Reportan seis muertos en enfrentamiento entre el crimen organizado y vecinos de Pueblo Viejo

Seis muertos, entre ellos una mujer y un niño, así como cuatro hombres adultos, era hasta anoche el resultado de un enfrentamiento entre unos 300 integrantes de un grupo de la delincuencia organizada y habitantes de Pueblo Viejo, municipio de Heliodoro Castillo (sierra de Tlacotepec), a donde los pistoleros habían intentado entrar desde el mediodía del jueves.
Vía telefónica, habitantes de esa localidad, a unas cinco horas de Filo de Caballos denunciaron angustiados que hasta la tarde de ayer no habían sido atendidos sus insistentes llamados de auxilio para que las fuerzas federales y estatales fueran a apoyar al pueblo ante la embestida del grupo armado, que, denunciaron, encabeza Juan Castillo Gómez, El Teniente.
A partir de las primeras horas de ayer, los pistoleros habían cortado el servicio telefónico y la energía eléctrica como parte de las hostilidades a los habitantes, a quienes quieren presionar para que se unan a su grupo delincuencial que ya ha asumido el control de comunidades vecinas como Tecomazúchitl, Campo Morado, Barrales, Capulines y El Frío, informaron.
Después del mediodía de ayer sólo se pudo tener comunicación con un grupo de alumnas y sus padres del Colegio de Bachilleres, quienes desde la mañana del jueves salieron de Pueblo Viejo a Filo de Caballos para participar en un torneo de básquetbol y ya no pudieron regresar debido a que el grupo armado tenía cercado al pueblo y no dejaba entrar ni salir a nadie.
Las alumnas informaron que el viernes por la mañana sus familiares les avisaron vía telefónica que no regresaran porque el grupo armado mantenía tomado el pueblo. A partir de la mañana de ayer perdieron la comunicación telefónica, porque los delincuentes cortaron el servicio, la energía eléctrica e impedían la entrada del transporte público.
Demandaron la presencia de los militares y de la Policía Estatal para asumir la seguridad de la población y para reguardar la salida de quienes quisieran abandonar la localidad.
Las fuentes informaron que desde el mediodía del jueves habían ocurrido varios tiroteos y que varias casas de las orillas habían sido incendiadas. Los ataques a la población, aseguraron, habían dejado hasta la tarde de ayer seis muertos.
Denunciaron que desde la tarde del jueves realizaron llamadas a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a la 35 Zona Militar, a la Marina, al 50 Batallón de Infantería y al servicio de emergencia 911, pero que hasta la tarde de este sábado ninguna corporación había acudido a prestar auxilio a la población.
Informaron que el grupo armado es encabezado por Juan Castillo Gómez, El Teniente, y Enrique Guzmán García, El Zacra, que pertenecen a un grupo delincuencial de Tlacotepec, que está bajo el control de Onésimo Marquina.
Un vecino denunció que se comunicaron vía telefónica, con el presidente municipal de Heliodoro Castillo, el priista Juan Pedro Salgado Román, y le pidieron que fuera intermediario ante las autoridades federales y estatales para que acudieran a auxiliar a la población, pero que el alcalde les dijo que ya se había comunicado al pueblo y que no había pasado nada. El reportero se comunicó vía telefónica con el alcalde pero no obtuvo respuesta.
El vocero en materia de seguridad del gobierno del estado, Roberto Álvarez Heredia, informó que a las 9:40 horas de ayer se recibió una llamada al servicio de emergencia 911 informando del enfrentamiento en ese pueblo. Dijo que de la Secretaría de Seguridad Pública se comunicaron con el presidente municipal y con el director de seguridad pública municipal, Valentín González Luna, que reportaron que dos grupos de la Policía Municipal acudieron al pueblo y se entrevistaron con pobladores y les dijeron que los disparos se escucharon en Las Juntas, municipio de Lonardo Bravo.
Dijo que se comunicó con el director de Seguridad Pública del municipio de Leonardo Bravo, Arturo Pérez Romero, y le aseguró que no tenía registrado ningún incidente en ese pueblo. Álvarez informó que sin embargo, siguieron recibiendo llamadas de los habitantes y que un helicóptero de Seguridad Pública se trasladó a la zona y realizó sobrevuelos en la comunidad pero que no detectó nada irregular desde el aire y que por la falta de condiciones orográficas para aterrizar tuvo que regresar a la capital.
Informó que por instrucciones del gobernador Héctor Astudillo, después del mediodía salieron por tierra elementos del Ejército y de la Policía Estatal, pero casi a las 8 de la noche, informó que no había recibido ningún reporte “de lo que encontraron o no encontraron”, pues desde la capital se hacen 10 horas de camino y que posiblemente aún no habían llegado.
Vía telefónica, a las 8 y media de la noche, habitantes de La Guitarra que se encuentra a unos 20 minutos de Pueblo Viejo, informaron que al medio día vieron que llegó un helicóptero pero que minutos después se retiró, y negaron que hayan llegado militares y policías estatales. “Aquí no hay gobierno, no hay ley”, dijo una mujer angustiada.
Informó que desde el jueves varios habitantes de Pueblo Viejo no podían llegar y que se encontraban refugiados en La Guitarra en espera de que se tranquilizara la situación. Entre llantos, una mujer narró que ella no sabía nada de sus padres y de sus hermanos que se encontraban en Pueblo Viejo, “me dicen que hay muchos muertos y muchas casas quemadas”, dijo e insistió en que nadie del gobierno había acudido.
“El gobierno no hace nada, no sé si porque les tiene miedo o porque son sus cómplices, seguramente van a querer llegar hasta que ya estén todos nuestros familiares muertos”, dijo al borde de la desesperación, ya casi a las 9 de la noche.
La fuente contó que vía radio escucharon que los sicarios que pretendían entrar al pueblo pedían que les entregaran al comisario municipal Tomás Lucena Barrera, de quien desconocían su paradero hasta la tarde de ayer sábado.
Pueblo Viejo ha sido objeto de ataques desde hace cuatro años por el grupo armado que encabeza Juan Castillo Gómez que pretende asumir el control del pueblo; según vecinos, el grupo de sicarios arremetió nuevamente debido a que los habitantes pretenden organizar su grupo de autodefensa.

Ejecutaron a un comandante de la UPOEG, a su hijo, dos sobrinos y un menor en la sierra

Un menor de 14 años, un comandante de la recién creada Policía Ciudadana, su hijo y dos de sus sobrinos, fueron emboscados y ejecutados el 24 de mayo en el Crucero del Jilguero, entre las comunidades de Los Bajos y Vuelta del Sur, del municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec).
Las víctimas eran originarias de Vuelta del Sur y fueron atacadas por hombres con armas y uniformes tipo militar, según testigos, los criminales habían llegado a esa comunidad una noche antes a bordo de una camioneta de redilas.
Los familiares de las víctimas denunciaron el caso el sábado pasado en una reunión en Chicahuales, municipio de Leonardo Bravo, en donde más de 50 comunidades aprobaron su adhesión a la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) y a su sistema de seguridad y justicia para conformar la Policía Ciudadana para que se encargue de la seguridad de los pueblos de la zona.
Las víctimas son Martín Ramírez Gregorio, conocido en la zona como el Comandante 4 de la Policía Ciudadana de Vuelta del Sur; su hijo Luis Alberto Ramírez Marcelo; sus sobrinos Rafael Trujillo Ramírez y Leonardo Guzmán Marcelo, así como un menor de 14 años de edad.
Los familiares denunciaron que ninguna autoridad acudió para tomar conocimiento de la masacre e iniciar la averiguación correspondiente y que mucho menos se está investigando ni haciendo nada para detener a los responsables que, dijeron, se refugian en la comunidad de Tecamazúchitl, del mismo municipio de Heliodoro Castillo.
Martín Ramírez Gregorio era hijo de Tomasa Gregorio Barragán, a quien el 23 de abril del año pasado, presumiblemente el mismo grupo delictivo ejecutó en esa comunidad a su nieto José Luis Trujillo Ramírez y a su yerno Manuel Guzmán Ramírez.
Los familiares de las víctimas denunciaron que en esa ocasión los delincuentes asesinaron a otras cinco personas, entre ellas una mujer embarazada y a su hijo de aproximadamente 4 años, así como a otro hombre del que no recordaron su identidad.
La madre del comandante, la esposa Reyna Marcelo Oláis, la madre de Luis Alberto Ramírez Marcelo, así como la tía de Rafael Trujillo y Leonardo Guzmán, denunciaron que las dos masacres no se han investigado ni las autoridades buscan a los responsables.

El comandante Martín Ramírez Gregorio

A raíz de la impunidad de la masacre del año pasado, en la que murió su sobrino y su cuñado, el Comandante 4 creó un grupo de la Policía Ciudadana de la UPOEG para encargarse de la seguridad de su comunidad.
El martes 24 de mayo Martín Ramírez y su grupo hacían un recorrido aproximadamente a la 1 de la tarde en la carretera que comunica a su pueblo, y al llegar al crucero de El Jilguero fueron emboscados y asesinados cinco de los integrantes de su grupo, incluido el menor de 14 años que los acompañaba.
“Ellos andaban trabajando por la seguridad del pueblo, por eso los mataron”, dijo Reyna Marcelo, esposa del Comandante 4 durante la asamblea de la UPOEG en Chicahuales,  donde asistieron comisarios y representantes de más de 30 pueblos que aprobaron su adhesión a esa agrupación y a la Policía Ciudadana.
Según testigos, en la emboscada participaron de entre 12 a 15 hombres con armas y uniforme tipo militar, entre ellos reconocieron a Juan Castillo Gómez, conocido en esos pueblos como El Teniente, además de Avelino Márquez Guzmán, Enrique Guzmán García y otra persona al que sólo identifican como El Pica, quienes radican en la comunidad de Tecomazúchitl, municipio de Heliodoro Castillo.
Los familiares contaron que el grupo armado llegó a Vuelta del Sur la noche anterior a bordo de una camioneta particular de redilas, todos vestidos con uniformes tipo militar y portando armas largas, igual que las que usan los militares.
“Yo creo que ya andaban rondando por allí, queriendo matar al Comandante 4”, dijo un familiar de las víctimas.
Consultadas al término de la asamblea, Tomasa Gregorio y Reyna Marcelo exigieron justicia y denunciaron que las autoridades no subieron a tomar conocimiento del caso para integrar la averiguación previa y que ninguna corporación policiaca ha subido para investigar el caso.
Tomasa, de unos 75 años, dijo que se siente desamparada totalmente, y que los últimos hombres con los que contaba dentro de su familia eran su hijo y sus dos nietos que le mataron el martes pasado. “Yo contaba en la casa con mi hijo y con mis dos nietos, pero ya me los mataron, y ahora no sé qué voy a hacer”, dijo a punto de desfallecer.
Contó que hace medio año falleció su esposo y que su yerno asesinado el año pasado le dejó a su hija muy enferma  de diabetes.
“Ahora no sé de que o como voy a vivir, si con mis hijos y mis nietos eran con los únicos que contaba. Eran los que me ayudaban. El día que me los mataron yo sentía que me iba a morir, que ya no iba a aguantar tanto dolor”.
Dijo que del gobierno es el único responsable de la violencia que se vive en esos pueblos y que no ha recibido nada, “por el contrario, yo creo que se vende (el gobierno) o no sé por que respaldan a esa gente, no es posible que les permitan cargar armas y uniformes que usa el Ejército”, se quejó.
“Nosotros ya no sabemos que pensar, no sabemos que está pasando, no entendemos por que los dejan hacer estas cosas sin que nadie les haga nada. Eso es lo que quisiéramos saber. Queremos el apoyo para que esa gente cuando menos se largue de por aquí” exigió.
Por su parte, Reyna Marcelo contó que su esposo trabajaba por la seguridad del pueblo desde finales del año pasado cuando constituyó el grupo de la Policía Ciudadana junto con otras comunidades de los municipios de Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo, Chilpancingo y Eduardo Neri.
Incluso informó que acudiría junto a su grupo de policías ciudadanos a la reunión que se hizo este sábado para continuar con la organización de los pueblos para la conformación de su grupo de policías ciudadanos, porque el gobierno no les ha ayudado con la seguridad a los pueblos que siguen siendo atacados por los delincuentes, sin que nadie los detenga.
“Estamos confundidos. No sabemos en quien confiar, llegan (los delincuentes) a las comunidades con armas y uniforme militar, y uno dice pues son militares, y onde que no son, y en vez de cuidarnos nos atacan”.
“Por eso queremos que el gobierno no se preste para esas cosas, porque como ellos (los delincuentes) consiguen esas armas de los militares, como permite el gobierno eso”.