Se corregirá lo que sea necesario, dice el alcalde de Taxco sobre las mamparas clausuradas



Los sellos de declaratoria de suspensión por parte del INAH y de la Junta de Conservación en las estructuras metálicas tipo cartelera colocadas sin permiso, continúan contra lo que fue una imposición y violación a las leyes en la materia por parte del alcalde panista, Ramiro Jaimes Gómez.
En entrevista con El Sur, el alcalde lamentó molesto las medidas hechas a una obra de su administración, criticó las atribuciones del INAH y de la Junta, admitió su posible equivocación y dijo: “Lo tenga que se tenga que corregir, se va a corregir”.
Este jueves más sellos de suspensión aparecieron en las estructuras ubicadas en el zócalo y diferentes puntos del centro histórico. Junto a los sellos iniciales del INAH en color amarillo aparecieron otros más en papel blanco (de la Junta de Conservación y Vigilancia), medidas consideradas por la población de “prepotencia, soberbia e ignorancia” en alusión al alcalde.
La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueoló-gicas, Artísticas e Históricas, violada por el ayuntamiento taxqueño, dice en su artículo 1º que “el objeto de esta ley es de interés social y nacional y sus disposiciones son de orden público”.
Y más aún, en su artículo 41 reza que “zona de monumentos históricos es el área que comprende varios monumentos históricos relacionados con un suceso nacional o la que se encuentre vinculada a hechos pretéritos de relevancia para el país”.
Por su parte, el artículo 43 dice que “en las zonas de monumentos, los institutos competentes autorizarán previamente la realización de obras, aplicando en lo conducente las disposiciones”.
Y es así que en el reglamento de esta misma ley puntualiza en el artículo 42 que “toda obra en zona de monumentos, inclusive la colocación de anuncios, avisos, carteles, templetes, instalaciones diversas o cualesquiera otras, únicamente podrá realizarse previa autorización otorgada por el Instituto correspondiente para lo cual el interesado habrá de presentar una solicitud”.
En ella se precisan los requisitos del nombre del solicitante; nombre, domicilio y responsable de la obra; características, planos y especificaciones de la obra a realizarse; planos, descripción y fotografías del estado actual del monumento, y en caso de ser inmuebles, sus colindancias; su aceptación para realizar inspecciones por parte del instituto competente, y a juicio del instituto competente deberá otorgar fianza que garantice a satisfacción el pago por los daños…”.
En la zona de Monumentos Históricos de Taxco, declarada por Carlos Salinas de Gortari, presidente de la República en 1991, fueron ubicadas la mayor parte de las multicitadas carteleras y de las que el mismo alcalde se mostró sorprendido y hasta molesto por las acciones tomadas por las autoridades competentes y en la entrevista con El Sur dio atender su desconocimiento de la normatividad al respecto.
“Lamentable, me parece que es muy lamentable”, declaró frente a la suspensión de sus obras hechas por el INAH y la Junta taxqueña.
Argumentó al respecto no haber recibido un documento de las observaciones y sanciones acerca de lo que no pudiera estar ajustado a la normatividad.
Intentó una vez más salir en defensa propia y dijo “no sé que tantas atribuciones tenga la Junta de Conservación y Vigilancia o el INAH en ese aspecto”.
– En los sellos se marca una violación a la ley Federal de Monumentos Históricos, le comentó este reportero y respondió que no se estaban afectando monumentos, “no estamos tocando ni inmuebles, ni otra situación, el mobiliario urbano que se está colocando tiene la única finalidad de establecer mapas turísticos que permitan guiar a los visitantes tanto del país como del extranjero”, puntualizó.
Ante la insistencia y la presión que públicamente han ejercido las autoridades en defensa de la protección y atención de la zona de monumentos históricos, el alcalde rectificó y no tuvo más que retractarse al decir “pero, bueno, lo que se tenga que corregir se va a corregir” y explicó que la empresa que diseñó el proyecto ha hecho trabajos similares en otras ciudades coloniales del país como San Miguel Allende, el centro histórico de la ciudad de México.