Viven sin servicios básicos damnificados de Ingrid y Manuel en Nuevo Balsamar, Zumpango, denuncian

Zacarías Cervantes

Nuevo Balsamar

Viviendas de la comunidad Nuevo Balsamar, municipio de Eduardo Neri, donde pobladores siguen esperando casi 10 años después la pavimentación de sus calles, el drenaje, agua, luz y las escrituras que los hacen propietarios de las casas que fueron dejadas inconclusas por la Sedatu Foto: Lenin Ocampo Torres

Sin energía eléctrica, sin agua entubada, ni drenaje, además, con calles accidentadas y sin pavimentar, viven en Nuevo Balsamar, municipio de Eduardo Neri (Zumpango), 80 familias de un total de 210 que resultaron damnificadas en el 2013, durante el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel.
Las familias fueron reubicadas de Balsamar, municipio de Leonardo Bravo, (Chichihualco), a esta colonia construida por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y viven en casas que la mayoría de ellas en la temporada de lluvias se inundan por los escurrimientos debido al terreno irregular.
El asentamiento se encuentra a unos 20 minutos de Chilpancingo en la carretera Chilpancingo-Chichihualco.
El mayor problema es que las familias no son reconocidas por el Ayuntamiento de Eduardo Neri, ni tampoco de Leonardo Bravo de donde salieron. En estas circunstancias carecen de credencial de elector y de comprobantes de domicilio para realizar sus gestiones.
La directora encargada del jardín de niños Josefa Ortiz de Domínguez, Yesenia Díaz Flores, denunció que independientemente de que les están negando su derecho a una vivienda y a un lugar digno para vivir, les niegan el derecho elemental a tener una identidad, “porque no son de aquí ni son de allá, y nadie los quiere reconocer”.
Durante un recorrido, se observaron las calles intransitables y la única más o menos en buen estado es el acceso principal que acondicionaron los mismos vecinos porque los choferes de las pipas no querían entrar para venderles agua por tinacos.
La mayoría de las viviendas lucen abandonadas, sin mantenimiento, con vidrios rotos, paredes agujeradas y en su interior se observan rastros de inundaciones, “así nadie puede vivir aquí”, dijo una mujer quien mostró por donde bajan los escurrimientos de agua que se mete a las viviendas en la temporada de lluvias.
En otras, los cortes de tierra han ocasionado derrumbes y han sepultado parte del techo de las viviendas, debido a que la constructora que contrató Sedatu incumplió con la construcción de muros de contención para evitar los derrumbes.
El comisario municipal, Bulmaro Cayetano Mosso, informó que las 80 familias llegaron hace cinco años cuando les entregaron las llaves de sus casas sin ningún servicio pero les aseguraron que seguirían trabajando para terminar la obra y los servicios como la energía eléctrica, agua potable, drenaje.
Pero la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sólo colocó los postes y el cableado, sin embargo para hacer las conexiones a las casas les cobra 13 mil pesos por familia, “y a donde vamos a sacar ese dinero, si aquí no tenemos trabajo, apenas vamos sacando para comer”, dijo Cayetano Mosso.
En la zona donde están ubicadas las viviendas tampoco hay telefonía celular y los vecinos tienen que comprar tarjetas y buscar un lugar donde haya buena recepción.
Las familias tampoco cuentan con servicio médico y sin servicio eficiente de telefonía ni servicio de transporte, se les complica cuando alguien se les enferma.
El comisario municipal, explicó que para salir del pueblo tienen que esperar el servicio de transporte de Chichihualco, El Palmar o Atlixtac, “y hay veces que nos tardamos de una a dos horas esperando porque ya pasan llenas las combis”.
Informó que el agua la compran a 130 pesos el tinaco de mil 100 litros y les alcanza para tres a cuatro días, según el número de personas por familia.
Explicó que cuando les entregaron las llaves les prometieron que iban a terminar de introducir todos los servicios: “Se las vamos a dejar con todo terminado”, les dijeron, pero ya nadie de la constructora volvió.
Otro problema es que las viviendas se las entregaron sin documentos y no tienen certeza jurídica con respecto al terreno.
Cayetano Mosso explicó que el resto de las 130 familiasÈ 11
que resultaron damnificadas no quisieron venirse a vivir por la falta de servicios y las malas condiciones en que les entregaron sus viviendas.
Además, dijo que aquí la gente no cuenta con empleos ni tierras para trabajar, y algunos se dedican a la venta de productos, otros trabajan de albañiles o se alquilan de peones con quienes tienen tierras para sembrar en los pueblos vecinos. En tanto que las mujeres hacen y venden tortillas.
Y mientras la mayoría de las casas se encuentran vacías, por lo menos unas 30 familias del mismo Balsamar no fueron beneficiadas, denunciaron ayer un grupo de éstas, contaron que simplemente no fueron censadas y ahora viven hacinadas con algunos de sus familiares.
La directora encargada del Jardín de Niños Josefa Ortiz de Domínguez Yessenia Díaz Flores, opinó que el problema es que el municipio no quiere reconocer a la comunidad; “Eduardo Neri no quiere hacerse responsable de las familias damnificadas porque tiene que destinar un presupuesto en una comunidad con habitantes que no son de su municipio y que no está reconocida”.
Explicó que los pobladores no cuentan con credencial de elector y en estas condiciones ni son de Balsamar, municipio de Leonardo Bravo, ni de Nuevo Balsamar, de Eduardo Neri.
“Ese es el obstáculo que le ponen a los señores, como maestros hemos andado con ellos en sus gestiones y siempre nos dicen: es que necesitan su credencial para cualquier gestión, ¿pero quién se las da, si nadie los quiere reconocer?.
Reprochó que en el Ayuntamiento, la presidenta municipal (Sara Salinas Bravo, del PT) ni si quiera los quiere recibir.
Dijo que aquí ya ni en las campañas les hacen caso porque no tienen credencial para votar “y así cómo van a solicitar algo si no les dan reconocimiento”.
Exigió que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda debiera comenzar por darles ese reconocimiento que piden.
“Ya perdieron sus casas y todo lo que tenían y todavía no los quieren reconocer como ciudadanos, que difícil de verdad es para ellos esta situación, ya están desesperados, cansados”.
Informó que Sedatu que fue la responsable de que se construyeran las viviendas en este terreno irregular y sin identidad jurídica, les dice que está en proceso, “pero ya llevan 10 años construyendo las viviendas y metiendo los servicios y no pueden terminar”.
Contó que como maestros han estado apoyando a las familias en sus gestiones “y hemos tratado de ayudarles pero vemos que no se avanza y a ellos les urge que ya les reconozca y que les den solución a tantos años de sufrimiento y abandono”.
Informó que por las malas condiciones en que viven, en el jardín de niños llegan la mitad de los menores porque la otra mitad se enferma por falta de agua, drenaje, por las calles sin pavimentar y el polvo, pues muchos se enferman por las alergias.
El comisario municipal anunció que debido a que en el ámbito municipal y estatal les han cerrado las puertas para resolver su problema, el 26 de abril realizarán una marcha caravana a la Ciudad de México para exigirle al gobierno federal que les haga caso, “le vamos a decir que aquí la gente necesitamos los servicios, que ya tocamos todas las puertas, pero no vemos nada claro”.