En 1989 la Federación Alemana de Fútbol premió a las jugadoras que ganaron el Campeonato Europeo con un juego de café de porcelana. Un año más tarde, cada jugador del equipo masculino se embolsó 71 mil 900 dólares por ganar la Copa del Mundo.
Stuttgart, 26 de julio de 2019. El suceso no es nuevo pero sigue alimentando el actual debate sobre diferencias salariales entre hombres y mujeres en el deporte.
En 1989 la Federación Alemana de Fútbol (DFB, por sus siglas en alemán) premió a las jugadoras que ganaron el Campeonato Europeo con un juego de café de porcelana. Un año más tarde, cada jugador del equipo masculino se embolsó una prima más tradicional, 71 mil 900 dólares por ganar la Copa del Mundo.
Las sumas por ganar en el deporte de élite han crecido considerablemente en los últimos 30 años, al igual que el debate sobre el tema, que resurgió con el Mundial Femenino de Fútbol en Francia.
¿Por qué no se paga lo mismo a hombres y mujeres por el mismo logro deportivo?
A diferencia de sus predecesoras, las jugadoras alemanas que participan en el campeonato con Martina Voss-Tecklenburg como entrenadora, no recibirán loza sino una prima de 75 mil euros cada una, en caso de que ganen el Mundial.
Se trata de una clara mejora, pero sigue siendo 275 mil euros menos de lo que hubiera recibido cada miembro del equipo masculino de haber ganado el Mundial de 2018 en Rusia -si el equipo no hubiese sido quedado eliminado en la fase de grupos-.
“Se están comparando cosas distintas”, afirmó Rainer Koch, presidente interino de DFB a la cadena pública de televisión ARD. “La selección nacional femenina no genera ni de lejos los ingresos de la selección nacional masculina”.
Lo cual es cierto: las cifras de audiencia televisiva de los encuentros femeninos, y por tanto los ingresos para sus correspondientes federaciones, son mucho menores que las de los partidos en los que participaron figuras masculinas como Cristiano Ronaldo o Neymar.
Algo parecido sucede en el tenis, aunque en menor medida, ya que el cuarto Grand Slam, que comienza el próximo 1 de julio, ofrece la misma retribución a hombres y mujeres. Ambos ganadores de singles del campeonato de Wimbledon recibirán idéntica suma: más de 2,5 millones de euros.
Por su parte, tanto atletismo como biatlón alcanzaron la igualdad salarial. Esta última modalidad deportiva premió con 15 mil euros la pasada temporada a los respectivos ganadores del Mundial de invierno, ofreciendo 25.000 euros por cada nuevo récord mundial, independientemente del sexo de quien lo logre.
La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) otorga el mismo premio económico desde el Campeonato Mundial de 1997 celebrado en Atenas: 60 mil dólares para los vencedores y 100 mil dólares para quien marque un récord mundial.
Los esquiadores alpinos también reciben el mismo trato independientemente de su género. A los ganadores de la Copa del Mundo se les premia con 120 francos suizos (123.000 dólares), cantidad que, en algunos casos, como en el Mundial de Kitzbühl -competición masculina- y el de Flachau -competición femenina- es incluso mayor.
“Estoy muy orgullosa de que en mi deporte no haya diferencias salariales entre hombres y mujeres”, afirmó la laureada estadounidense Mikaela Shiffrin, quien, después de una temporada sensacional, fue la persona que más dinero ganó en la modalidad de esquí alpino, superando económicamente al también premiado campeón masculino Marcel Hirscher.
Las mayores brechas se producen cuando existen grandes diferencias en las audiencias televisivas y esto no sólo atañe al fútbol. El premio otorgado recientemente en el Abierto de Estado Unidos (US Open) de Golf al número uno Gary Woodland superó en más de un millón de dólares al recibido por su homóloga femenina, Lee Jeong Eun.
En algunos deportes, la categoría femenina incluso lucha por ser sostenible. La Liga de hockey sobre hielo NHL es considerada la mejor del mundo, al igual que su equivalente femenino, la NWHL.
Pero las casi 200 jugadoras de esta Liga amenazan con una huelga antes de la nueva temporada en pro de mejores condiciones. Carecen de seguro médico y algunas juegan por 2 mil dólares al año.
“Con estas limitaciones es difícil tener un rendimiento profesional”, afirma el alemán Markus Eisenschmid, jugador internacional de hockey sobre hielo, cuya hermana milita en la Liga NWHL. De momento no se les ha ofrecido porcelana.
Texto: Nils Bastek, DPA / Foto: DPA
