La Iglesia acepta la unión pero no el matrimonio de personas del mismo sexo, advierte el arzobispo

 


El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, dijo que se requiere estudiar y consultar todos los aspectos de la iniciativa entregada por el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso para la legalización del matrimonio civil igualitario.
Aunque precisó que no cree que la Iglesia lo acepte en algún momento.
En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) indica que es prioritario evitar toda discriminación, sin embargo “las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio”.
El arzobispo informó que sacerdotes de la diócesis reciben capacitación de la organización Médicos Sin Fronteras para atender a las víctimas de la violencia en el cuidado emocional y también en primeros auxilios psicológicos, así como para tratar la violencia sexual como una urgencia médica y un problema de salud pública.
En conferencia de prensa en el Seminario del Buen Pastor en el fraccionamiento Costa Azul, en relación a la iniciativa presentada por el presidente Enrique Peña, el arzobispo puntualizó que debe estudiarse y consultarse para tener la aprobación de los legisladores.
“Creo que será un tema que suscitará mucha reflexión e implica mucho estudio, ciertamente tiene que estudiarse con mucha seriedad y vislumbrarse los efectos y consecuencias que pueda tener aprobar una iniciativa como esta, no es algo en contra de que quieran unir personas del mismo sexo, es algo que tengamos que ver lo que significa el matrimonio desde el plan de dios y de la familia”, dijo el prelado católico.
Insistió en que se debe escuchar a todas las expresiones, y puntualizó que el matrimonio entre personas del mismo sexo “no creo que la iglesia en un momento dado pueda aceptarlo, acepta la unión pero no el matrimonio”.
Agregó que la unión entre personas del mismo sexo se convierte en una manera de cerrar a la sociedad, “todos conocemos las experiencias en donde la vida se ha coartado y cómo hoy son sociedades que hoy están en decadencia, que están extinguiéndose, en ese sentido es importante entenderlo así”.
Garfias Merlos leyó el comunicado de la CEM en relación con la iniciativa presentada por el presidente de la República el pasado 17 de mayo para la legalización del matrimonio civil igualitario.
En el comunicado, la iglesia reconoce como prioritario evitar “toda” discriminación, y que ante la iniciativa es necesario “estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan”, se debe escuchar a todas las voces con seriedad y espíritu de diálogo constructivo en pleno respeto a las instituciones.
“Reiteramos que toda persona, independiente de su orientación sexual, ha de ser respetada en su dignidad y tratada con compasión y delicadeza, procurando evitar todo signo de discriminación injusta y particularmente forma de agresión y violencia”, mencionan los obispos en el comunicado.
Sin embargo, en lo que se refiere a las familias, puntualizan que reconocen que hay variedad de situaciones familiares que pueden “brindar cierta estabilidad”, sin embargo las uniones de hecho entre personas del mismo sexo no puede equipararse con el matrimonio.
“Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”, afirma la Iglesia, y puntualiza que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Consultado en relación con la declaración del gobernador Héctor Astudillo Flores, que el número de muertos durante el 2016 es similar al del 2012, que fue el año con más homicidios dolosos con un promedio de 6.3 diarios, el arzobispo dijo que es un dato estadístico que significa que se tienen que reforzar las acciones y buscar las formas de generar seguridad y rescatar la confianza “de nuestro pueblo”.
Reiteró su llamado a los que generan la violencia a dejar de hacerlo, e insistió en que los ciudadanos deben encontrar formas de cuidarse y protegerse entre ellos, “tenemos que ir encontrando las formas de realizar protocolos de seguridad que ayuden a que puedan ir surgiendo esta participación y colaboración ciudadana que pueda irse uniendo a las estrategias de las autoridades”.
El arzobispo informó en su comunicado de prensa que unos 90 sacerdotes de la diócesis que abarca Acapulco, la Costa Grande y Costa Chica asistieron a capacitarse por parte de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, para poder identificar las emociones de las víctimas ante diferentes situaciones de riesgo y poder darles un acompañamiento adecuado.
Los sacerdotes buscan dar acompañamiento a las personas, familias y comunidades afectadas, “para que la gente no se aísle ni se resigne a la violencia”.
El arzobispo aseguró que no han tenido amenazas directas a la iglesia, y que la capacitación se da porque las personas buscan principalmente en las comunidades a los sacerdotes y para que éstos sepan cómo actuar ante los diferentes casos.
Dijo que se capacitó a los sacerdotes ante la importancia de los primeros auxilios psicológicos y de dar atención integral a las víctimas de la violencia sexual, “ya que los índices en Acapulco son muy altos”.
Aunque no dio cifras, señlaó que es recurrente que víctimas de violencia sexual acudan a las parroquias a solicitar ayuda, principalmente en los pueblos, y por eso buscaron la forma de que la iglesia sea la instancia para darles atención inmediata.
“En Acapulco hay más incidencia de violencia sexual por ser un puerto turístico, hay mucho abuso sexual de niños y en relación a eso ha estado trabajando en la parroquia de la Jardín la organización médica Médicos Sin Fronteras”, informó.
El arzobispo informó que además de las acciones que realiza la iglesia para la construcción de la paz como los centros de escucha, de jóvenes y atención a víctimas, se capacitarán 43 personas para ser facilitadoras para desarrollar en Acapulco las Escuelas de Perdón y Reconciliación (Espere), que fue una de las acciones del acuerdo firmado entre el Consejo Interreligioso de Guerrero y el Ayuntamiento de Acapulco.
Por la tarde, el arzobispo asistió a la ordenación de tres nuevos sacerdotes y cuatro diáconos, celebración que se realizó en las instalaciones del Club de Golf, con lo que se incrementa “el presbiterio de Acapulco y sumando más manos, mentes y corazones al proceso de evangelización y construcción de paz en la diócesis”.
Los nuevos sacerdotes son Luis Piza, Francisco Flores y René Peralta, y como diáconos se ordenaron Sergio Madrid, Marco Galeana, Víctor Rendón y Santiago Torres.