No ser indiferentes ante los desplazados por la violencia, pide el arzobispo a feligreses

El arzobispo de la Arquidiócesis de Acapulco, Leopoldo González González durante la misa en El Encinal, en la parte alta del poblado de Carabalí Foto: Karina Contreras

Karina Contreras

El arzobispo Leopoldo González González llamó a no ser indiferentes “ante tantas familias que están dejando sus hogares por la inseguridad y el miedo por la amenaza de bandas criminales de nuestra región”.
El arzobispo de la Arquidiócesis de Acapulco, que comprende Costa Chica y Costa Grande, añadió: “Sobre todo Tecpan están llegando de la parte alta donde ha habido tantas situaciones difíciles”, en referencia al desplazamiento de familias del ejido de San Antonio de Las Tejas.
Pidió a los feligreses orar y no ser indiferentes ante los asesinados, ejecutados y desaparecidos. “Cuan-do tengamos noticias de alguna de estas cosas que nuestro corazón pida por quien fue víctima y su familia. Si conocemos y podemos hacer sentir la cercanía de nuestro afecto no dejemos de hacerlo. Pero al ver una noticia de estas no pasemos delante así como así, den una suplica al señor para que le dé el eterno descanso y cuide de su familia”.
Tampoco ser indiferente ante “tantas personas que son extorsiones por cobro de cuotas o piso, por cobro de cosecha de sus productos o la compra de abarrotes, de materiales de construcción. No ser indiferente porque son algo que causa mucho daño”.
El jerarca católico subió al cerro de El Encinal, ubicado en la colonia Carabali, para realizar una misa por el 14 aniversario del monumento Cristo Rey de La Paz ante alrededor de cien feligreses.
En su mensaje dijo que en esa oración pedían a Dios por la paz en la ciudad y la región. Pidió a los católicos desterrar la violencia de los hogares y que está Pascua sea un momento para recibir en el hogar la paz con la que el señor Jesús saluda.
El jerarca católico dijo que este miércoles “sea camino a la bendita imagen de Cristo Rey de La Paz”, y los llamó a perdonar, que no quiere decir que se olvide, pero sí sanar el alma.
Dijo que cada uno debe ser un artesano de paz. Los fieles católicos subieron una pendiente de más de 500 metros para llegar al punto donde se realizó la misa. Muchos aprovecharon para tomarse la foto con el arzobispo, quien encabezó la liturgia tras dos años de no realizarla por la pandemia del Covid-19.
Al concluir la misa las personas se dirigieron a la gran piedra desde donde se tiene una vista espectacular de Acapulco y, otros, primero se dirigieron al monumento de Cristo Rey de La Paz, donde se tomaron fotografías.