La hora de la naturaleza

Octavio Klimek Alcaraz

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6 junio,2020 5:12 am
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Octavio Klimek Alcaraz

 

Ayer 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente. Su fundamento es que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Mundial del Medio Ambiente para conmemorar la inauguración el 5 de junio de la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano de 1972. La República de Colombia fue el país anfitrión este año.

El Día Mundial del Medio Ambiente es, cada año, el evento ambiental más importante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Nos señala la importancia crítica de proteger nuestro medio ambiente.

Así, cada año se realizan conmemoraciones temáticas del Día Mundial del Medio Ambiente. En otros años estuvieron dedicadas al cuidado de la tierra y el agua, la capa de ozono, el cambio climático, la desertificación y el desarrollo sostenible, por citar algunos temas.

Como se señala en la página electrónica de la ONU: “En 2020 el tema es la biodiversidad”, motivo de preocupación tanto urgente como existencial. Eventos recientes, como los incendios forestales sin precedentes en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y ahora la pandemia de Covid-19, demuestran la relación inextricable entre los humanos y las redes de la vida en las que vivimos”. (https://www.un.org/es/observances/environment-day).

Al respecto, el lema de la campaña elegido por las Naciones Unidas para el Día Mundial del Medio Ambiente 2020 es La hora de la naturaleza, afirmándose con ese lema que es la hora de reinventar nuestra relación con la naturaleza, que es la hora de poner la naturaleza en el centro de todos nuestros destinos.

Es sorprendente el mensaje tan fuerte que presenta la ONU respecto a este día. En su página electrónica manifiesta lo siguiente: “La biodiversidad es la base que sustenta toda la vida en la tierra y bajo el agua. Tiene relación con todos los aspectos de la salud humana. Proporciona agua y aire limpios, alimentos nutritivos, conocimiento científico y fuentes de medicamentos, resistencia a enfermedades naturales y mitigación del cambio climático. Cambiar o eliminar un elemento en esta intrincada red afecta todo el sistema de vida y puede producir consecuencias negativas”.

La deforestación, la invasión de hábitats de vida silvestre, la agricultura intensiva y la aceleración del cambio climático han alterado el delicado equilibrio de la naturaleza. Se necesitarían los recursos de 1.6 planetas como la Tierra para satisfacer la demanda de los humanos cada año. Si continuamos en este camino, la pérdida de biodiversidad tendrá graves consecuencias para la humanidad, incluido el colapso de los sistemas alimentarios y de salud.

La aparición del Covid-19 ha puesto en evidencia que cuando destruimos la biodiversidad destruimos el sistema que sustenta la vida humana. A nivel mundial, mil millones de personas son contagiadas cada año y millones de ellas mueren debido a las enfermedades causadas por los coronavirus, y alrededor de un 75 por ciento de todas las enfermedades infecciosas emergentes en humanos son zoonóticas, lo que significa que se transmiten de animales a personas. La naturaleza nos está enviando un mensaje”.

En conclusión, hay una clara advertencia del máximo organismo multilateral del planeta, de que el camino andado nos lleva al colapso de la civilización en la Tierra.

Por ello, las instituciones organizadoras del Día, incluida la propia ONU, hacen también un manifiesto bastante claro, que me permito presentar de manera textual, se titula La Hora de la Naturaleza.

Dicho manifiesto; se encuentra en la página oficial Día Mundial del Medio Ambiente 2020 (https://www.worldenvironmentday.global/es/participa/manifiesto):

“Los alimentos que comemos, el aire que respiramos, muchas de las medicinas que tomamos y el clima que hace nuestro planeta habitable están relacionados con la naturaleza. Somos más dependientes de la red interconectada de la naturaleza –y de su delicado equilibrio– de lo que podemos imaginar. La vida en la Tierra no sería posible sin los servicios de la naturaleza. Sin embargo, vivimos un momento excepcional. Un nuevo virus está causando muertes y diezmando nuestros medios de subsistencia, obligándonos a detener nuestras vidas. Los incendios forestales se extienden, aumentan la contaminación y amenazan la seguridad alimentaria mundial. La pérdida de especies se está acelerando. El cambio climático se está intensificando. El hielo glacial se está derritiendo, mientras la acidificación amenaza la productividad de los océanos. Las invasiones de langostas están destruyendo nuestras cosechas.

La naturaleza nos está enviando un mensaje: para cuidar de nosotros mismos, debemos cuidarla primero. Es hora de reaccionar. De darnos cuenta. Este Día Mundial del Medio Ambiente, llegó la Hora de la Naturaleza. Se necesitará no sólo de una persona o de una ciudad, sino de toda una comunidad global que se levante unida.

Que las personas reconsideren lo que compran y usan. Que el sector privado adopte modelos de negocios sostenibles. Que el sector de la agricultura detenga el daño a la naturaleza. Que el sector público se responsabilice por el medio ambiente en las cadenas de suministro y la financiación. Que los gobiernos protejan las áreas silvestres que nos quedan. Que los jóvenes se conviertan en audaces guardianes de un futuro verde. Que todos pongamos a la naturaleza en el centro de la toma de decisiones. Este momento requiere de todos nosotros. Llegó la hora de reconstruir mejor, por las personas y el planeta. Cuéntanos por qué crees que llegó la hora de actuar #Por la Naturaleza y qué harás al respecto”.

Concluyo señalando lo que le digo a mi familia: El Día Mundial del Medio Ambiente, más que una celebración, es un día para reflexionar sobre la existencia de los seres humanos en la naturaleza que conocemos. Necesitamos comprender, en estos días de crisis por la pandemia que los cambios ecológicos se han vuelto irreversibles.

Si no se transforma ahora el modelo basado en la simple ganancia económica, que concentra la riqueza en unos cuantos, a costa de la mayoría de la gente y la naturaleza, corre graves riesgos la civilización humana que conocemos. Obvio, que ante la insurgencia de mucha gente y de los propios gobiernos para que esto no suceda, esos poderes económicos están haciendo todo clase de triquiñuelas por mantener sus privilegios.

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