La huella del terremoto en la comunidad cultural mexicana

El sismo del 19 de septiembre y otro registrado el 7 de septiembre dejaron unos mil 500 monumentos, museos, zonas arqueológicas y espacios culturales dañados en 11 estados,...

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3 octubre,2017 6:56 am
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Ciudad de México, 3 de octubre 2017.- El director de música Horacio Franco y su agrupación Capella Barroca ensayaban una serie de conciertos en Condesa, un barrio de moda de la capital mexicana, cuando a las 13:14, hace dos semanas, les sorprendió un sismo que dejó más de 360 muertos.

A unos metros del hogar de Franco, donde tenía lugar el ensayo, varias casas y edificios se derrumbaron ante la magnitud del sismo de 7,1 en la escala de Richter, el 19 de septiembre.

En uno de esos edificios vivía Lorna Martínez Skossowska, una escritora de 86 años, que murió atrapada entre los escombros. Sus libros, como otros tantos recuperados, serán restaurados para dar forma a una biblioteca nombrada en su memoria.

“Cantábamos obras de Claudio Monteverdi cuando empezó este terremoto que nos dio el susto de la vida. Luego ayudé a remover piedras y escombros del edificio de mis vecinos en Ámsterdam 107, donde vivía Lorna”, dijo a dpa el también flautista, activista y promotor cultural.

A causa del terremoto, en la capital mexicana escritores como Francisco Goldman y Guillermo Sheridan se quedaron sin hogar, lo mismo que el tataranieto de León Trotski, Santiago Mohar Volkov.

Además de las afectaciones personales, ese sismo y otro registrado el 7 de septiembre dejaron unos 1.500 monumentos, museos, zonas arqueológicas y espacios culturales dañados en 11 estados, de acuerdo con la Secretaría de Cultura.

Unas horas antes de la tragedia, miles de personas en Ciudad de México participaban en un simulacro que recordaba una fecha emblemática: justo otro 19 de septiembre, 32 años atrás, un terremoto de 8,1 grados había devastado un tercio de la ciudad.

“Ojalá y la misma solidaridad y preocupación que nos ha cimbrado hasta ahora siga vigente y no regresemos a la indiferencia que a veces se siente en los transportes públicos, en el metro, que todos prefieren mirar a sus zapatos que el rostro que está sentado enfrente”, dijo la escritora Elena Poniatowska, Premio Cervantes, autora de “Nada, nadie: Las voces del temblor” de 1985.

Después del pasado sismo, el escritor Juan Villoro creó el poema “Con el puño en alto”, que surgió “como lo único que podía decir en ese momento, una ‘réplica’ que no fue sismológica sino literaria”, según explicó el autor de “8,8: el miedo en el espejo”, su vivencia de un terremoto ocurrido en Chile en febrero de 2010.

Villoro, quien vivió el reciente temblor mientras iba a recoger a su hija al colegio, consideró que, a diferencia de 1985, los mexicanos están mejor preparados.

Ahora “hay alarma sísmica, mejores protocolos de seguridad. Nos podemos vincular a través de las redes sociales y esta vez el Gobierno no estuvo ausente como en el pasado terremoto”, señala.

Para Villoro, lo más grave es, sin embargo, “que en la Ciudad de México se sigue construyendo sin acatar las normas. No es posible que haya más de diez mil escuelas dañadas. La naturaleza es un límite infranqueable y esto no se ha entendido”.

Desde Londres, el artista multimedia Árcangel Constantini vivió la noticia del 19 de septiembre “con el corazón y la conciencia dividida” cuando participaba en un festival artístico.

“Era estar y no estar. Es verdaderamente una impotencia estar lejos, ver la empatía de las personas al formar cadenas humanas en los procesos de rescate y no poder ayudar”, expresó.

Al volver, Constantini, a quien el sismo le dañó varias obras en su estudio, apoyó a un grupo de carpinteros en trabajos en un edificio que se derrumbó en la calle Álvaro Obregón 286.

A raíz de lo ocurrido, la actividad artístico-cultural bajó el telón, por solidaridad o precaución, durante casi dos semanas. Ahora ya empieza a reanudarse. En Ciudad de México se cayeron 38 edificios, en tanto 1.800 sufrieron daños.

El director de teatro y guionista Gabriel Figueroa Pacheco narró a dpa que “la gente dejó de anunciar sus obras, de mostrar sus ensayos. Había cierto pudor en decir ‘sigo trabajando’, mientras otra gente estaba intentando sobrevivir o esperaba salir de los escombros”.

Pedagogos, cuentacuentos y artistas diversos se sumaron a las campañas #AlegraUnAlbergue y #DePiePorLaInfancia difundidas en redes sociales para entretener a niños y familias damnificadas.

Figuras del cine como Diego Luna, Gael García y Salma Hayek crearon centros de acopio o realizaron donativos. El artista Francisco Toledo hizo una campaña para ayudar a los afectados del 7 de septiembre en Oaxaca, su estado natal.

En esta “experiencia traumática afloraron los mejores sentimientos pero también los peores de todo México”, expresó Franco en alusión a la solidaridad social junto a denuncias de robos y corrupción surgidas en medio de la tragedia.

Para Figueroa Pacheco, hijo del emblemático director de cine Gabriel Figueroa, “la emergencia continúa”. Sin embargo, “debemos seguir trabajando desde nuestra trinchera para decir que el teatro o cualquier otro arte está de pie y más para contar la historia de cómo se mueven las conciencias, no la tierra”.

Texto: DPA
Foto: Redes sociales

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