Denuncian padres de familia de una primaria de Cochoapa el Grande fraude de un ex maestro

 

Padres de familia de la primaria bilingüe Yucu Sami, ubicada en Yuvi Chonuhu, municipio de Cochoapa el Grande, denunciaron que la escuela está cerrada desde agosto porque el maestro Félix Rivera Chávez desvió recursos del programa de Escuelas de Calidad y sólo acudió al inicio del ciclo escolar para el proceso de inscripción.
En una visita a la redacción de El Sur, los padres de familia, representados por la presidente del comité Marcelina Ignacio Castro, y el secretario José Ignacio Castro, informaron que la escuela quedó a la mitad del proceso de restauración, por lo que los directivos suspendieron las clases desde agosto.
De acuerdo con los padres de familia, Félix Rivera Chávez no tiene ningún cargo en la escuela, pero asumió la responsabilidad de recibir los recursos del programa de Escuelas de Calidad y le dijo al comité que las autoridades destinaron 416 mil pesos para la restauración de las instalaciones, a pesar de que el programa establece que el apoyo económico es de 500 mil pesos.
Según los padres, Rivera Chávez también desvió los recursos del programa de Escuelas de Tiempo Completo en complicidad con el supervisor de la zona escolar 35, Arturo Victoriano Castorena.
Los padres de familia señalaron que el director, de quien no precisaron su nombre, no intervino para solucionar la falta de recursos para la restauración de las instalaciones, y tampoco para que las clases se vieran afectadas.
El 9 de octubre se le informó a los padres de familia que Félix Rivera Chávez sería enviado a otra escuela y que otro maestro lo sustituiría, pero no se le investigó por el presunto desvío de recursos, lo que consideran una irresponsabilidad de las autoridades, y tampoco llegó el profesor que se anunció.
Los padres de familia reprocharon que Rivera Chávez no les explicó en qué se gastaron los recursos que se destinaron a la escuela y que el maestro maltrataba verbalmente a los alumnos, a quienes les decía que eran “pendejos” cuando se les dificultaba aprender alguna lección.
La primaria bilingüe Yucu Sami es la única que hay en Yuvi Chonuhu; la comunidad está a una hora y media de viaje desde la cabecera municipal de Cochoapa, ahí se habla tun savi y carece de comunicación telefónica, por lo que los padres de familia tuvieron que trasladarse a la capital para exigir que se regularicen las clases en la escuela, o cambiarán a sus hijos de institución, la más cercana se encuentra a media hora de distancia a pie, en Calpanapa.
Los padres de familia fueron recibidos el viernes por el director de Educación Indígena de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Silvio Molina Ruiz, quien les dijo que se atenderá el problema en la escuela, “cuando sea posible”, pues la dependencia carece de recursos para enviar a alguien a investigar la situación en la comunidad.
Por último, los padres de familia llamaron al secretario de Educación del estado, José Luis González de la Vega Otero, para que atienda el problema en la primaria bilingüe Yucu Sami, y que la educación de sus hijos no sea afectada.

No es un camino para que transiten personas, dicen los manifestantes

 Hay una banda de música acompañándolos. De vez en cuando desempolvan sus instrumentos y los hacen sonar para su gente, entre carteles que aluden tanto al Poder Ejecutivo federal como al estatal y en los que se leen distintas leyendas: “basta de engaños”, “la Montaña en lucha”, “qué viva la Montaña”, “unidos ganaremos”, entre otras no menos firmes.

Ortiz Montealegre prosigue y menciona la necesidad de que “los comisarios y el Comité tengan presencia y una activa participación” en la pavimentación para evitar “que se despilfarren los recursos”. Pero también “para que se haga una buena obra. No queremos que pase lo que está pasando en la carretera Tlapa-Marquelia. Todos sabemos que se ha inaugurado dos o tres veces por los presidentes de la República, y más tardan en terminar que ya están los baches nuevamente. Queremos que haya calidad, que se cumplan los procedimientos técnicos”.

Un promotor de Derechos Humanos de la comunidad de Atzompa, municipio de Metlatónoc, Félix Rivera Chávez, sintetiza en tres palabras lo que es vivir del otro lado del camino de terracería: “sufrimos el camino”, dice. Y un habitante de la comunidad de Francisco Madero, también de Metlatónoc, refuerza el sentido de esa frase cuando cuenta que “ha habido muchos accidentes” y que “como está el camino ahorita, no es para que transiten personas, sobre todo las señoras que traen niños o que están enfermas, que tienen que viajar durante cuatro horas en temporada seca” para llegar al hospital más cercano, el de Tlapa. O muchas más horas si es época de lluvias, las cuales vuelven aún más crueles las distancias y la falta de obras públicas para los indígenas.

Por otra parte, este mismo hombre destaca que es “lógico” que deseen “tener una carretera digna” porque con frecuencia deben venir a Tlapa a comercializar sus productos, por lo cual les urgen “mejores vías de comunicación”. Asimismo, todo tipo de abarrotes en Metlatónoc

cuesta el doble que en Tlapa debido a que “el camino está feísimo”. Quienes se perjudican con esto estiman que si la carretera estuviera en condiciones, los precios de los productos básicos serían más baratos.