los desaparecidos.
Atanacio es padre de Josué Molina Rodríguez, desaparecido el 4 de junio del 2014 y presidente honorario del Colectivo Lupita Rodríguez (también Colectivo Chilpancingo).
El colectivo lleva el nombre de Guadalupe Rodríguez Narciso, quien fundó el anterior Colectivo de Padres y Familiares de Personas Desaparecidas, Secuestradas y Asesinadas de Guerrero y el País (Colectivo Chilpancingo).
Rodríguez Narciso falleció en agosto del 2021, víctima de Covid, sin haber encontrado a su hijo Josué, a cuya tarea ahora da seguimiento Atanacio.
En entrevista el 5 de diciembre, Atanacio contó que cuando llegó a la presidencia Andrés Manuel López Obrador los activistas tuvieron la esperanza de que finalmente se esclarecieran muchos de los casos de desaparecidos, y que se trabajaría de manera diferente a como lo venían haciendo los gobiernos anteriores.
“(Alejandro) Encinas (subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación), tenía toda la intención, le contestaba los mensajes a mi esposa (Guadalupe Rodríguez), estaba al día y Andrés Manuel le aseguró que se iba a resolver el caso”.
Reprochó que después “hubo un sesgo, cambio totalmente y le dio órdenes a Encinas que nada más siguiera como entreteniéndonos, porque no podría haber otra respuesta”.
Ahora, a cuatro años del gobierno de López Obrador con su esposa fallecida, sin que el gobierno le haya cumplido la promesa de esclarecer la desaparición de su hijo, Atanacio se dijo, “definitivamente decepcionado del gobierno de López Obrador, no veo ningún cambio, siguen habiendo muchos, miles de casos de éstos (desaparecidos), cuántas familias viven la misma angustia que nosotros. Échele lápiz cuántos casos van en este gobierno”.
En su opinión, al gobierno no le conviene o no quiere resolver el problema de los desaparecidos por complicidad, “no está claro por qué no actúan los gobiernos del estado y el federal. No sé qué compromisos tengan, lo real es que desilusiona esta gente porque prometieron tanto y al final no quieren cumplir”.
Dijo que si quisieran sí podrían hacerlo porque tienen todo el aparato del estado y el equipo suficiente para rastrear y encontrar a la gente, “cuando quieren hacerlo si lo hacen”.
Agregó que las razones podrían ser que en realidad a este gobierno no le interesa la gente, como dice, “porque cuando se trata de un diputado, de algún funcionario, o de algún caso entre amigos entonces sí los encuentran rápido y le dan solución de inmediato”.
Entrevistado en su casa que sirve de refugio y centro de atención a decenas de familias que tienen desaparecidos, Atanacio Molina dijo que el gobierno muchas veces no quiere llegar al fondo de estos casos porque no le conviene, “en muchos están los indicios, tienen toda la información pero no actúan”.
Contó que incluso en el caso de Josué, en una ocasión le dijeron a su esposa que ya iban a actuar, que la fiscal encargada de la carpeta de investigación le dijo que iba a ir a visitar a la persona, “al jefe de grupo que coordinaba esto para que le dijera donde lo dejó (a Josué), pero hasta la vez no nos ha informado nada”.
Reprochó que los familiares tienen que vivir bajo el riesgo permanente, “por lo que sabemos (de sus familiares desaparecidos) es peligroso, y a veces tenemos que convivir con la gente que nos hizo el daño”.
En el caso de Josué dijo que tienen los indicios, “pero describirlos es difícil, porque corremos riesgo”.
Derivado del trato que han dado al caso de su hijo y al de todos los desaparecidos, se dijo decepcionado del gobierno de López Obrador con el que simpatizaba.
“Yo fui simpatizante de izquierda desde joven, jamás vote por el PRI, conocí a Heberto Castillo, con él participamos en el PMT y ahora que veo las respuestas de Andrés (López Obrador y de aquí, de Félix (Salgado Macedonio), que ya sabemos que es una persona sin principios y sin seriedad, pienso que ya no podemos esperar nada de ellos”, reprochó.

El día más triste de Atanacio

La mañana del 4 de junio don Atanacio y Josué anduvieron juntos, fueron por una camioneta que el joven de 31 años había comprado, la llevaron a cambiar un muelle y después el mofle.
“Lo vi muy triste, se sentó en lo que esperamos que nos entregaran la camioneta y yo presentí algo, me pregunté que tendrá, por qué está triste, y hoy cada vez que paso por ese lugar lo recuerdo, como si lo volviera a ver ahí”, relató.
Mencionó que llegaron a su casa como a las 2 de la tarde, estacionó la camioneta y Josué llevó a su esposa a la escuela, cuando regresó recibió una llamada y se fue a la Secundaria Técnica 30 Lázaro Cárdenas del Río, de donde minutos después lo levantaron.
“Ese día se convirtió en el más triste para mí, uno se pregunta por qué a mí, por qué a nosotros, pero el destino es así, uno no sabe a quién le va a tocar y nos tocó a nosotros, eso nos vino a cambiar la vida”.
Atanacio tuvo sólo dos hijos, David, quien este 10 de enero cumplirá 42 años y Josué, quien el 30 de noviembre cumplirá 39. David era “más apegado” a su madre y Josué a él, contó.
Dijo que Josué era prácticamente un mil usos, instalaba sonidos y estéreos a vehículos y trabajaba la fibra de vidrio y la soldadura.
Por su talento se ganó el premio Vochomanía porque transformó un vocho en camioneta con sonido instalado, y participó en concursos de ese tipo en
Chilpancingo, Acapulco y Cuernavaca.
A David se lo llevaron a plena luz del día de afuera de la Secundaria Técnica 30 ubicada cerca del cuartel de la Policía Municipal de Chilpancingo.
De acuerdo con su padre hubo una persona que vio el crimen pero después se negó a proporcionar información por temor.
Josué acudió a esa extraña cita en un coche Jetta que tampoco han logrado encontrar, “se lo llevaron en su mismo coche y todavía lo obligaron a sacar dinero del banco, hay registros de que después de las 5 de la tarde fue retirar dinero”.
Atanacio dijo que a partir de entonces fueron extorsionados tres veces, le primera vez les hablaron para decirles que ya se lo iban a traer y les pidieron 27 mil pesosm la segunda 32 mil y la tercera 18.
Incluso la tercera vez la persona que les dijo que ya lo había encontrado se llevó ropa y zapatos porque les dijo que ya se los iba a llevar.
Añadió que todavía hace dos meses, a ocho años de la desaparición de Josué, una persona la aseguró: “tu hijo vive, te voy a cobrar tanto por ayudarte”, pero dijo que hicieron el trato y todavía no tiene ningún incidió a pesar de que le aseguró: “vas a tener noticias de una forma u otra vas a tener un aviso de que va a regresar o se va a comunicar contigo”.
Derivado de la desaparición de Josué, Guadalupe Rodríguez fundó el Colectivo Chilpancingo para fortalecer la búsqueda de su hijo y a la vez ayudar a otras familias con el mismo problema.
Actualmente el colectivo está integrado por 200 familias que por las gestiones de su fundadora reciben una canasta básica mensual del gobierno federal.
“Es el resultado de su lucha, los miembros del colectivo están siendo atendidos, tienen su ayuda, es lo que ella logró, y aunque es menos del gobierno del estado también les dan algo”, dijo satisfecho.
Además, del 2016 que se fundió el Colectivo al 27 de agosto del 2021 que falleció Guadalupe Rodríguez, la agrupación encontró en búsquedas de campo 200 cuerpos, pero de ellos sólo se han logrado identificar cuatro, mismos que han sido entregados a sus familiares.
“La autoridad no puede hacer gran cosa si no tiene los elementos para poder trabajar, por eso ahora el colectivo está pugnando por la creación de un centro de identificación humana y se propone que se instale en Atoyac, por lo que significan los desaparecidos desde la guerra sucia”, dijo don Atanacio Molina.

Publican ficha de búsqueda de un hombre desaparecido en Tlacotepec hace dos años

 

La Comisión Estatal de Búsqueda de Personas del Estado de Guerrero publicó un boletín para encontrar al señor Concepción Guevara Gómez de 36 años, quien desapareció hace dos años en el municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec).
El documento describe a Guevara Gómez de tez blanca, complexión delgado, ojos medianos verdes y cabello negro corto.
La víctima desapareció en septiembre de hace dos años y la dependencia pidió a la población en caso de saber de él, llamar al teléfono 747139 8846, 747116 0103 y el correo electrónico [email protected] . (Redacción / Chilpancingo).

No teme ser asesinada, dice la madre de Jonathan Romero a cuatro años de su desaparición

La señora Socorro Gil, madre del joven Jonathan Guadalupe Romero Gil, acompañada de otros familiares de desaparecidos, pidió la presentación de su hijo al cumplirse 4 años de su desaparición frente a la playa Tlacopanocha Foto: Carlos Carbajal

Jacob Morales Antonio

A cuatro años de la detención y desaparición de Jonathan Guadalupe Romero Gil, por policías municipales de Acapulco, su madre Socorro Gil Guzmán dice que no tiene miedo de ser asesinada, como otras cinco madres buscadoras en México.
“Yo jamas he tenido miedo, y yo he dicho que si me van a matar buscando a mi hijo, pues ni modo, no puedo hacer otra cosa. A lo mejor ya muerta me reuniré con mi hijo”, dijo la mujer en un acto en frente de playa Tlacopanocha, lugar donde fue detenido su hijo el 5 de diciembre de 2018, por policías municipales.
La tarde de este lunes se realizó un acto para exigir la presentación con vida de Jonathan, en el mural que su familia pintó el año pasado, frente a playa Tlacopanocha, donde se ofreció una misa. En el lugar la mujer colocó los rostros de otros jóvenes, hombres y mujeres desaparecidos, y cuyas familias se han unificado en el Colectivo Memoria, Verdad y Justicia.
Gil Guzmán informó que no hay avances en el caso y que las investigaciones han comenzado de cero por parte de la Fiscalía General del Estado, luego de que el ex fiscal encargado del caso, David García Muñoz, desapareció un video donde se aprecia el momento de la detención de su hijo.
“Están comenzando desde cero las investigaciones. Tengo confianza en que encuentren a mi hijo”. Indicó que la alcaldesa Abelina López Rodríguez intervino sólo para que la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón la atendiera.
Indicó que cambiaron muchas cosas en la carpeta de investigación y que es un trabajo complicado, porque no hay nada “partiendo de que se encargaron de borrar las evidencias”.
La mujer recordó que pidió que se investigara al dueño del bar donde trabajaba el amigo de su hijo, quien apareció muerto, pero el fiscal de ese momento no quiso que se le indagara y a ella no se le permitió declarar.
La mujer dijo que ha vivido un infierno de amenazas, extorsiones y desplazamientos, ahora viene de entrada por salida a Acapulco. Se divorció de su pareja, “es parecido al infierno vivir así

Desaparece un hombre de 45 años en Apaxtla, informa la Fiscalía del estado

 

La Fiscalía General del Estado (FGE) emitió este jueves una alerta debido a la desaparición de Omar Valentín Benigno de 45 años, ocurrida el martes de la semana pasada en Apaxtla, y al mismo tiempo informó la localización de Catalino Degante Degante, de 32, desaparecido el domingo de la semana anterior en el mismo municipio.
En publicaciones en la página oficial de Facebook de la FGE, la tarde de ayer se difundió el boletín de búsqueda de Omar Valentín ocurrida el 22 de noviembre y de acuerdo con la ficha de la alerta ¿Has visto a…?, la denuncia fue hecha el miércoles.
Se indica que desapareció en la comunidad de San Felipe del Ocote, poblado ubicado a unas dos horas de la cabecera municipal, en la que en enero de 2018 sus habitantes fueron desplazados a causa de la violencia de un grupo del crimen organizado.
Casi de forma simultánea la FGE informó la localización de Catlino Degante, quien había sido reportado desaparecido en el municipio de Apaxtla el 20 de noviembre y un día después fue hecha la denuncia.
Los casos se dan en el conflicto armado en este municipio y su vecino de Teloloapan, luego de la irrupción, primero de civiles armados con vestimenta camuflada tipo militar, y posteriormente de miembros de la autodefensa de la Policía Comunitaria de Tlacotepec que han mantenido su presencia en Apaxtla. (Alejandro Guerrero / Iguala).

Denuncian familiares de los desaparecidos de la UPOEG que la Fiscalía no les da información

Destrozos que provocaron policías estatales en las oficinas de la UPOEG de Cruz Grande el 8 de octubre, según el relato que el comandante desaparecido, Octavio Maganda, envió a la fiscal del estado, Sandra Luz Valdovinos Foto: El Sur

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

A 15 días de la desaparición de los cuatro miembros de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), los familiares no han recibido información de las autoridades respecto a los resultados de la búsqueda, declaró ayer el dirigente de la agrupación Bruno Plácido Valerio.
El comandante regional de la Policía Ciudadana de la UPOEG de Cruz Grande, Octavio Maganda Gallardo, la promotora de la organización del mismo municipio y viuda del coordinador Esteban Ramos Gallardo, Angélica López Cruz, así como Antonio Mejía Villa y Diego González Lorenzo, desaparecieron aproximadamente a las 2 de la tarde del 17 de noviembre, después de que asistieron a una reunión de la organización en Barra Vieja municipio de Acapulco.
Según el dirigente de la UPOEG, las autoridades ya suspendieron las búsquedas y hasta ayer solo los miembros de la organización seguían realizando recorridos en los pueblos que se encuentran en el trayecto de Barra Vieja, municipio de Acapulco, a San Marcos.
Sin embargo informó que en 14 días de búsqueda (iniciaron un día después de su desaparición), no han hallado indicios de su paradero y ni si quiera el vehículo en el que viajaban el día que desaparecieron.
En declaraciones por teléfono, el dirigente de la UPOEG, denunció que la Fiscalía General del Estado (FGE) ni el gobierno estatal han informado de avances o hallazgos de las investigaciones a los familiares de los cuatro desaparecidos.
Incluso dijo que se sabe que desde el sábado pasado dejaron de realizar los operativos que mantenían supuestamente en busca de los miembros de la UPOEG en el tramo de la carretera de Barra Vieja a San Marcos.
“Todo está muy raro, ya suspendieron los operativos como si no les importara que sigan desaparecidos, a la organización no tienen por qué dar información, pero entiendo que es su obligación informar a los familiares y no lo han hecho”, reprochó.
Informó que a diferencia de otros casos que funcionarios de la FGE o del gobierno del estado buscan y se reúnen con los familiares de las víctimas para darles información, en este caso no los han buscado.
“No han informado nada, hay un silencio total y eso nos parece raro, no han informado de las sábanas (de las llamadas telefónicas), ni han informado de los videos, ni se han reunido con los familiares”, reclamó.
Denunció que a pesar de que hay una queja de Octavio Maganda que presentó ante las comisiones nacional y estatal de derechos humanos antes de que desapareciera, en la que advirtió que estaba en riesgo su vida por amenazas que dejaron en un mensaje policías estatales que allanaron las oficinas de la UPOEG el 8 de octubre, los organismos no han intervenido en el caso.
Reprochó que a diferencia de otros casos, en este se está viendo mucha impunidad.
Informó que los únicos que siguen buscando son los integrantes de la UPOEG, aunque explicó que lo hacen un día sí y otro no, porque tienen que recabar fondos para la gasolina.
Agregó que la dirigencia de la organización está convocando a una reunión para el sábado para tomar acuerdos del plan de acción de los próximos días.
Mientras tanto, los familiares cercanos de los desaparecidos desde la semana pasada se han negado a hablar públicamente del caso.
Algunos de ellos reconocieron que la impunidad, indiferencia y la apatía de las autoridades, los pone en riesgo ante quienes tienen privados de su libertad a sus familiares.