La literatura no tiene un espacio privilegiado en el Cervantino, reprocha el escritor Andrés Acosta

“Fue un acierto” programar a autores del estado, acota el guerrerense, que presentó su novela La flor de Paracelso. También Adriana Ventura tuvo participación con el poemario Boceto...

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18 octubre,2019 10:03 am
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“Fue un acierto” programar a autores del estado, acota el guerrerense, que presentó su novela La flor de Paracelso. También Adriana Ventura tuvo participación con el poemario Boceto de una vida sin casa
Guanajuato, Guanajuato, 18 de octubre de 2019. El escritor chilpancinguense Andrés Acosta hizo gala de la inveterada franqueza de los guerrerenses y la soltó así: La literatura es desdeñada en el Festival Cervantino. Es una pena que en una fiesta “dedicada al hombre que creó la novela como hoy la conocemos, la literatura no tenga un espacio privilegiado en el festival”.
Lo que parecía en un primer momento una descortesía fue rápidamente enmendada por el escritor, quien agregó que indudablemente la calidad de esta celebración cultural es una de las mejores del mundo, por su calidad y su permanencia, y ahí aprovechó para felicitarse porque el gobierno guerrerense le atinó al poner en el programa una serie de charlas con autores nacidos o formados en Guerrero, “fue un acierto”, completó.
El autor presentó ayer su novela La flor de Paracelso ante –hay que decirlo–, una raquítica concurrencia en la sede denominada Casa Guerrerense, el sitio destinado a la literatura sureña.
Acompañado de la también escritora Adriana Ventura, quien hizo la presentación del texto, Andrés Acosta habló sobre su novela, que lleva como personaje central al médico y alquimista suizo Paracelso.
Al referirse a ese personaje, Acosta dijo que le tocó vivir en un momento clave de la humanidad: La Edad Media, de ahí que la ciencia de la medicina y la alquimia hayan encontrado en él un vehículo del conocimiento que estaba por llegar con el Renacimiento. Acosta ubica su novela en Salzburgo, una ciudad vienesa bien conocida por él, pues cumplió una estancia de tres meses en la preparación de otro proyecto literario.
Al mismo tiempo que preparaba el material para una nueva novela, un viaje nocturno en bicicleta lo hizo toparse con un hombre con un extraordinario parecido con Paracelso. “Y en ese momento me cayó la idea de la novela”, que presenta como la relación entre el médico y su aprendiz.
Comentó también que poco a poco la novela misma le fue imponiendo su propia voz, y no al revés, como muchas veces ocurre. Así, fue entreverando un texto que posee un espíritu a la Goethe, el autor alemán de quien se declara seguidor.
Por su parte, Adriana Ventura dijo que la novela es un ejercicio de erudición, pues el autor reiteradamente adereza sus obras con información detallada que imbuye en sus lectores la necesidad de saber más sobre temas, lugares, procesos, etcétera.
Acosta apuntó que Guanajuato se le hacía el lugar idóneo para presentar su novela pues a pesar de que es una ciudad mexicana, es muy parecida a las viejas ciudades de Europa del Este, con sus construcciones de más de medio siglo y sus callejones que deparan sorpresas insospechadas para los visitantes.
A pregunta expresa, opinó que la actual novela infantil y juvenil ha tenido un repunte gracias a libros como la serie de Harry Potter, de J. K. Rowling, cuyo éxito ha hecho que niños y jóvenes regresen a la lectura. Logro que tiene un doble valor, pues las ganancias económicas se han traducido en que las casas editoriales publiquen más y más libros destinados a los pequeños lectores que, eventualmente, se convertirán en adultos leídos, cultos, informados, ciudadanos, que es a lo que aspiran tener las nuevas sociedades democráticas.
La casa como un territorio ajeno: Adriana Ventura
Boceto de una vida sin casa es un poemario de la chilpancinguense Adriana Ventura editado por la Secretaría de Cultura del estado de Guerrero, que ayer al mediodía fue presentado por su colega y paisano Andrés Serrano en la Casa Guerrerense.
El poemario es una especie de registro de pulsiones que la autora experimentó en un proceso clave de su vida: el abandono del hogar primigenio para sortear la experiencia de convertirse en un extraño viviendo en casas ajenas de ciudades que desconocía.
Pero también es un asomo a la otredad, una irrupción al autoconocimiento a través de factores externos que no siempre son agradables.
Adriana Ventura afirmó que como escritora entiende al proceso de escribir como el vivir en una casa donde se siente a gusto y aceptó la afinidad con otros autores como Fabio Morábito y Efraín Huerta, que también han escrito sobre el tema.
Así, con su poemario la autora rehuyó la retribución a las bondades de vivir en una gran ciudad, en una gran casa, al contrario, cuestiona la vida que le tocó vivir en ella.
Texto y foto: Juan Carlos Moctezuma R. / Enviado

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