Promueven a Sheinbaum en Acapulco una colectiva y un frente de transportistas

Daniel Velázquez / Jacob Morales Antonio

La colectiva Morenas Guerrero realizó un recorrido por Caleta, en el distrito 4, para promover las aspiraciones de la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, a la candidatura presidencial por Morena; mientras, con el mismo, fin integrantes del Frente Amplio de Transportistas hicieron una concentración en el bulevar Vicente Guerrero.
Morenas Guerrero recorrió la avenida Gran Vía Tropical, mercado Santa Lucía, barrio del Tambuco, para platicar con comerciantes y vecinos sobre Sheinbaum Pardo. En el recorrido entregaron el periodico P4triotas, que es una publicación de tamaño tabloide de ocho páginas, dedicada a la jefa de gobierno, se edita bimestralmente.
Una de las integrantes de la colectiva, Marisol Bazán Fernández, indicó que la respuesta de los vecinos fue buena y encontraron que las mujeres se entusiasman con la idea de que una mujer llegue a la presidencia de la República.
Las actividades casa por casa para hablar de la jefa de Gobierno se van a hacer en todos los distritos de Acapulco y también van a replicarlo en otros municipios de la entidad, porque la intención es seguir el ejemplo del presidente de la República Andres Manuel López Obrador de estar cercanos a la gente.
Bazán Fernández indicó que a los vecinos se les comparte la trayectoria política, académica y científica de la jefa de gobierno y uno de los datos que más sorprende a los ciudadanos es que fue ganadora de un premio Nobel y les emociona la idea de que una mujer tenga posibilidades reales de ganar la contienda presidencial.
Abundó que al informarles del trabajo y trayectoria de Claudia Sheinbaum lo que se busca es llegar a la conciencia de la gente “esta revolución se está haciendo a través de la palabra, porque es la revolución de las conciencias, del colectivo de la gente”.
Dijo que el respaldo de Morenas Guerrero a favor de Claudia Sheinbaum “es porque como mujeres creemos que ya es momento que haya una mujer presidente en el país”.
Lucía Mariana Jaimes Alarcón indicó que actividades similares se van a realizar en los municipios de Mochitlán, Chilpancingo, Chilapa, Tixtla, Taxco y Atoyac.
Teresa Nava Alfaro dijo que su intención al dar a conocer a la jefa de gobierno entre los vecinos es para hacer historia con ella y romper la inercia de 500 años en los que el país ha estado gobernado por un varón.
El sábado, poco después de las 10 de la mañana, choferes de taxis rojos con blanco y camionetas de pasajeros se concentraron en la lateral del bulevar Vicente Guerrero, cerca de la Central de Abasto.
Los transportistas pegaron microperforados en los medallones de los taxis y cofres de las camionetas donde se leía “es Claudia” con la imagen de ella con López Obrador.
Durante la actividad, los choferes gritaron consignas a favor de Claudia Sheinbaum, porque aseguraron que ella dará continuidad a la cuarta transformación.
En declaraciones a reporteros, el integrante del Frente Amplio de Transportistas, Fidel Nuñez Burgos, dijo que están haciendo estas actividades en respaldo de la jefa de gobierno, en quien confían que sí atenderá el transporte y sostuvo que la campaña de apoyo es de su propia iniciativa, así como los gastos de la propaganda.
El dirigente del frente manifestó que apoyaron a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y a la alcaldesa Abelina López Rodríguez para llegar a la administración pública, “ahora nosotros estamos apoyando a Claudia”.

 

La mentira y la restauración de Luis XVIII

 

Habría tantos aspectos de lo sucedido en México a lo largo del último par de días que podríamos escribir páginas interminables al respecto. Pero como unos y otros van a decir más o menos lo mismo, me centraré en dos temas: uno, sobre el cual nadie hablará, otro evidente pero imposible de silenciar.
El primer párrafo del discurso en la Cámara de Andrés Manuel López Obrador contiene una gran mentira. Por enésima vez desde el 1 de julio, repite que le agradece a Enrique Peña Nieto no haber intervenido en las elecciones de este año. Es falso: Peña intervino de manera tan abierta –o más descarada– que Fox y Calderón, sólo que no en contra de AMLO. Utilizó toda la fuerza del Estado mexicano, y en particular a la PGR, el SAT, Notimex, y la propia Presidencia, contra el candidato del Frente.
El supuesto escándalo de Barreiro y la bodega de Querétaro golpearon severamente a la campaña de Ricardo Anaya. ¿Cuánto? Imposible saber. Pero sí es un hecho que todo fue inventado por el gobierno de Peña, presentado ante la prensa con la ayuda del gobierno, en los momentos más delicados de la campaña (cuando no se podía responder con spots), y cuando ya era evidente que la aspiración del PRI de ocupar el segundo lugar era absurda. Los medios más afines al gobierno hicieron la tarea; los columnistas pagados, también. Surgió una acusación de corrupción basada en nada, en hechos inexistentes, todo ello urdido por Peña Nieto.
No conozco a un solo observador del proceso electoral que no admita en privado que así fue. El debate es sobre la habilidad –o falta de la misma– de Anaya para responder, y cuanto se modificó el resultado de la elección. Pero la mejor prueba de la inexistencia del caso de corrupción, y del carácter electoral del escándalo, reside en el absoluto silencio al respecto a partir del 1 de julio. Peña no presentó expediente alguno contra Anaya, ni contra Barreiro; la PGR no volvió a abrir la boca; los medios tan obsesionados por el tema antes del 1 de julio no hablaron nunca más del asunto. En un diario se informó que se extinguió la acusación contra Barreiro porque renunció a recuperar su bodega; algunos me han dicho que Peña ya se la devolvió. El ex presidente sí intervino en el proceso electoral, y AMLO miente.
El segundo comentario se refiere al contenido de ambos discursos del nuevo presidente. Detalles más detalles menos, reproduce casi con exactitud el espíritu y la letra de su libro, La salida, publicado a principios de 2017. El análisis, el diagnóstico, la historia, las propuestas, su justificación, son idénticas a lo dicho el sábado en su toma de protesta.
Algunos celebrarán la congruencia argumentativa, la continuidad programática, la fidelidad a las tesis. Parte hay de cierto en esto: AMLO dice lo que hace y hace lo que dice. A la pregunta de ¿qué va a hacer? La mejor respuesta siempre ha sido: lo que dijo. Pero existen motivos para preocuparse de tal perseverancia conceptual.
Significa en el fondo que nada de lo que vivió López Obrador durante estos dos años le hizo cambiar de opinión, salvo la militarización de la policía a través de la Guardia Nacional. Un año y medio de campaña, con innumerables entrevistas, encuentros, debates con candidatos o con columnistas, corresponsales, empresarios, visitantes extranjeros, no bastaron para modificar sus puntos de vista. Cinco meses como presidente-electo, de estudio, discusión, negociación y una perspectiva única en México, resultaron insuficientes para rectificar errores obvios, descartar propuestas aberrantes, o abrazar nuevas ideas. Lo que ha sucedido en México y en el mundo en estos dos años, tampoco.
En pocas palabras, o bien Andrés Manuel se siente tan convencido de todo lo que escribió en 2017, como hoy, casi al comenzar 2019, o bien nada de lo vivido este tiempo le sirvió para aprender algo que a su entender valiera la pena. Después de la derrota definitiva de Napoleón y la restauración de la monarquía francesa en 1815, se atribuyó a Luis XVIII la frase memorable, probablemente de Talleyrand: “Rien appris, rien oublié”. Nada aprendido, nada olvidado.