Muere uno de los policías heridos en Tixtla; el otro fue dado de alta, informa Salud

 

Uno de los dos policías estatales que resultaron heridos en el enfrentamiento con civiles armados el domingo en Tixtla murió anoche en el Hospital General Raymundo Abarca Alarcón de Chilpancingo, informó en la noche el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia.
En un boletín se expone que “aproximadamente las 19:15 horas falleció en el Hospital General de Chilpancingo el policía estatal preventivo Alberto Juárez Carmona de 42 años, a raíz de las lesiones que le infringieron en Tixtla los sicarios que agredieron a los uniformados con armas de fuego y una granada de fragmentación,cuando perseguían un vehículo blanco, en el que se daban a la fuga dos individuos que minutos antes habían agredido a balazos a dos jóvenes en las inmediaciones del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla de Chilpancingo”.
Dice que era de la Unidad de Fuerzas Especiales, tenía 9 años, 11 meses y 5 días en la Secretaría de Seguridad Pública, “perdió la vida como consecuencia de la lesión causada por un proyectil de arma de fuego que se le impactó de manera penetrante en la región del tórax”,
“Hechos como estos entristecen a toda la corporación policial y al propio gobierno del estado que día a día ponen su mayor esfuerzo para revertir los elevados niveles de violencia que generan los grupos delictivos que lograron crecer ante el descuido que desde hace varias décadas se tuvo en materia de seguridad pública, y que hoy nos hace lamentar la pérdida de este oficial de la Policía Estatal que durante el tiempo que sirvió a la corporación se caracterizó por ser un buen elemento que actúo con determinación y valor, poniendo siempre en alto el prestigio de la corporación, especialmente en los hechos registrados el pasado domingo”, dice.
El secretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos informó que el otro agente herido en Tixtla fue dado de alta el lunes.
Consultado por teléfono, De la Peña dijo que Uriel Jijón Flores de 37 años fue dado de alta el lunes, sólo recibió un rozón de bala en el tórax.
La tarde del domingo el secretario del Colegio de Abogados de Tixtla y dirigente municipal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Eduardo Catarino Dircio, de 43 años fue asesinado en Tixtla por policías del estado que se enfrentaron a balazos con civiles armados en diversos lugares de la ciudad, ahí fueron heridos los dos policías.

 

Se retracta Álvarez Heredia de que el abogado y dirigente de Morena en Tixtla era un sicario

El vocero en materia de Seguridad, Roberto Álvarez Heredia, junto al vicefiscal, José Antonio Bonilla, se retractó de que el abogado y dirigente de Morena en Tixtla, Eduardo Catarino Dircio era un sicario, además informaron que el arma AK-47 sembrada a la víctima no fue considerada en la carpeta de investigación.
Este domingo el secretario del Colegio de Abogados de Tixtla y dirigente municipal de Morena, Eduardo Catarino Dircio fue asesinado en su casa según sus familiares por policías estatales cuando se refugiaba junto con su esposa, hija y sobrino de la balacera que ocurrió en la transitada avenida Insurgentes, en el barrio Santuario. También los familiares acusaron que los agentes le sembraron un arma AK-47.
Ante los hechos en Tixtla, que además dejó un sicario muerto y dos policías estatales heridos, el gobernador Héctor Astudillo Flores convocó a una reunión del Grupo de Coordinación Guerrero (GCG) para abordar los hechos.
Al término del encuentro que se llevó a cabo en la sala de gabinete de Casa Guerrero, a la que asistieron el fiscal general del estado, Javier Olea Peláez y el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, se distribuyó un boletín oficial y el vocero y el vicefiscal ofrecieron una conferencia de prensa.
En la conferencia, Roberto Álvarez Heredia se retractó de su señalamiento hacia Catarino Dircio de que era sicario, argumentó que nunca se reveló su identidad y que además se manejó como presuntos.
“A la Fiscalía General del Estado (FGE) le corresponde realizar una investigación exhaustiva para determinar si hubiese responsabilidades que sean atendidas y actuar en consecuencia”, dijo el vocero.
En tanto, José Antonio Bonilla dijo que entre las armas usadas en el enfrentamiento y presentadas por los agentes de la Policía Estatal, el AK-47 no está relacionada en ningún momento con el asesinato de Eduardo Catarino.
“Fueron encontrados dos fusiles en relación a los hechos, pero en los actos de investigación no se refiere que haya sido relacionado con el abogado uno de los fusiles”, agregó.
De los señalamientos de la familia del abogado que narró cómo le colocaron el arma luego de dejar solo unos minutos el cadáver, el vicefiscal respondió que dicha “manifestación no obra dentro de la carpeta de investigación en ninguna parte”.
“Debemos ser cuidadosos y apegarnos a los datos de investigación que obran en la carpeta y realizar las diligencias periciales para poder determinar a quién correspondía ese fusil”, agregó.
Al vicefiscal se le preguntó quién mató a Catarino Dircio, respondió que apenas se están juntando los datos y la evidencia para determinar qué proyectil fue el que lesionó al abogado.
El funcionario de la Fiscalía justificó que no se pudo hacer la necropsia de ley al abogado y determinar la causa de su muerte, porque los familiares no lo permitieron.
De si se investigará la evidencia del arma sembrada a Catarino Dircio, comentó que todos los hechos registrados serán investigados.

La versión oficial del asesinato del dirigente político

El vicefiscal, José Antonio Bonilla narró la versión oficial de los hechos ocurridos este domingo en la avenida Insurgentes en la cabecera municipal de Tixtla, cuando fue asesinado Eduardo Catarino Dircio en su casa.
Explicó que a la una de la tarde la Policía Estatal recibió mediante el C-4 de Chilpancingo el reporte de un ataque armado que dejo dos jóvenes heridos en el sitio de camionetas de transporte público de la ruta Chilpancingo-Chilapa, ubicado cerca del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla en la capital, al llegar al lugar los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), se percataron de que los agresores huyeron a bordo de un carro blanco que después de una persecución lograron alcanzarlo en la avenida principal de la ciudad de Tixtla.
Sin embargo, dijo que en la avenida Insurgentes los policías perdieron de vista el vehículo que perseguían, y cinco hombres a bordo de una camioneta Pick up Ranger azul metálico sin placas de circulación los atacaron a balazos con armas de grueso calibre.
Aseguró uno de los integrantes del grupo delictivo lanzó una granada de fragmentación, y impactó el vehículo en el portón de una casa contigua al domicilio del abogado.
Afirmó que los delincuentes abrieron las puertas del vehículo y se dispersaron hacia diferentes casas, entre ellos a la del abogado, mientras seguía el enfrentamiento.
Manifestó que el enfrentamiento entre civiles y policías dejó dos personas muertas uno de ellos el abogado y un miembro de un grupo delictivo, así como dos policías estatales lesionados de gravedad.
Agregó que posteriormente fue detenido un hombre que tenía un fusil AR-15 y varios cartuchos útiles calibre .223 milímetros, quien después del enfrentamiento intentaba darse a la fuga en un automóvil Sentra gris, y que minutos antes le había robado con violencia a un ciudadano de Tixtla.
El vicefical manifestó que los policías del estado no cuentan en su armamento con fusiles AK-47, también denominados cuerno de chivos, como se difundió.

No disparen, soy el casero, estoy con mi familia, suplicó Eduardo Catarino al policía que lo mató, dice su esposa

Antes de que recibiera el balazo que lo hirió y después le quitó la vida, el abogado y líder de Morena, Eduardo Catarino Dircio pidió piedad bocabajo tirado en el piso: “No disparen, soy el casero, estoy con mi familia”, pero un policía ignoró su súplica y ordenó, “¡Mátenlo al hijo de su puta madre!”.
La mañana de este lunes en conferencia de prensa afuera de su casa en Tixtla, la viuda de Catarino Dircio, Hilda Vázquez Cipriano contó que su esposo todavía tardó varios minutos vivo pidiendo ayuda, pero los policías no la dejaron acercarse para auxiliarlo, “si te acercas disparamos”, le advirtió uno.
Dijo que afuera, en la calle Insurgentes, militares y policías estatales impidieron el paso de una ambulancia para que los paramédicos lo atendieran.
Explicó que luego de que murió su esposo, uno de los policías le dijo que su suegra la llamaba en la planta baja de la casa, fue a ver qué quería y cuando regresó, vio cuando le estaban tomando fotografías a Eduardo ya con un arma larga en las piernas, ella intentó quitársela, pero la amenazaron.
Eduardo Catarino vivía en el número 61 de la transitada avenida Insurgentes, entrada principal de la cabecera municipal de Tixtla, y salida a la carretera hacia Chilpancingo.
La casa de Eduardo es de dos niveles, la planta baja está construida de tabique y concreto, la planta alta es de hojas de triplay y techo de lámina galvanizada. A 1:30 de la tarde del domingo entró a esta casa uno de los delincuentes que era perseguido por la Policía Estatal desde Chilpancingo.
Los sicarios quienes se dispersaron en varias casas vecinas entraron violentamente impactando la camioneta Ford Ranger azul en la que escapaban en el portón de la iglesia La Luz del Mundo, ubicada en la calle Alejandro Sánchez Castro, del patio de este terreno uno de ellos saltó una barda, atravesó un terreno baldío y luego brincó una malla para entrar a la casa de Eduardo. Hasta allí lo siguieron los policías, algunos entraron por la misma ruta del delincuente y otros derribaron su portón en la avenida Insurgentes con una patrulla.
A esa hora Eduardo Catarino cortaba la maleza de su patio en la parte posterior de su casa, su esposa Hilda Vázquez estaba en la planta alta donde viven, pues en la planta baja habita la mamá de Eduardo, una mujer de la tercera edad que se mueve en silla de ruedas.
Hilda contó que estaba con su hija de 11 años y un sobrino de 12, apenas habían terminado de almorzar. Su hija y su sobrino veían una película en la computadora en una habitación contigua y ella se colocó un gorro para ayudar a su esposo cuando oyó los primeros disparos y decidió quedarse en la cocina con su hija y su sobrino.
–Son cohetes–, trató de calmarla su sobrino.
–No, son balazos– respondió ella.
Narró que los primeros balazos se escucharon en la calle y mientras pasaban los minutos se oían cada vez más cercanos.
Hilda corrió con su hija y su sobrino a refugiarse a un cuarto ante el temor de ser heridos por las balas.
Dijo que al poco rato Eduardo subió al segundo piso donde estaban ella, su hija y su sobrino, y cuando los vio les dijo, “allí estense porque hay una balacera”. Después le dijo a su mujer, “acaba de entrar un hombre, se metió a la sala donde está mi mamá, es uno de los malos”, luego cerró la puerta del cuarto donde estaban para protegerlos.
Hilda observó la desesperación de Eduardo porque su madre estaba en la planta baja, dijo que cuando intentó bajar a verla le suplicó, “por favor no salgas”, pero el insistió que su madre estaba sola y temerosa, a pesar de que ella le volvió a suplicar que se metiera.
Manifestó que desde la habitación donde se encontraban oían los destrozos en la planta baja y la balacera que se intensificaba en la calle. Hilda, su hija y su sobrino rezaron, mientras después de unos minutos se dejaron de escuchar los balazos y ella se asomó en una ventana, desde allí vio que la casa vecina estaba llena de policías, estaban en el patio y apuntaban en todas direcciones.
Asustada jaló a su esposo hacia la habitación y se tiró al piso con su hija y su sobrino, encima se echaron un colchón, “pero mi mamá, mi mamá, Hilda”, le decía Eduardo, pero ella le insistió, “si, pero por favor, no salgas”. Entonces oyeron el tropel de los policías en el patio, luego en la planta baja de la casa.
Vázquez Cipriano aseguró que no sabe por dónde entraron los policías a su casa, si por el patio o por la puerta principal, sólo escuchó el alboroto y la irrupción violenta cuando los agentes se metieron al baño y destrozaron todo, después oyeron balazos adentro de la casa, y luego gritos, “allí está tírenle”.
Escuchó que los policías gritaban que saliera y supone que le hablaban al sicario que había entrado a su casa, al final, no supo cómo se escapó entre los policías y militares, “yo no sé cómo se les pudo escapar de sus narices”.
Vázquez Cipriano consideró que como a los policías se les escapó el delincuente tenían que justificar su trabajo, “tenían que matar a alguien para presentarlo como el maloso”.
Hilda oyó que un policía gritó, “allá está una puerta, allá va a estar escondido” y escuchó los pasos de los policías que subían a la planta alta hacia donde estaban por las escaleras de metal gritando, “abran, abran esa puerta hijos de su puta madre”. Vio que Eduardo iba a abrir la puerta, aunque ella le pidió que no lo hiciera, pero los policías seguían gritando, “abran si no vamos a balacearla”.
Eduardo le dijo a su esposa que abriría porque si no matarían a toda su familia, Hilda vio cómo se tiró al piso para salir del cuarto donde estaban y abrió la puerta de la sala contigua, mientras anunció a los policías, “yo soy el casero, por favor, está aquí mi familia. Voy abrir la puerta, pero soy el casero”.
Catarino Dircio se enderezó para abrir la puerta, pero luego se volvió a tirar al piso bocabajo para que no le dispararan, pero los policías entraron gritando, “¡mátenlo al hijo de su puta madre!”.
Hilda vio todo desde las rendijas de la habitación donde estaba, dijo que subieron muchos policías y que los tres primeros no le dispararon, incluso dijeron, “él es el casero, no disparen”. Sin embargo, atrás subían más agentes gritando, “denle al hijo de su puta madre”, entre éstos iba el policía que le disparó, “fue un despiadado, un desgraciado”, acusó con rabia la mujer.
En la pequeña sala, su marido seguía implorando bocabajo, pidiendo piedad, “aquí está mi familia, yo soy el casero”, “pero el maldito policía lo mató a sangre fría. Yo lo vi, cómo le disparó cuando él estaba pidiendo piedad, tirado bocabajo, le disparó cruelmente ese maldito”, narró Vázquez Cipriano.
Contó que el dirigente municipal de Morena estaba vivo y ella se hincó mirando desde la puerta de la habitación contigua suplicándoles, “yo soy la esposa, acaban de matar a un hombre inocente”, cuando la vieron, los policías entraron a la otra habitación apuntándole con sus armas, revisaron todo, abrieron un ropero, mientras uno gritaba, “vamos a darles a estos hijos de su puta madre”, otro policía, vio el colchón y les ordenó, “levanten ese colchón allí está el hijo de la chingada”, pero era la hija y el sobrino de Hilda, la hija de Eduardo suplicó, “somos unos niños, no nos maten por piedad”.
Hilda Vázquez comentó que cuando los policías dejaron a los niños, todavía hincada les pidió que le permitieran ver a su esposo quien pedía ayuda, “movía la mano, pidiendo ayuda, pero los policías no me dejaron, nos apuntaron y nos dijeron, ‘no se muevan de aquí porque les vamos a disparar’”.
Manifestó que pidió varias veces que llamaran una ambulancia para que Eduardo fuera trasladado a un hospital, pero los policías la ignoraron, “sólo bajaban a la planta baja y volvían a subir para revisar todo”.
Detalló que vía telefónica pidió a sus hermanos y cuñados que mandaran una ambulancia, la cual llegó minutos después, pero los policías y militares tenían un cerco en la calle Insurgentes y no le permitieron pasar, sólo dieron paso a trabajadores de Protección Civil quienes no llevaban nada para auxiliarlo.
Hilda reconoció a Félix, un vecino, quien acompañó a los trabajadores de Protección Civil, sintió alivio y valor, y salió corriendo de la habitación para abrazar a su esposo quien ya había muerto.
“Murió sin que yo pudiera si quiera ir a tocarle la mano. Murió tirado cerca de la puerta bocabajo. ¡Malditos policías!, me lo mataron en un ratito”, reprochó con coraje.
Manifestó que un policía que subió de la planta baja le preguntó, “¿qué es para usted la señora que está allá abajo?”, es mi suegra respondió, y el agente le ordenó que fuera a verla porque le estaba llamando, ella no quería bajar porque dejaría solos a su hija y a su sobrino quienes lloraban, pero el policía le insistió, “baje, yo los voy a ver”.
Contó que bajó sólo para avisarle a su suegra que habían matado a su hijo y cuando regresó, los policías ya habían puesto un arma larga encima de las piernas de Eduardo y otro le tomaba fotografías, ella les reclamó por qué le pusieron el arma, “son unos cobardes, vinieron a matar a un hombre inocente a su casa”.
Hilda Vázquez les exigió que le quitaran el arma, pero le dijeron que nadie la había puesto, y otro de los agentes le dijo que tenían que mandar un reporte. La viuda agregó que cuando cubrió el cuerpo con una sábana intentó quitarle el rifle, pero un policía le apuntó y le ordenó, “no la mueva porque le voy a disparar”, y ella sólo lo cubrió.
Dijo que cuando los policías se bajaron, uno de ellos se quedó cuidando el cadáver, a quien le pidió que por piedad le quitara el arma porque cuando le dispararon no la tenía, pero se negó con el argumento de que él no la había puesto.
“Fue uno de ellos, yo lo vi con mis propios ojos”, acusó Hilda, indicó que cuando subieron los trabajadores de Protección Civil y su vecino Félix vieron que no tenía ninguna arma.
“Mi esposo estaba limpio, mi esposo es inocente, quiero justicia para que ya no se siga repitiendo esto. Ya no le hagan más daño a gente inocente. Ya no. Quiero justicia, por favor”, suplicó frente a los reporteros.
La viuda del abogado Eduardo Catarino Dircio consideró a quienes dicen que su esposo era un sicario unos sinvergüenzas e ignorantes, porque insistió que quieren culpar a gente inocente.
Exigió al gobernador Héctor Astudillo Flores que haga bien su trabajo, “que ya no forme parte de esa delincuencia”, para que ya no haya gente inocente muerta y si no puede que renuncie.
Al inicio de la conferencia, Hilda Vázquez explicó que decidió hablar a pesar de las condiciones en las que se encuentra, porque ya no quiere que se cometan más injusticias, que ya no se haga daño a más gente inocente.
Exigió que se limpie el nombre de su esposo, quien fue señalado en un boletín de prensa de sicario por el vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia.

No se desalojó a los policías de Zihuatanejo; se impidió que usaran armas, dice el vocero

 

Los policías de Zihuatanejo no fueron desalojados de sus instalaciones, la Policía Estatal les impidió tomar sus armas a los 31 que fueron detenidos la semana pasada y liberados posteriormente, porque siguen bajo investigación por la Procuraduría General de la República (PGR), dijo el vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia.
El funcionario aclaró que la PGR investiga la legitimidad de las armas y las municiones que usan.
Los policías municipales de Zihuatanejo denunciaron el domingo que policías estatales los desalojaron de su cuartel en las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública municipal, quienes asumieron la seguridad de ese municipio desde el 16 de mayo, luego de que militares y policías estatales detuvieron a 51 municipales (el gobierno estatal dijo que fueron 60 y que nueve fueron liberados de inmediato, pero éstos afirmaron que nunca estuvieron detenidos) acusados de estar infiltrados por la delincuencia organizada.
“Toda la policía (de Zihuatanejo) está desarmada porque hay una investigación federal en curso. Se trata de una revisión minuciosa, administrativa y operativa”, dijo.
Informó que la investigación es del armamento y las municiones de los elementos municipales, “porque tiene que cuadrar el arma con las municiones que se autorizaron por la propia Secretaría de la Defensa Nacional”.
Explicó que la investigación es porque pudiera ser que un arma que utiliza algún policía es legal, pero con municiones que no se sabe de donde salieron. “O sea, hasta ese punto está llegando la investigación que se realiza”, informó el vocero.
Aclaró que aunque fueron liberados los 31 que habían sido detenidos el 16 de mayo, junto con los 20 que están a disposición de la PGR, siguen siendo investigados sus documentos y el armamento y balas que utilizan, al igual que el resto de los agentes que están en funciones.
“Toda la policía sigue sujeta a una investigación, porque hay que recordar que hay 20 elementos que están en el Cereso de Acapulco y se le pidió al juez de control la ampliación del término constitucional hasta 144 horas, para hacer el acopio de pruebas que puedan comprobar que hay una vinculación con la delincuencia organizada, por esa razón se sigue la investigación”, dijo Álvarez Heredia.
Insistió en que no se trató de un desalojo como lo denunciaron los policías municipales, “los policías estatales simplemente les pidieron que no tocaran las armas y que se hicieran un lado mientras se hacían las investigaciones”.
Informó el domingo que de un total de 4 mil 582 elementos, 4 mil 50 han sido evaluados, de los cuales 2 mil 590 fueron aprobados y mil 379 no aprobaron, en tanto que de 82 está en proceso su dictamen pero ha evadido responder por qué en algunos municipios los policías que ya se encuentran certificados no han recibido su armamento.
Cuando menos el alcalde priista de Taxco Omar Jalil Flores y el perredista de Eduardo Neri, Pablo Higuera Fuentes han denunciado que a pesar de que los elementos de su corporación han pasado los exámenes de control de confianza no les han regresado sus armas que les quitaron desde 2014, tras los ataques a los normalistas de Ayotzinapa en Iguala.

Detiene el Ejército a 62 policías de Zihuatanejo; se infiltró la delincuencia, dice el vocero

Policías estatales apoyados por militares del 75 Batallón de Infantería ocuparon durante 9 horas la Dirección municipal de Seguridad Pública de Zihuatanejo, donde detuvieron a 62 policías municipales, corporación que según el vocero Roberto Álvarez Heredia está infiltrada por criminales.
Poco después de la una y media de la tarde Álvarez Heredia dijo que “derivado de la infiltración y usurpación de funciones de individuos vinculados a la delincuencia en el cuerpo de la Policía Municipal de Zihuatanejo, el gabinete de seguridad federal del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto tomó la determinación de efectuar el desarme de los elementos de dicha corporación”.
Dijo que “en una acción conjunta de la Policía Estatal, Ejército Mexicano, Marina Armada de México, Policía Federal, Procuraduría General de la República (PGR) y la Fiscalía General del Estado, a partir de las 7 horas del día de hoy (ayer), se logró la detención de tres presuntos delincuentes que están siendo trasladados fuera del municipio para someterlos a proceso”.
“Dichos individuos desde hace días tenían la operación de la Policía Municipal del municipio de Zihuatanejo de Azueta, y están vinculados con grupos delictivos”, afirmó.
Añadió que fueron detenidos también “otros 42 individuos que sin estar debidamente acreditados como elementos policiales fueron sorprendidos dentro de las instalaciones portando armas, uniformes e insignias oficiales, por otro lado fueron detenidos otros 15 miembros de la corporación que habiendo reprobado sus exámenes de control de confianza, portaban armamento de la licencia oficial colectiva número 110 autorizada por la Secretaría de la Defensa Nacional” y que los detenidos serán puestos a disposición de las autoridades.
La Dirección de Seguridad Pública está en la avenida Bicentenario frente a los campos de fútbol de la unidad deportiva, y a un costado del penal de esta ciudad.
Poco antes de las 8 de la mañana, una hora antes de que concluyera el turno, más de 28 patrullas de la Policía Estatal y de militares se estacionaron a lo largo de la avenida. Sus ocupantes ingresaron a las instalaciones de la dependencia donde durante nueve horas tuvieron a los policías formados en la explanada, mientras que a los trabajadores administrativos los mantuvieron en sus áreas de trabajo vigilados.
Según la información que se dio en el transcurso de las horas, los policías estatales revisarían el armamento de los municipales, declaró a su llegada casi a las 9 de la mañana el director de Seguridad Pública, David Nogueda Salmerón, quien visiblemente desencajado dijo que se trataba de una revisión de rutina y que estaba ahí “para dar la cara”.
Sin embargo conforme pasaba el tiempo se observó que sacaron a tres policías municipales y a dos trabajadores administrativos y los subieron a las patrullas con dirección al centro de la ciudad, un rato después regresaron con ellos a las instalaciones.
Después entró el comandante de la Policía Ministerial de Zihuatanejo acompañado de dos agentes ministeriales y uno del Ministerio Público del fuero común, quienes llevaban documentos en las manos.
Poco después de las 11 de la mañana los policías estatales sacaron de uno por uno a tres uniformados, el primero fue el comandante Víctor Manuel, a quien durante la revisión que los militares y policías estatales hicieron al armamento de la corporación municipal el 10 de abril, le encontraron un fusil Galil y una pistola escuadra calibre 9 milímetros sin licencia. El segundo policía fue identificado como el comandante Martiniano S.R. y el tercero como Javier C.S., ex director municipal de Seguridad Pública de Petatlán, quien de acuerdo a las fuentes policiacas tenía dos semanas de haber llegado a esa corporación a ocupar el cargo de coordinador operativo.
A estos tres agentes los subieron en una patrulla y junto a ellos los policías estatales subieron una mochila en la que iban armas cortas y un radio portátil. La patrulla enfiló hacia la zona oriente de la ciudad y aunque se dijo que habían sido llevados a la subdelegación de la PGR, se conoció que de inmediato fueron trasladados al penal del puerto de Acapulco. No se conoció el motivo de la triple detención.
Poco a poco llegaron más policías municipales llevados por los estatales, algunos estaban resguardando instalaciones públicas y otros de descanso pero fueron llamados a presentarse de manera inmediata.

Nos tienen secuestrados, grita uno los municipales

Afuera se escuchaba cómo algunos policías preventivos decían que no tenían la culpa de no contar con la credencial que los incluye en la licencia colectiva 110 que les permite portar armas, pues no se las habían renovado, así como tampoco eran responsables de acreditar los exámenes de control de confianza, ya que los trabajadores administrativos y el director no llevan un registro de las fechas en que los policías deben de presentarse ante las dependencias porque no les quieren apoyar con viáticos pese a que es dinero que envía el gobierno federal para tal fin.
Un policía preventivo que se identificó como Marco Antonio Pérez Peralta subió a una de las torres de vigilancia que dan a la avenida Bicentenario en donde estaban los reporteros, gritó que los agentes estatales y soldados “nos tienen secuestrados” y que no les permitían comer, tomar agua ni ir al baño”, y que tampoco sabían a qué hora los dejarían salir, “no nos están golpeando pero se ponen agresivos, revisan hasta las bolsas, eso va contra la ley”.
Después de las 2 de la tarde llegaron unos 200 militares más, así como dos camionetas con marinos del Sector Naval a apoyar el traslado de, primero de 17 policías y posteriormente de 42, entre estos tres hombres vestidos de civil, según los mismos policías preventivos que no fueron detenidos.
Además de llevarse el armamento de la corporación municipal, los policías estatales sacaron en una cubeta de plástico varios radios de comunicación portátiles.
Poco antes de las 2 de la tarde llegaron esposas, madres e hijas y familiares de los policías a preguntar por los que tenían que regresar a sus casas el martes en la mañana, y se encontraron con la operación conjunta.
Cuando se dieron cuenta de la situación al ver el traslado de los primeros 17 uniformados, hombres y mujeres rompieron en llanto abierto y a gritos decían que sus familiares eran inocentes. Exigieron que el director también fuera detenido “porque él es el principal responsable de que no tengan sus credenciales de policías”.
Para cuando se dio el traslado de los 42 policías, varias de las esposas, madres e hijas se plantaron frente al portón con la intención de impedir que se los llevaran, pero fueron superadas en número y fuerza por los militares y policías estatales que a empujones las quitaron del camino para que pasaran las patrullas.
Los uniformados fueron llevados en un autobús a la unidad deportiva de la cabecera municipal de Petatlán, donde los esperaban dos helicópteros de la Policía Federal. Una versión indicó que serían llevados a la PGR en Acapulco y otra que los llevarían a la PGR en la Ciudad de México.

Encaran familiares al director de Seguridad

Pocos minutos después de las 4 de la tarde todos los policías estatales y los soldados se retiraron, entonces los familiares de los uniformados detenidos entraron a las instalaciones en busca de director David Nogueda, a quien encararon y responsabilizaron de haber permitido que sus familiares fueran detenidos.
El funcionario les mostró un documento firmado por el jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, Francisco Montesinos Baños, con fecha del 15 de mayo, dirigido al alcalde perredista Gustavo García Bello, en el que le informa entre otras cosas que se haría una revisión extraordinaria al armamento de la corporación.
Agregó que él se sorprendió por lo que sucedió y que estaba en desacuerdo en que se los hayan llevado, aunque sostuvo que le informaron que sólo iban como presentados y no de detenidos. Aseguró que mediante la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ayuntamiento y del grupo de abogados de la corporación, se trasladaría a Acapulco a ofrecer las pruebas de que sí son policías municipales.

Sus policías tomaron armamento tras el asesinato de sus compañeros, dice el alcalde

Para el presidente municipal perredista de Zihuatanejo, Gustavo García Bello, la detención de los 62 policías preventivos municipales “no fue algo extraordinario”.
Afirmó que aunque no tenían permiso tomaron el armamento para buscar a los responsables materiales del asesinato de tres de sus compañeros ocurrido en el módulo de vigilancia en la zona comercial de Ixtapa el 25 de abril, pero que ahí él no pudo hacer nada para impedirlo.
Ayer a las 8 de la noche García Bello ofreció una conferencia de prensa en la sala de Cabildo, para hablar de la detención de los policías hecha por policías estatales apoyados por militares y marinos. García Bello aseguró que fueron 48 policías los que se llevaron detenidos.
Dijo que ya había instruido al jefe jurídico del Ayuntamiento y a los abogados que emprendan la defensa legal de los policías, “todos son policías, por ahí creo que se decía que algunos habían sido detenidos sin acreditar ser elementos, pero todos son policías preventivos y ya estarán los abogados por ahí para ver su situación legal y llevar en este caso los documentos para aclarar su situación jurídica”.
De la versión del vocero del Grupo de Coordinación Guerrero en el sentido de que tres de los detenidos son presuntos delincuentes, el alcalde respondió, “yo no desmiento a nadie, son órdenes de gobierno que debemos que respetar, en este caso la revisión del armamento le compete al gobierno federal a través de la Sedena y si hubiera alguno de los elementos involucrados en algún delito, eso es ya una cuestión que tiene que ver con el armamento, aquí no estamos desmintiendo a nadie, pero si hay alguna investigación en contra de alguno de los elementos que están ahorita detenidos pues la va a haber, ahí no podemos meter nosotros la mano, cada quien es responsable de sus hechos”.
Luego de que se fueron los policías estatales y los militares de las instalaciones de Seguridad Pública, el director David Nogueda Salmerón, informó que sólo se llevaron a 50 policías “en calidad de presentados, no de detenidos”.
Los policías estatales traían una lista de los agentes que no cuentan con una identificación como policía “cosa que es mentira”, dijo.

En Tixtla, la primera balacera se oyó a las 7:20; a las 9 seguían los hombres armados en las calles

 

 

El ataque y la persecución del martes en Tixtla, que concluyó por la noche con el hallazgo del comandante de la Policía Municipal muerto en Chilpancingo, comenzó a las 7:20 de la mañana en una zona de escuelas al norponiente de la cabecera municipal, y hoy, la vida de la ciudad siguió su curso en aparente normalidad
Desde el anonimato, testigos accedieron a hablar del suceso, y en ciertos casos con temor, no obstante que locales y mercados estaban abiertos, en las escuelas hubo clases y en las calles se mantuvo la circulación, tal vez en menor medida que lo habitual, reconocieron.
Es probable, como señaló uno de los testigos, que los vecinos se acostumbraron a los hechos de violencia, incrementados desde el homicidio del presunto líder del grupo de narcotraficantes Los Rojos, José Luis Ortega Abarca alias La gringa, medio hermano del entonces presidente municipal Gustavo Alcaraz Abarca, en un enfrentamiento entre bandas rivales del narcotráfico, según los reportes periodísticos del 26 de enero de 2015. Se menciona que en esa fecha, “la plaza cambió de membrete” pero se mantienen las confrontaciones.
A partir de los testimonios, se estima que el rapto del comandante Daniel Vázquez Gutiérrez, y la persecución de policías municipales al grupo que se llevó al mando policiaco, duró entre 20 y 25 minutos, hasta que salieron de la ciudad, según los reportes oficiales, hacia la carretera que lleva a Quechultenango.
Alrededor de las 7:20 de la mañana, se escucharon los primeros balazos, cerca de una barranca donde se presume que un grupo armado acorraló el automóvil donde iba el comandante de la Policía Municipal, cerca de un Colegio de Bachilleres, un secundaria federal y la preparatoria de la Universidad Autónoma de Guerrero, donde comenzaban las clases del día.
Se mencionó que en el primer ataque dejaron un automóvil abandonado con impactos de bala, cerca de la cancha de futbol Cruz Verde, y los agresores huyeron al norte, por la colonia Guerrero, la Villita y Chichipico, donde se continuaron registrando reportes de balazos.
A las 7:30 llegó otra camioneta con más hombres armados vestidos de civil por la misma calle de las escuelas, al parecer como refuerzos y el rescate del comandante, y comenzó la persecución. Luego se dijo que del vehículo abandonado sacaron varias mochilas negras, pero no se precisó si las tomaron los agresores o los refuerzos.
Como a las 7:40 de la mañana un grupo armado llegó con un herido al hospital comunitario que se encuentra en la avenida Insurgentes, en el primer acceso a Tixtla, desde el libramiento viejo de Chilpancingo. Para entonces y había persecuciones por el Ayuntamiento y en la subida por la avenida Insurgentes para llegar al nosocomio.
La versión del hospital comunitario es que el personal médico recibió por norma al herido de bala y cuando preguntaron sus datos personales para el registro de trámites, los acompañantes se negaron a proporcionarlos, entonces se dieron cuenta de que iban armados. Por protocolo, comenzaron a preparar el traslado en una ambulancia hacia Chilpancingo con chofer, médico y enfermero para su atención en el hospital general en la capital, al salir fueron interceptaron y obligados a cambiar de rumbo a Quechultenango. Al final ni los médicos ni la ambulancia salieron de Tixtla, fueron dejados en la carretera.
Hay versiones de que hasta las 9 de la mañana seguían hombres armados en las calles alrededor del barrio de El Santuario.
Mientras la Policía Estatal en patrullas llegó a las 10 de la mañana a Tixtla, en una operación que contó incluso con un helicóptero que sobrevoló la ciudad. Estuvieron hasta la una o 2 de la tarde, cuando se retiraron hacia a Chilapa.
A su paso realizaron cateos en la calle Morelos, antes de llegar a la avenida Insurgentes, en domicilios particulares de los que se permitieron fotografías, y se omitieron de los reportes oficiales.
Desde ayer se asignaron dos grupos de la Policía Estatal a Tixtla, uno de los cuales se encuentra permanente dentro del hospital, hasta nuevas instrucciones, señalaron los uniformados.

Se investiga el asesinato del comandante municipal: vocero

El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez, informó que la Fiscalía General del Estado investiga el asesinato del comandante de la Policía Municipal de Tixtla, Daniel Vázquez Gutiérrez, y la irrupción de hombres armados en el hospital comunitario.
Confirmó en un boletín que el hombre desmembrado hallado en bolsas la noche del martes en Chilpancingo, es del comandante, y fue identificado por dos hermanos.

 

Para los diputados es como si no pasara nada, dice Felipe de la Cruz

Jacob Morales Antonio

El vocero de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, Felipe de la Cruz dijo que a pesar de que se acordó con los diputados llamar al procurador general de la República, Raúl Cervantes Andrade a rendir cuentas del caso, en los hechos para los legisladores es como si no pasara nada.
En declaraciones antes de participar en la reunión nacional de los maestros jubilados y pensionados en la escuela secundaria federal 1, afirmó que los padres seguirán en la lucha hasta saber en dónde están sus hijos.
Sostuvo que a pesar de la reunión del jueves con una comisión de diputados en la Cámara de Diputados luego de una protesta de casi cinco horas, donde se acordó citar a comparecer al procurador, la postura de los diputados y senadores “es como si no pasara nada”.
Dijo que a 31 meses de la desaparición de los 43 estudiantes, el gobierno no quiere que se investigue al Ejército pese a que es el principal actor en la desaparición de los jóvenes, afirmó que no tuvieron que ver los grupos criminales, en referencia a la reciente captura del operador de Guerrero Unidos en Querétaro, Walter Alfonso Deloya, La Medusa, ocurrido el 24 de abril.
Felipe de la Cruz recriminó al gobierno la actuación arbitraria contra los padres de los normalistas desaparecidos por la represión y el desalojo del martes en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob), y dijo que el gobierno actúa así porque “no puede dar respuesta”.
Reiteró que es necesaria la detención del ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) Tomás Zerón de Lucio, quien alteró las evidencias encontradas en el río San Juan, y recriminó que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto encubra al actual Secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional.

Hay un enfrentamiento “en las penumbras”, pero ya no hay tiroteos en Chilapa, dice el vocero

El vocero de Seguridad, Roberto Álvarez Heredia dijo que en Chilapa se encuentra acotada la violencia de las últimas semanas, e insistió en que es debido a una guerra entre grupos delictivos que actúan “en las penumbras”.
Dijo que la población está protegida, que no “se han registrado tiroteos en las calles, lo que hay es un enfrentamiento en las penumbras”. Consultado minutos antes del acto protocolario del aniversario del asesinato del candidato a la Presidencia de la República por el PRI, Luis Donaldo Colosio, el funcionario dijo que sin minimizar la inseguridad que existe en el estado se debe reconocer que la violencia está acotada en distintos lugares del estado, “estamos hablando de lugares como Chilapa, Chilpancingo, en donde hay un amplio despliegue operativo del Ejército, la Policía Federal”.
Dijo que en el resto del estado como Acapulco, Zihuatanejo, Taxco y Tierra Caliente, así como en San Miguel Totolapan hay un trabajo permanente para garantizar la seguridad.
En Chilapa hay 500 soldados, y 100 policías estatales. “Han logrado proteger a la población, pero no han reducido este enfrentamiento frente a las bandas delictivas que han llevado sus actos ilícitos, como arrojar bolsas con cuerpos desmembrados en caminos no muy transitados en horas de la madrugada, en la noche, donde se esconden en esta lucha interna entre los grupos”, agregó.
Señaló que a pesar de los continuos hechos de violencia, no existe toque de queda oficial que limite a la población en sus actividades.

La violencia en Chilapa, por disputas entre Rojos, Ardillos y un tercer grupo, dice jefe del Ejército

En calma aparente se encuentra la cabecera municipal de Chilapa tras una semana intensa de homicidios y balaceras. Los locales comerciales se mantienen abiertos y las escuelas con clases, junto al despliegue de 500 soldados a cargo del comandante de la 35 Zona Militar, José Terán Valle.
Para explicar la última oleada de ataques el mando castrense reveló la posible existencia de un tercer grupo del narcotráfico disputando el control de Chilapa, donde están enfrentados Los Rojos y Los Ardillos desde hace más de dos años. Sin precisar cuál de los tres grupos delictivos está actuando contra la población, indicó que los agresores entran y salen por colonias de la periferia para amenazar principalmente a choferes del transporte público que creían tener bajo su control.
Por separado el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia confirmó que un grupo denominado Gente Nueva podría estar irrumpiendo en el municipio desde las últimas semanas, “tal vez meses”, estimó.
Del martes de la semana hasta ayer hubo 28 asesinatos, comenzando con el hallazgo de seis personas desmembradas, y el domingo hubo diez homicidios en Chilapa, de los cuales cinco fueron hallados en un taxi del transporte público incendiado y se preparaba su identificación mediante pruebas de genética.
La presencia militar y el reforzamiento con cien policías estatales no inhibió el delito.

Conflicto entre criminales: Terán

Consultado en el retén en el arco de entrada a Chilapa, el comandante Terán Valle informó que a través de las colonias de la periferia sigue llegando gente a amenazar a los pobladores, particularmente a los choferes de taxis y de combis, “contra los que creen que son de su gremio o de quienes tuvieron el control alguna vez”.
Agregó que los militares buscan en las colonias a los agresores que entran a pie o en motocicleta, que son conocidos de los vecinos “porque la misma población platica con ellos, al final salen en desacuerdo y surgen las disputas entre ellos”.
Estimó que el conflicto en Chilapa es “entre delincuentes queriendo hacer presión sobre la gente, sobre ciertas personas (taxistas y choferes), fuera de ahí está tranquilo, la gente sigue viniendo, hay comercio”.
De los hechos estimó que ocurren en la tarde y en la noche, aunque el lunes hubo una balacera a mediodía a poca distancia del punto de control militar, “alcanzamos a llegar rápidamente, alcanzamos a respaldar a dos personas, se les proporcionaron primeros auxilios, se les estableció y evacuó con personal de Protección Civil al hospital”.
Insistió en que los sicarios no se han metido con la población en general ni en la zona del mercado, tan es así que el domingo llegó la gente al tianguis regional, “ha sido como muy ubicado entre delincuentes, unos y otros pegándole a los que son taxistas, asociaciones de taxis”.
De los grupos que disputan el territorio declaró: “aquí tenemos Rojos y Ardillos alrededor, al parecer hay otro grupo ahí que no está bien ubicado, parece que hay uno ahí que quiere… ya ve que son de los mismos y se siguen fraccionando entre ellos”.
Aseguró que el Ejército trabaja de manera muy coordinada con la Policía Estatal, e incluso con la municipal para estar “al tanto de cualquier cosa rara y alerta”.
Añadió que el Ejército se retirará cuando se haya restablecido la tranquilidad en el municipio, lo que será posible cuando se detenga a las cabecillas de las bandas delictivas.
Dijo que la Fiscalía tiene que girar órdenes de aprehensión, con las que los militares pueden ir a las casas y a los lugares en donde se esconden los inculpados, “después de eso también es un trabajo de las fiscalías salir a investigar”.
Se le recordó que en la región también hay producción de drogas, y respondió que en lo que toca a los militares en la Montaña de Guerrero se han destruido 3 mil plantíos de droga en lo que va del año, y otros 3 mil en la sierra de Filo de Caballos.

El nuevo grupo, en la mayoría de los casos de últimos días: vocero

En consulta telefónica sobre el tercer grupo delictivo en Chilapa el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia confirmó que en los últimos días o tal vez semanas, ha habido una serie de homicidios en Chilapa, y en la mayoría de los casos se acompañan los cuerpos con mensajes de un grupo que se autodenomina Gente Nueva.
Agregó que según la Secretaría General del Estado podría tratarse de la introducción de un grupo que también estaría disputándose el municipio de Chilapa, y esta circunstancia atrajo la atención y preocupación del Grupo de Coordinación Guerrero que desplegó a 100 policías estatales.
Precisó que sólo puede hablar de la posibilidad de que exista “la inducción del tercer grupo” que disputa el territorio, y que aún no hay elementos para establecer su origen.
Según registros periodísticos, el grupo delincuencial Gente Nueva fue mencionado en tres narcomantas en Iguala el 24 de marzo 2016, pero se desconocía su actividad en Chilapa.
En un recorrido por la ciudad se observó al alcalde priista Jesús Parra García caminando en el pasillo frontal del Palacio Municipal, y al abordarlo reconoció que son “tiempos difíciles”, pero que el lunes llegaron a Chilapa el secretario de Seguridad Pública estatal, Pedro Almazán Cervantes, y el comandante de la 35 Zona Militar a reforzar la seguridad, como ya se informó en distintos medios.
Del Ayuntamiento dijo que le está apostando a la atención humanitaria para restablecer el tejido social, llevando obras, actividades culturales, deportivas y educativas a 148 comunidades, 90 colonias y barrios populares, porque la inseguridad le corresponde al gobierno federal y estatal que “ya lo está atendiendo”.
De la prevención del delito declaró que “la ciudadanía debe tomar sus propias prevenciones, medidas de seguridad, cuidarse mucho, debe de formar a sus hijos desde muy pequeños con principios y valores”.
Cuando se le preguntó sobre el ambiente en las noches pidió que los reporteros se quedarán a verificar la situación, que él daría garantías para hacer un recorrido con él, porque desde su perspectiva la población continuaba desarrollando su vida con normalidad, “obvio a las 10 de la noche siempre la gente aquí empieza ya a guardarse, a descansar por el trabajo intenso, como en todas partes, hay gente que todavía sale a cenar”.

Temor en escuelas y estudiantes

Testimonios de estudiantes de la preparatoria 32 de la Universidad Autónoma de Guerrero, dijeron que desde las 7 de la noche, o cuando comienza a oscurecer, sus familias ya no les permiten salir a las calles.
De la presencia militar aseguraron que no sirve de nada, porque aún con ellos continuaron los asesinatos, y recordaron el caso de la mujer embarazada asesinada el domingo y un joven de 14 años, estudiante de secundaria llevado por la fuerza que fue encontrado en Chilpancingo gravemente herido, junto al cadáver de un joven, quien después murió en el hospital.
Aseguraron que el turno vespertino de la preparatoria modificó sus horarios para salir más temprano de clases, que termina entre las 6 de la tarde y las 7:30 de la noche.
La directora del jardín de Niños Amado Nervo en el centro, Alberta Flores Jaimes aclaró que aún con temor la instrucción de la Supervisión Escolar es continuar las labores, y en el centro escolar los trabajadores tomaron algunas medidas para evitar más exposición en situación de riesgo.
Por ejemplo, la escuela se mantiene cerrada con candado y no se permite la entrada a extraños, en caso un hecho delictivo en los alrededores nadie saldrá hasta que se haya restablecido la tranquilidad.
Aclaró que los niños de preescolar comentan los eventos de violencia, que mataron a fulano y a zutano, sin embargo procuran que en el jardín los niños no se ocupen de estos temas, “ellos tienen que vivir su mundo, aquí no vamos a hacerles el ambiente pesado”.
El comandante de la 35 Zona Militar opinó que la población está contenta con la presencia del Ejército, que las balaceras y asesinatos han ocurrido en las afueras de la ciudad, y señaló la colonia Los Pinos, donde tenía su casa el líder de Los Rojos, Zenén Nava Sánchez, la colonia Primavera, los Lavaderos, Jamoncillos y atrás del hospital donde se han encontrado muertos.
Aunque los hechos causan temor, declaró que hacen todo lo posible para que la gente esté tranquila y desarrolle sus labores regularmente.