Carlos Toledo Manzur
A pesar de que estamos a la mitad del sexenio y que aún faltan casi tres años para la elección presidencial, la carrera por la sucesión ya ha arrancado. Esa es la señal que hay que leer en la reciente visita de Ricardo Monreal a Guerrero para inaugurar un taller de capacitación política y para llevar a cabo la presentación de su libro que refiere sus experiencias en el trabajo legislativo desde la Cámara de Senadores en esta primera etapa de su gestión. Durante dicha visita el senador no tuvo ningún empacho en reconocer que está apuntado como aspirante a la candidatura presidencial.
Un aspecto que hay que destacar de esa visita es que convocó y reunió a un conjunto heterogéneo de actores políticos no solo de Morena, sino de otras fuerzas políticas como es el caso de dirigentes del PRI como Manuel Añorve, Julieta Fernández y Sofío Ramírez y del PRD como Miguel Angel Mancera y Alberto Catalán. La presencia y participación de dirigentes de otros partidos, que hoy son de oposición, constituye un mensaje de que en la contienda por la candidatura y en el proceso electoral, Monreal pretende abrir su red de alianzas a otras fuerzas políticas además de buscar el apoyo de los integrantes y simpatizantes del partido del presidente. Lo que parece ser muy claro es que Monreal ya no es en la actualidad un actor muy cercano de AMLO, lo que reconoció en las entrevistas que le hicieron al mencionar que ya no se reúne tan frecuentemente con el presidente como antes lo hacía. Además, muchos le achacan responsabilidad en los retrocesos electorales que Morena tuvo en la Ciudad de México en la última elección.
La opción de Monreal entonces no parece ser la continuidad ortodoxa de la propuesta de AMLO y podría ser la generación de una opción que fuera más inclusiva de las fuerzas de oposición y que avanzara en el afinamiento de las políticas actuales, aunque también existe el riesgo de ser la apertura a una restauración del viejo régimen en vez de la consolidación del proceso de cambio que está en marcha.
Quienes sí parecen ser alternativas más cercanas a los designios del presidente son Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. La primera parece ser la carta más cercana a AMLO, aunque el canciller también constituye una opción cercana al mandatario y muy cercano a Mario Delgado, presidente del partido. Cualquiera de los dos tendría plenas capacidades para continuar impulsando la cuarta transformación y así asegurar que la enorme oportunidad histórica que ha representado la victoria electoral de AMLO se aproveche plenamente y se traduzca en la consolidación del proceso de cambio verdadero.
Monreal escogió al estado de Guerrero para iniciar su gira, que es sin duda una de las entidades más morenista y obradorista del país. También como es sabido, es uno de los estados con mayor pobreza y marginación. El perfeccionamiento y la continuidad de las políticas de la cuarta transformación, que reduzcan efectivamente la pobreza en nuestro estado las cuales seguramente afianzará y consolidará la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, sería uno de los criterios fundamentales que deberían estar en el proceso de selección del candidato.
Lo que no hay que descartar es que podamos tener un candidato guerrerense, ya que después del atropellado proceso que sufrió el senador Félix Salgado Macedonio –el cual finalmente tuvo una resultante positiva–, ya existen muchas voces que lo proponen para la sucesión presidencial.
