Inglaterra-Suecia y Croacia-Rusia, por la historia de la semifinal

A las nueve de la mañana, ingleses y suecos abrirán el día en el Cosmos Arena de Samara; cuatro más tarde, en Sochi, Modric y su Croacia enfrentarán...

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7 julio,2018 5:03 am
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A las nueve de la mañana, ingleses y suecos abrirán el día en el Cosmos Arena de Samara; cuatro más tarde, en Sochi, Modric y su Croacia enfrentarán a los eufóricos rusos.

Texto: DPA / Foto: Twitter @FIFAWorldCup
Samara, Rusia, 7 de julio de 2018. Qué mejor que el Cosmos Arena de Samara, un moderno recinto que parece más una nave espacial que un estadio de futbol, para que las selecciones de Inglaterra y Suecia busquen continuar hoy con su viaje a las estrellas.
Será un duelo por los cuartos de final del Mundial de Rusia, pero el sueño va mucho más lejos. En un torneo marcado por las sorpresas, el sector del cuadro -en semifinales tocarían Rusia o Croacia- ilusiona a ambos países con regresar a una final del mundo tras más de medio siglo.
Inglaterra, el país que inventó el futbol, se refriega los ojos ante la posibilidad de que su eterna maldición llegue a su fin en Rusia. Ya ganó su primera serie de penales en una Copa del Mundo en el duelo de octavos de final ante Colombia, pero no puede permitirse que un tropiezo ante Suecia vuelva a despertar los fantasmas.
“Logramos superar la primera eliminatoria en más de 10 años, ganamos por primera vez una serie por penales en un Mundial, logramos la mayor cantidad de goles en un partido de Inglaterra (el 6-1 ante Panamá). Ahora queremos seguir haciendo historia y volver a una semifinal”, dijo Gareth Southgate, el entrenador que transformó el escepticismo en ilusión en su país.
Campeona en 1966, Inglaterra sólo llegó dos veces a una semifinal del Mundial: el año en el que ganó el título en casa y en Italia 1990, cuando perdió ante Alemania en la penúltima ronda por penales. Suecia fue finalista en el Mundial que organizó en 1958, cuando perdió ante Brasil en la definición, y también acabó entre los cuatro mejores en 1938, 1950 y 1994.
Liderada por Harry Kane, el máximo goleador del Mundial Rusia 2018 con seis tantos, y con sus 23 jugadores militando en la poderosa Premier League, Inglaterra parte como favorita en Samara. Aunque la historia demuestra que los suecos no son un rival sencillo para los “Three Lions”.
“No tenemos un buen récord contra ellos”, recordó Southgate. Su país sólo venció a Suecia en dos de los últimos 15 enfrentamientos y en Mundiales igualaron las dos veces que se midieron, en 2002 y 2006.
“Creo que siempre los hemos subestimado. Tienen buenos futbolistas, una manera de jugar muy definida y es terriblemente difícil enfrentarlos”, señaló el seleccionador inglés.
De eso pueden dar fe países como Francia, Holanda, Italia, Alemania o México, entre otros. El conjunto de Janne Andersson llegó a Rusia tras dar uno de los mayores golpes del futbol en los últimos tiempos: dejó sin Mundial a Italia por primera vez en 60 años al vencerla en la repesca europea. Antes, sobrevivió a un grupo europeo en el que tuvo a Francia y Holanda como rivales. Y en Rusia superó una zona en la que tuvo adversarios como Alemania y México.
“Hubo un entrenador que alguna vez dijo que somos fáciles de analizar, pero difíciles de vencer. Creo que es un buen análisis”, señaló Andersson. “No hay secretos. Somos terriblemente consistentes. Hemos sido consistentes todos estos años y somos muy fuertes en nuestras convicciones. Los jugadores han sido muy fieles a esta idea”, dijo el entrenador.
Todo esto sin su máxima figura de los últimos años y tal vez de la historia del futbol sueco, Zlatan Ibrahimovic, quien se retiró de la selección tras la Eurocopa de Francia 2016. Sin “Ibra”, Suecia se transformó en un equipo compacto, solidario y terriblemente competitivo. “Son mejores que la suma de las partes”, advirtió Southgate.
Suecia no tiene una figura descollante, pero se apoya en pilares como el zaguero y capitán Andreas Granqvist, autor de dos goles de penal en el torneo, y el mediocampista ofensivo Emil Forsberg, que anotó el tanto para el triunfo ante Suiza en los octavos de final. En la delantera, las referencias son Marcus Berg y Ola Toivonen. Curiosamente, y en espejo con Inglaterra, ninguno de sus 23 jugadores compite en la liga local.
“Hay gente que dice que tenemos mejores individualidades o que jugamos en grandes clubes, pero en este torneo no cuenta. Hay que jugar como equipo”, dijo en ese sentido Kane.
Los nombres del equipo británico son en teoría más rutilantes. Southgate apostó por una nueva generación llena de talento, liderada por jugadores como Kane, Dele Alli y Raheem Sterling, John Stones o Kyle Walker, todos referencias en los grandes equipos de la Premier. Y, además, el equipo parece haber encontrado un arquero de garantía, como demostró Jordan Pickford con su actuación en los octavos de final ante Colombia.
Pero subestimar a los suecos sería un pecado mortal. “Alguien dijo que de 100 partidos, Inglaterra nos ganaría 99. Debe ser divertido que tengan tanta confianza en Inglaterra”, señaló Granqvist.
“Vamos a ver lo que sucede en el partido. Inglaterra es un buen equipo, pero sabemos que Suecia suele jugar bien contra ellos”, agregó el capitán.
El duelo se jugará el sábado a las 18:00 local (14:00 GMT) en el Cosmos Arena de Samara, una ciudad ubicada a orillas del Río Volga y emplazada a unos mil kilómetros al sureste de Moscú que es considerada el corazón de la industria aeroespacial rusa.
Samara estuvo cerrada a los extranjeros durante la Unión Soviética, pero ahora se viste de gala para recibir su último y más importante partido del Mundial, que a partir de semifinales se concentrará en Moscú y San Petersburgo. A orillas del Volga, Inglaterra y Suecia esperan que la capital espacial rusa no los devuelva a tierra.
Modric y Croacia buscan las
semis ante la eufórica Rusia 
Y en Sochi, el futbol de Luka Modric e Ivan Rakitic contra la euforia de los anfitriones de Rusia 2018. Croacia, uno de los aspirantes “tapados” al título, buscará hoy sábado hacer historia y volver a las semifinales de una Copa del Mundo de futbol, echando del torneo a la sorprendente “Sbornaya” rusa.
Los balcánicos llegan como favoritos al duelo con Rusia en el estadio Fisht de Sochi, a orillas del Mar Negro, aunque tendrán enfrente al poderío de la hinchada local y a unos dueños de casa que sueñan en grande tras mandar a casa en octavos nada menos que a España.
“Nuestros jugadores juegan cada semana frente a estadios llenos, eso no debe ser problema para nosotros”, aseguró sin embargo el seleccionador croata, Zlatko Dalic.
Con un triunfo en los cuartos de final, el equipo formado en torno al talentoso centrocampista del Real Madrid Luka Modric igualaría el mayor logro mundialista de su país, las semifinales de Francia 1998 a las que avanzó la Croacia de Davor Suker. Desde entonces, los balcánicos no habían vuelto a superar la primera ronda de un Mundial.
“La historia se repite ahora”, consideró Dalic en alusión a 1998. “Ellos son nuestros héroes. Son nuestra inspiración, los que nos trajeron hasta aquí”, lo secundó el centrocampista Ivan Rakitic en el Fisht.
Encuadrados en la que es supuestamente la llave fácil de la fase eliminatoria, Croacia sueña incluso con la final en Moscú.
Si derrota a Rusia, el equipo balcánico se mediría en la ronda de los cuatro mejores a Inglaterra o Suecia, tras evitar por el otro sector a potencias como Brasil, Bélgica y Francia.
Pero pese a mostrar un buen futbol, el equipo que desmontó 3-0 a la Argentina de Lionel Messi en la fase de grupos no goza de la mejor imagen en el Mundial. Un video que circuló tras el triunfo sobre la “albiceleste” volvió a poner estos días en la mira a Croacia, un país de pasado político convulso.
En la grabación difundida por Lovren se ve a varios jugadores en los vestuarios entonando el “Bojna Cavoglave”, un cántico de una banda de ultraderecha que suele hacer apología del régimen fascista croata de la Ustacha, de los años de la Segunda Guerra Mundial.
No es la primera vez que Croacia genera críticas por incidentes de ese tipo. La selección tuvo que disputar en 2015 un partido de las eliminatorias para la Eurocopa sin público debido a un castigo a los insultos racistas de sus aficionados.
Rusia, en cambio, podrá contar con el apoyo masivo de sus hinchas. Con recursos limitados en la cancha pero envalentonada en “su” Mundial, la “Sbornaya” quiere volver a dar la sorpresa en el Fisht.
Gran parte de sus opciones pasan por volver a armar un muro en torno al celebrado arquero Igor Akinfeev y confiar en una contra veloz de Alexander Golovin o Denis Cheryshev. O, llegado el caso, otra vez en Akinfeev, héroe nacional ruso tras pararle dos penales a los españoles Koke y Iago Aspas en los octavos.
“Espero que los partidos más importantes estén todavía delante de nosotros”, soñó el seleccionador ruso, Stanislav Cherchesov, que aseguró no tener miedo al mayor cartel de los experimentados jugadores rivales.
“Conocemos a cada uno de sus jugadores porque juegan en las mejores ligas y en lo mejores clubes”, los elogió. Pero “no nos vamos a enfocar en un solo jugador del equipo croata”, avisó Cherchesov.
Para impulsar el sueño de las semifinales e incluso de la final, la federación rusa movilizó en trenes a miles de aficionados desde Moscú o San Petersburgo hacia Sochi, el balneario emblema de la nueva Rusia de Vladimir Putin.
Una derrota en el templo deportivo erigido para los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 tendría por otro lado un simbolismo amargo. Sochi representa, como pocos lugares, las acusaciones de doping sistemático que pesan desde hace años sobre el deporte ruso.
El poder del futbol, sin embargo, puede cambiar ahora todo.
Con un triunfo, la sorprendente “Sbornaya” de Cherchesov igualaría también el mayor logro ruso en los Mundiales de futbol, las semifinales de 1966 a las que llegó la entonces Unión Soviética – el Estado predecesor de Rusia – liderada también por un portero: el mítico Lev Yashin, la “araña negra” rusa.

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