Sobreviven en condiciones precarias en Ayutla 15 familias serranas desplazadas de La Laguna

Desplazados de La Laguna, Coyuca de Catalán, exigieron al gobernador, Héctor Astudillo Flores, que cumpla la Ley Número 487 Para Prevenir y Atender el Desplazamiento Interno en el Estado de Guerrero, que se hizo a partir de que ellos fueron desterrados.
Los desplazados a las comunidades de Tepango y La Unión, en el municipio de Ayutla –donde sufren desnutrición, carecen de agua potable, atención médica, alimentos y tierras para sembrar–, no pueden salir a trabajar porque todos, hasta los más pequeños tienen órdenes de aprehensión en la Fiscalía General del Estado (FGE) por el presunto secuestro de Homero Montúfar y el asesinato de dos sicarios que trataron de emboscarlos el 22 de junio del 2013, y fueron repelidos por policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Por estas acusaciones, en la cárcel de Ayutla se encuentra preso Gildardo Díaz Pérez, detenido en marzo de 2015. Su esposa, María del Carmen Santana exige la libertad del padre de sus siete hijos.
En el lugar donde se refugian, las familias solicitaron que el gobernador Astudillo Flores y su área responsable de desplazados en el estado atienda a unas 15 familias que salieron desde diciembre de 2012 de su comunidad, La Laguna, en la sierra de Coyuca de Catalán, luego de ser perseguidos por delincuentes que saquean los bosques del ejido Huajes de Ayala, rica en encinos, donde se ubicaba la comunidad de La Laguna. Recordaron que por ellos se creó la Ley 487, que no se está cumpliendo.
Las familias fueron visitadas ayer por el secretario técnico de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Manuel Olivares Hernández, para dar seguimiento y conocer en que estado se encontraban.
Una de las refugiadas, la señora Catalina Pérez reclamó la falta de ayuda del gobierno, y denunció que están olvidados y arrumbados a su suerte en los terrenos que son cuidados por policías del estado.
Informó que hace un mes acudieron a sus colonias el jefe del departamento de Agua Limpia de la Conagua, Fernando Cuevas Rosas; el jefe del departamento de Asistencia Técnica de la Comisión de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (Capaseg), Arquímides Fernández García, y el director de Gobernación del municipio de Ayutla, Raúl Pacheco Sevilla, a quienes solicitaron un pozo de agua, pero hasta ayer ninguna autoridad había regresado.
Por otro lado, el municipio de Ayutla se niega a apoyarlos “porque no son su responsabilidad”, según cuentan que les dijo el director de gobernación, a quien han recurrido en múltiples ocasiones en busca de ayuda.
Las mujeres señalaron que los funcionarios se comprometieron a gestionar el pozo de agua, que es una urgencia, incluso han elaborado un proyecto del pozo de agua con un costo de 1 millón 40 mil pesos, que incluía una red de riego de traspatio, pero que les fue rechazado.
Las mujeres mostraron que sus hijos, unos 36 niños, tienen granos rojos en el cuerpo por beber y bañarse en agua de los pequeños pozos que han hecho en el cauce de un río que pasa cerca del terreno donde viven, en La Unión.

Exigen al gobierno del estado becas alimenticias y de transporte, y proyectos productivos

También solicitaron becas de alimentación y pasajes para sus hijos, ya que deben caminar 40 minutos para llegar al kínder, a la primaria y a la secundaria.
Asimismo, exigieron al gobernador proyectos productivos para subsistir y alimentar a sus hijos, cinco de ellos nacieron en las tierras que ocupan, mismas que no se les han entregado de manera formal, porque no han sido adquiridas por el gobierno del estado, tratándose de ejidos.
Los desplazados aclararon que no están pidiendo nada regalado, sino apoyo para vivir con dignidad. Algunas de las familias rentan tierras hasta por 2 mil pesos para sembrar maíz, pero en la temporada pasada la cosecha se perdió ante la falta de lluvias.
Entre 2005 y 2012, asesinaron a 30 integrantes de las familias desplazadas. Su dirigente, Juventina Villa, y su hijo de 17 años, fueron asesinados el 28 de noviembre de 2012, cuando trataban de escapar con otras 45 familias de Puerto Las Ollas, donde buscaron refugio en abril de 2011, pero ante la falta de ayuda del gobierno regresaron a La Laguna.

Cumplen 16 días refugiados en Zitlala vecinos de Quetzalcoatlán sin alguna propuesta

La tercera parte de la población de Quetzalcoatlán cumplió 16 días refugiada en la cabecera municipal de Zitlala, ante el temor de regresar a su pueblo y ser víctimas de la delincuencia organizada y no saben que pasará con ellos porque no hay ninguna propuesta del gobierno, dijeron.
En un recorrido realizado ayer, se observó que los 74 vecinos de esa comunidad permanecen en el albergue habilitado en el auditorio municipal, bajo el resguardo de cuatro patrullas de la Policía Estatal.
Los damnificados dijeron que han recibido ropa del gobierno municipal y vecinos de Chilapa, además de alimentos del DIF municipal.
A las siete de la mañana, las mujeres y hombres se levantan para iniciar sus trabajos con palma; la ponen a secar y se disponen a tejer rollos de 20 metros para venderlos a tres pesos cada uno a los clientes que acuden al albergue.
Los pobladores indicaron que aún no tienen un planteamiento concreto del gobierno municipal, encabezado por el priista Roberto Zapoteco Castro, y no saben que pasará con ellos.
Insistieron en pedir resguardo policiaco en su región, ubicada a dos horas de la cabecera municipal de Zitlala, y ayuda alimentaria.
Ayer durante la visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el gobernador Héctor Astudillo Flores a Chilapa no se tocó el tema de los desplazados por la delincuencia organizada.
Tampoco se pudo contactar al alcalde Roberto Zapoteco, que este domingo les tomará protesta a comisarios y delegados de 28 localidades.

Hubo 12 mil 590 desplazados por la inseguridad en Guerrero de 2009 a 2014, informa el Inegi

En Guerrero, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 117 mil 365 personas que se han desplazado a otros estados, de los que 12 mil 590, el 10.7 por ciento, lo hicieron a causa de la violencia y la inseguridad.
Con motivo del Día Internacional del Migrante, el Inegi publicó este miércoles datos de la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (Enadid) 2014, que señala que, de 2009 a 2014 se desplazaron 185 mil 936 personas a causa de la inseguridad o la violencia en México.
Además, indica que seis de cada 100 personas cambiaron de estado por el mismo motivo. Los estados con más desplazamientos por inseguridad o violencia son, en primer lugar Tamaulipas, con 41 mil 47 personas desplazadas; en segundo lugar Chihuahua con 26 mil 519; la Ciudad de México, con 22 mil 904 desplazados; el Estado de México, con 18 mil 856; y Guerrero, en quinto lugar, con 12 mil 590.
Los datos del Inegi revelaron que en el país, un total de 2 millones 894 mil 229 personas migraron a otros estados de 2009 a 2014, por distintos motivos; el mayor porcentaje, 1 millón 317 mil 883 personas (45.5 por ciento) se reunieron con otros familiares; en busca de trabajo cambiaron de estado 492 mil 369 personas (17 por ciento); por cambio de trabajo, 299 mil 482 personas (10 por ciento); por estudios, 216 mil 750 personas (7 por ciento); por inseguridad y violencia, 185 mil 936 desplazados (6.4 por ciento); 368 mil 179 (12.7 por ciento) se desplazaron por otra causa; y 13 mil 630 (0.5) dijeron que no saben.
En Guerrero, del total de 117 mil 365 desplazados, 44 mil 638 (38 por ciento) lo hicieron para reunirse con sus familias; 29 mil 405 (25.1 por ciento) en busca de trabajo; 14 mil 324 (12.2 por ciento) para estudiar; 10 mil 556 (9 por ciento) cambio de trabajo; 12 mil 590 (10.7 por ciento) por la inseguridad o violencia, 5 mil 670 (4.8 por ciento) por otra causa y 182 personas (0.2 por ciento) no sabe.

Los casos consignados en Guerrero

El desplazamiento en Guerrero mantiene a familias desterradas de sus comunidades. El 5 de junio del 2014, 250 personas de las comunidades de Santa María Sur y El Barroso se trasladaron hacia Ajuchitlán del Progreso, de donde se mudaron a Iguala, Cuernavaca, Guadalajara, Colima, el Estado de México y Acapulco, para alojarse con familiares o amigos; otras 96 viven en Chilpancingo.
Luego de que el 9 de agosto de 2013 un grupo de delincuentes encabezó una agresión armada en la comunidad San Juan Tehuehuetla, 80 familias de la parte serrana del municipio de San Miguel Totolapan se refugiaron en Tecpan de Galeana.
En agosto del 2013, 35 familias desplazadas por la violencia de la comunidad de Las Chascuitas, San Miguel Totolapan, llegaron a Acapulco y estuvieron refugiadas en las instalaciones de la Arquidiócesis, después no se supo adónde fueron asentadas.
Desde el 2 de diciembre de 2012, 14 familias desplazadas de La Laguna, Coyuca de Catalán viven en la comunidad de La Unión, Ayutla. Las familias fueron desplazadas de sus tierras por delincuentes que mataron a unos 30 de sus integrantes entre 2005 y 2012, según datos del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad.

Iba a señalar a criminales de Los Rojos el civil retenido en Carrizalillo, dicen sus familiares desplazados en Iguala

Desplazados por la violencia de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri (Zumpango), reclamaron ayer justicia y la liberación de su familiar Modesto Peña Celso, retenido este miércoles por pobladores junto a agentes de la Policía Federal y trasladados a las instalaciones de la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Chilpancingo, acusados de ser parte del grupo criminal Guerreros Unidos.
Según los familiares del civil señalado por autoridades de Carrizalillo de ser un halcón, iba en apoyo de los agentes federales a señalar a presuntos integrantes de la delincuencia organizada, entre ellos al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García.
En la tarde después de protestar en la sala San Luis en el centro de esta ciudad, en la que el gobernador Héctor Astudillo Flores, el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación (Segob), Arturo Escobar y Vega, el delegado federal en Guerrero de la Segob, Erik Castro Ibarra y el alcalde Esteban Albarrán daban una conferencia de prensa, unos 100 desplazados de Carrizalillo se inconformaron para pedir una audiencia con el gobernador, y fueron atendidos por Castro Ibarra en el auditorio del Palacio Municipal.
En la mañana integrantes de la familia Peña Celso, en su mayoría mujeres, ofrecieron una entrevista exclusiva en su casa al norte de la ciudad, donde el 21 de octubre dos de sus integrantes, Antonio y Onofre Peña –padre e hijo- fueron ejecutados por hombres armados, hecho en el que otras dos personas fueron asesinadas y una más herida.

Los Rojos infiltraron la comunidad y cobran piso a trabajadores de la mina de Gold Corp y a los ejidatarios, denuncian

Informaron que desde marzo de este año, 300 integrantes de estas familia fueron desplazados por la ola de violencia, de inseguridad, amenazas y extorsiones de delincuentes a los que relacional con la banda de Los Rojos, a los que también responsabilizan del asesinato de 11 integrantes de esta familia y la desaparición de cuatro más desde el 15 de abril de 2013, quienes levantaron y desaparecieron a Sergio Peña, Mario Gómez Pereyra y Pedro Celso Solís.
Denunciaron que la banda delincuencial logró penetrar e “infiltrar” puestos estratégicos en Carrizalillo, como la comisaría ejidal, el comisariado, la Secretaría General del sindicato de Gold Corp, a empleados de la mina y a la policía comunitaria, quienes cobran “derecho de piso” en abril de cada año, cuando reciben las utilidades de la mina, por cantidades de 10 mil a los cerca de 800 mineros y 40 mil a los 159 ejidatarios.
Uno de los integrantes de la familia, Valeriano Celso Solís dijo que al no entregar ellos la cuota que les pedían, el 3 de marzo fueron levantados y asesinados Mauro Galicia Peña, Juan Carlos Peña Celso y José Elí Merino González, y fueron hallados semienterrados en una fosa clandestina en la comunidad de Mazapa.
En abril, dijo, también fue levantado y desaparecido su hermano, Pedro Celso Solís, caso del que culpa al comisariado Ricardo López y a Silvestre López Peña, El Cebo, a quien también señalan de los asesinatos de Antonio Peña Montiel y Onofre Peña Celso, ocurridos el 21 de octubre en esta ciudad.
Los integrantes de la familia pidieron al gobierno estatal y federal justicia y la liberación inmediata de Modesto Peña Celso, hijo de Antonio Peña y hermano de Onofre Peña, quien aseguran iba como “testigo protegido” para colaborar con la Policía Federal, con la intención de señalar a quienes presuntamente tienen vínculos con la banda de Los Rojos, “sólo buscaba justicia por la muerte de su padre y de su hermano”.
Dijo que la Policía Federal le confiscó armamento al comisariado Ricardo López, y que cuando iban a hacer un cateo en su casa sonaron las campanas del pueblo, la gente se reunió y retuvieron a los agentes federales y a Modesto Peña, quien vestía una camisola de la corporación para que no fuera identificado.
Agregó que por presión del grupo delincuencial y el comisariado, 35 integrantes de esta familia que trabajaban para la mina de Gold Corp fueron despedidos y liquidados, y ahora se les impide entrar al pueblo de donde son originarios o trabajar para la mina, lo que ha dejado a las familias sin empleo y sin casas.
Negaron operar para el grupo Guerreros Unidos como ha sido señalado por el comisariado y que Modesto Peña sea halcón de ese grupo criminal.
Al mostrar fotografías periodísticas publicadas en los diferentes medios informativos sobre la detención de Modesto Peña, señalaron a varias de las personas que pedían su linchamiento, a quienes ubican como gente que no es de Carrizalillo, sino de las comunidades de Tenantla, como Nahúm Villalba y otros de Amatitlán, que presuntamente operan para la banda de Los Rojos, “queremos gritar al gobierno federal y estatal que si no ven la maldad en esta pinche mina, tienen que ver quiénes son los verdaderos delincuentes”.
Mostraron mensajes de texto en los que han recibido amenazas de la gente que los orilló a abandonar su pueblo, “vamos a acabar con todos, vayan comprando las cajas” y “qué hay perros ya faltan pocos y ahora le tocó a tu familiar perros”, uno de esos mensajes fue enviado al teléfono de Onofre Peña, un día antes de que fue ejecutado.
Pidieron la liberación de Modesto Peña, una investigación a fondo al comisariado Ricardo López y a la mesa directiva de las autoridades ejidales, quienes reciben el dinero de la minera por el uso del suelo ejidal, así como cateos a las casas de esas personas.

Les ofrecen seguridad

Cerca de las 4 de la tarde unos 100 integrantes de la familia Peña Celso, entre mujeres, niños y hombres, fue atendida en el auditorio del Palacio Municipal por el delegado de Gobernación Erik Castro, el inspector jefe de la Gendarmería con base en Iguala, Salvador Santos Reyes y el representante de la oficina del gobernador Héctor Astudillo, Alejandro Bravo Abarca, entre otras autoridades locales de gobernación.
Los inconformes mostraron mantas y cartulinas en las que exigían a las autoridades justicia y la liberación de su familiar Modesto Peña, así como la investigación del comisariado ejidal Ricardo López y de Silvestre López Peña.
Después de escuchar sus planteamientos, el delegado ofreció seguridad a partir de la tarde de ayer a los cerca de 300 integrantes de la familia, que fueron desplazados y que se asentaron en cuatro colonias al norte de Iguala: Nuevo Horizonte, Luis Donaldo Colosio, Franja de Santiaguito y Hábitat.
Se comprometieron a abrir carpetas de investigación por los 11 asesinados y los cuatro desaparecidos, así como la investigación de los crímenes y recibir atención a través de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), para tener derecho al trabajo, a la vivienda y seguridad.
Alejandro Bravo ofreció el apoyo del gobierno del estado para brindarles la seguridad “que sea necesaria a quienes han sido desplazados”.
Dijo que retomarían la investigación para la presentación de quienes fueron desaparecidos, entre ellos Pedro Celso Solís.
Se anunció que el 4 de noviembre se reunirán nuevamente con éstas y más autoridades como la PGR, y agentes del Ministerio Público para darle seguimiento a sus peticiones.